Banco de España descarta una burbuja inmobiliaria, pero advierte de subidas desiguales de precios

A pesar de los precios disparados y la oferta menguante, el Banco de España ha descartado la formación de otra burbuja inmobiliaria, si bien ha advertido sobre alzas de precios en ciertas zonas del país.

La entidad ha rechazado la posibilidad de que la nación se encuentre o se dirija hacia una nueva burbuja en el mercado de la vivienda.

No obstante, los funcionarios del banjo alertan sobre unas subidas de precios que se distribuyen de manera desigual por el territorio, señalando una “significativa dispersión de precios, con algunas regiones creciendo menos y otras under más presión”.

Esto ocurre en un contexto de precios que se han disparado en el periodo postpandemia. Según el portal inmobiliario Fotocasa, los precios de compra de inmuebles se incrementan un 17 por ciento interanual. Tan solo en los últimos cinco años, se ha registrado un aumento del 40 por ciento en el coste de una vivienda media en el país.

Sin embargo, de acuerdo con un nuevo informe del banco, a pesar de las subidas, los precios se mantienen, en términos reales, casi un 20 por ciento por debajo del pico que alcanzaron en 2007, antes del estallido de la crisis, y tanto los hogares como las constructoras presentan posiciones de endeudamiento mucho más sólidas que en el periodo precrisis.

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El director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución, Daniel Pérez Cid, ha reiterado que “en estos momentos” el banco no observa ningún riesgo de burbuja en el mercado inmobiliario, al menos no en términos que pudieran desencadenar un shock que afectara a la estabilidad del sistema bancario como en el pasado.

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“De momento no vemos esos indicios de burbuja. Otra cosa es que no estemos monitorizando, haciendo seguimiento y esforzándonos. Pero no nos encontramos en la situación previa a la crisis anterior”, declaró Pérez durante la presentación del Informe de Estabilidad Financiera de otoño de la entidad.

Pérez también señaló los problemas de oferta en el mercado como una causa subyacente que lo diferencia de la burbuja previa: “tan rígida que es incapaz de seguir el ritmo de una demanda tan intensa”, afirmó refiriéndose a la oferta.

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Sin embargo, otros han identificado síntomas preocupantes dentro del mercado. Estas garantías del banco se producen cuando el Banco Central Europeo (BCE) estima que los inmuebles residenciales en España estaban sobrevalorados en una media del 16,8 por ciento en junio, el nivel medio más alto en algo más de 16 años, desde marzo de 2009.

Una vez superada la caída estival, la compraventa de inmuebles en España alcanzó en septiembre un volumen récord de operaciones, el nivel más alto en casi dos décadas.

Aún así, la sobrevaloración de los inmuebles españoles marcó un máximo histórico del 33,3 por ciento de media en el tercer trimestre de 2007, en el apogeo de la burbuja inmobiliaria.

El Banco de España también estima que la vivienda en el país es más cara de lo que los hogares pueden permitirse, aunque de forma más moderada que las previsiones del BCE. El banco nacional, por su parte, calculó una sobrevaloración media del 9,35 por ciento a finales del segundo trimestre.

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Existen más diferencias con la anterior burbuja inmobiliaria. En 2025, la demanda de vivienda está mayormente vinculada al crecimiento poblacional y al impulso del turismo, lo que choca con una oferta que no responde con la suficiente celeridad.

Asimismo, al tener en cuenta la inflación, los precios aún se encuentran un 17,7 por ciento por debajo del máximo alcanzado al comienzo de la crisis financiera global en 2008.

El informe también destacó que las cargas de endeudamiento, tanto de las familias como de las empresas, se hallan en niveles muy bajos, una gran diferencia con la burbuja de 2007.

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