Jeremy Bowen
Editor internacional
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Testigos y equipos médicos internacionales reportan escenas terribles de muertes cuando tropas israelíes abrieron fuego en las horas previas al amanecer del martes contra palestinos que se acercaban a un nuevo punto de distribución de ayuda en el sur de Gaza. Un testigo extranjero lo describió como una "carnicería total".
Una declaración oficial del ejército israelí pinta un cuadro muy diferente. Afirma que "varios sospechosos" se acercaron a las fuerzas israelíes "desviándose de las rutas designadas". Las tropas "realizaron disparos de advertencia… y luego dispararon hacia algunos individuos que avanzaban hacia ellos".
La muerte de civiles que buscaban comida aumentará las críticas al polémico nuevo sistema de ayuda en Gaza.
Los nuevos centros de ayuda son un plan diseñado por Israel con apoyo de EE.UU., reemplazando a agencias de la ONU y otros grupos humanitarios con experiencia. La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) contrata equipos de seguridad armados, provistos por una empresa estadounidense, en zonas bajo control militar israelí.
La GHF comenzó después de que Israel prohibiera el ingreso de comida y ayuda, poniendo a la población en riesgo de hambruna, según agencias que monitorean crisis alimentarias.
Israel acusa a empleados de la ONU de permitir que Hamás robe ayuda. La ONU lo niega y se niega a cooperar con la GHF.
El sistema de la GHF tiene fallas graves, confirmando los temores de expertos. Jake Wood, su exdirector, renunció hace una semana, diciendo que no cumpliría los principios de "humanidad, neutralidad e independencia".
La ONU tenía una red amplia de distribución, incluyendo cocinas comunitarias. La GHF obliga a la gente a viajar por zonas de guerra para recibir raciones, causando caos. Los más fuertes acaparan la ayuda; los débiles no reciben nada.
Palestinos caminan toda la noche para estar primeros en la fila. Las aglomeraciones son difíciles de controlar. Hoy, soldados israelíes abrieron fuego con resultados mortales.
Antes de esto, el Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, Volker Türk, dijo que el plan de la GHF muestra "desprecio total por civiles: ¿Imagina a gente desesperada, sin comida ni medicina por meses, obligada a arriesgar su vida?".
Israel, según él, "ignora las leyes de guerra y la protección de civiles".
Los defensores de la GHF dicen que es mejor que nada y puede expandirse. Sus críticos afirman que Israel usa la ayuda para controlar civiles. Ministros israelíes admiten usarla como "palanca" contra Hamás.
La violencia alrededor de la GHF ocurre cuando aliados de Israel, como Reino Unido y Canadá, exigen cambios en su conducta, incluyendo permitir más ayuda humanitaria.
Amenazan con sanciones o reconocer un estado palestino si Israel no detiene su ofensiva.
Diplomáticos occidentales ven con horror cómo crece el aislamiento de Israel mientras mueren civiles hambrientos en Gaza.
