Asignar cero estrellas a una reseña sienta un pésimo precedente. Estas películas de una estrella merecerían menos

El pésimo programa de televisión de Kim Kardashian, *All’s Fair*, ha causado un gran escándalo y podría haber dañado la credibilidad de las reseñas con estrellas. Mi compañera Lucy Mangan le dió al programa de Kardashian un puntaje de cero estrellas, que de echo son muy raras en este periódico.

Quizás después de Kardashian se vuelvan más comunes. Yo mismo tengo el honor de haber escrito la primera reseña de cero estrellas en la historia del Guardian, para la horrible comedia de Cuba Gooding, *Boat Trip*, en 2002. Pero es extraño. Ha habido películas peores que esa que no recibieron cero estrellas. No muchas, pero algunas.

Tal vez el trauma puro de *Boat Trip* me hizo no darle estrellas y borrar cualquier recuerdo de haberlo hecho, porque hasta que releí esa reseña, pensaba que había seguido el sistema de cinco estrellas: cinco para lo mejor y una para lo peor. (Y soy el único crítico de periódico serio al que le gusta el sistema de estrellas porque evita que los críticos se mantengan neutrales de manera arrogante).

Siempre había asumido que dar cero estrellas era el equivalente negativo a cuando el guitarrista de Spinal Tap, Nigel Tufnel, sube su amplificador a 11. ¿Cuál era el punto? Una estrella es lo peor. ¿No es así? Si das cero estrellas, ¿por qué no dar seis estrellas en el otro extremo? O siete, como si estuvieras reseñando un hotel de lujo en Dubai.

Y una vez que cero estrellas se convierta en la norma, alguien va a dar menos uno o menos dos. Como los ciudadanos de Weimar durante la hiperinflación, los críticos llevarán carretillas llenas de reseñas sin valor de menos 38 estrellas al mercado, solo para descubrir que alguien ha dado un menos 39. Si cero estrellas será el nuevo punto de referencia para la ira crítica, quizás sea el momento de un reinicio; los críticos tendrán que crear un nuevo sistema de calificación, como el nuevo franco francés en 1960.

LEAR  Tragedia en Orihuela Costa cuando una niña de 15 años muere por heridas de arma blanca.

En fin. Si cero estrellas es lo nuevo para expresar la furia crítica, pues que así sea. Aquí están los que se merecen el gran 0, películas de 1 estrella a las que ahora reduzco ceremonialmente la calificación a cero puntos. (Tendrán que imaginarse al director y al productor en un desfile militar sombrío, con la cabeza agachada, mientras yo, al ritmo de un redoble de tambor, les quito su única estrella).

Al describir la comedia de 2001 *Freddy Got Fingered* dije que había “sido aclamada como la peor película del siglo XXI; yo creo que es el peor artefacto cultural del siglo XXI. Verla fue una de las peores experiencias de mi vida, a la par con que me limaran un cuarto de milímetro de una muela sin anestesia a los 15 años”.

El *Increíble Hulk* de Louis Leterier, que tiene una actuación increíblemente mala, me dejó al borde de una crisis nerviosa.

Pero la medalla de oro para cero estrellas, por puro horror cinematográfico, es para el interminable viaje espiritual de autoayuda de Julia Roberts en la película del 2010 *Come, Reza, Ama*. Aquí está la reseña que escribí en su momento, y puedo sentir que me preocupa que cero sea generoso.