SAO PAULO (AP) — Las autoridades brasileñas dijeron el viernes que han avansado en resolver la escasez de alojamiento para los asistentes a la próxima conferencia climática de la ONU, mientras también defendían una reciente decisión de permitir perforaciones exploratorias en el Amazonas. Ambos temas han sido controvertidos mientras Brasil se prepara para acoger la cumbre, conocida como COP30, en noviembre.
Ana Toni, jefa de cambio climático de Brasil y CEO de la COP30, dijo a periodistas que más de 163 delegaciones nacionales han confirmado sus acreditaciones para la conferencia, y el 80% ya tiene alojamiento asegurado.
Las delegaciones nacionales, activistas y otros asistentes han tenido dificultades para encontrar lugares asequibles donde quedarse en Belem, la ciudad amazónica que acoge la cumbre climática de este año. Los precios de los hoteles se han disparado, e incluso casas privadas, moteles y otros alojamientos improvisados cobraban un mínimo de varios cientos de dólares por noche.
Toni dijo que el gobierno brasileño también ha conseguido financiación de organizaciones filantrópicas para ayudar a cubrir los gastos de las delegaciones de los países menos desarrollados. “Ese tema ya está resuelto, y no espero ningún problema con el número de delegaciones o con el alojamiento disponible en Belem”, añadió.
La falta de vivienda y su posible impacto en la participación internacional ya han causado daños, dijo Márcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, una red de 133 grupos ambientalistas, de la sociedad civil y académicos.
“Es tiempo que perdemos hablando de algo que ni siquiera debería estar en nuestro radar”, le dijo a The Associated Press.
Astrini ha asistido a conferencias climáticas de la ONU durante 15 años y dijo que la única vez que presenció problemas de alojamiento fue en la cumbre de Glasgow en 2021. Pero eso fue principalmente porque la conferencia tuvo lugar durante la pandemia, cuando existían restricciones de alojamiento en todo el mundo.
Otro tema que no ayuda, añadió Astrini, es la reciente aprobación por parte de Brasil de una licencia ambiental para la exploración petrolera solo semanas antes de la conferencia climática, donde se discutirán los esfuerzos para reducir el uso de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón. La quema de tales combustibles libera gases de efecto invernadero, que calientan el planeta, exacerban los fenómenos meteorológicos extremos y causan otros problemas.
El lunes, el gobierno federal aprobó las perforaciones exploratorias de la gigante petrolera estatal Petrobras cerca de la desembocadura del Río Amazonas. Se cree que la región, que alberga manglares y un arrecife de coral poco estudiados, es rica en petróleo y gas.
Petrobras ha argumentado desde hace tiempo que nunca ha causado derrames en sus perforaciones. La empresa añadió que el pozo exploratorio no producirá petróleo.
La organización de Astrini, junto con otros siete grupos ambientalistas, indígenas y de derechos de los afrobrasileños, presentaron una demanda el jueves contra Petrobras y el gobierno brasileño para anular la licencia y obtener una orden judicial que suspenda las perforaciones. Argumentaron que la licencia tiene defectos técnicos.
“Creemos que no evaluaron correctamente varias consecuencias potenciales de la exploración petrolera allí. Los riesgos que presenta este proyecto son mayores de lo que se midió en la licencia”, dijo.
“Incluso los errores tienen su momento. Cometer uno solo 20 días antes de la COP es un doble error”, añadió Astrini.
Toni dijo que los combustibles fósiles siempre han sido un tema central en las negociaciones climáticas y esta vez no será diferente. “No creo que afecte directamente la credibilidad o legitimidad de la presidencia brasileña de la COP. Las contradicciones que enfrentamos aquí son las mismas que enfrenta cualquier otro país”, dijo la oficial de la COP30.
Para ella, Brasil ahora enfrenta con los combustibles fósiles un desafío similar a frenar la deforestación: confrontar una fuente importante de emisiones de carbono y encontrar formas de cambiar el rumbo.
“El debate energético en Brasil nunca ha sido tan maduro como lo es ahora. Estoy muy contenta de que estemos teniendo una conversación cada vez más sofisticada sobre qué tipo de energía queremos para Brasil”, dijo. “Creo que la COP nos ayudará a llevar ese debate aún más lejos”.
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