En Orihuela, la coalición gubernamental formada por el Partido Popular (PP) y Vox recientemente bloqueó las propuestas de su socio durante una sesión de comisión municipal, lo cual dejó pasmada a la oposición y puso de manifiesto la falta total de coordinación entre las dos formaciones.
Una de las propuestas afectaba a la concejala de Vox, María del Carmen Portugal, quien solicitaba autorización para compatibilizar su cargo a tiempo completo de edil —con un salario de 50.500 euros— con la docencia en el Instituto Mediterráneo de Estudios de Protocolo (vinculado a la Universidad Miguel Hernández) para el curso 2025-2026, con una remuneración adicional de 7.050 euros.
El horario propuesto, que consistía en clases los miércoles y lunes, se consideraba menor y poco probable que interfiriese con sus obligaciones concejiles. El ingreso total conjunto, de 59.335 euros, se mantenía dentro de los límites legales. No obstante, la concejala de la oposición Leticia Pertegal, de Cambiemos, reveló que Portugal podría haber incumplido normativas previas de compatibilidad al haber impartido clase en otras dos universidades sin la debida autorización.
El PP se abstuvo de respaldar esta solicitud, a pesar de haber aprobado con anterioridad situaciones análogas, mientras que Cambiemos calificó la situación de “legal, pero inmoral”.
Otra propuesta, presentada esta vez por el PP, pretendía incrementar en un 60% el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) municipal, congelado desde 2008, elevando la cuota de 500 €/m² a 797 €/m². Vox volvió a abstenerse, tal y como ya hiciera en medidas fiscales previas, incluyendo las tasas de basuras.
El PSOE propuso una serie de ajustes para suavizar el impacto, como tipos reducidos para proyectos específicos, una implantación gradual a lo largo de cinco años y notables bonificaciones para obras de valor social, cultural o histórico, mejoras de accesibilidad, instalaciones de energías renovables y viviendas protegidas.
La socialista Milagros Lacárcel tachó la propuesta popular de “meramente recaudatoria”, subrayando que contradice la promesa electoral del gobierno de no subir los impuestos.
El PP, por su parte, criticó a Vox por su falta de colaboración y por torpedear medidas que consideran imprescindibles para equilibrar las cuentas municipales. Según los populares, la subida tributaria era esencial para mantener la estabilidad financiera tras años de infradotación y tasas congeladas. Arguyeron que las enmiendas planteadas por el PSOE, si bien socialmente consideradas, podrían comprometer la planificación fiscal de la ciudad.
El Partido Socialista condenó el bloqueo, tildando el episodio de “surrealista”, y concluyó que la coalición es incapaz de trabajar en equipo de forma efectiva. Lacárcel declaró: “Este gobierno no está trabajando en serio. Lo acontecido hoy es una prueba de que se sabotean entre ellos en lugar de gobernar juntos”.
