Arrasate apuesta por la cantera

A una semana de la Navidad, a la vuelta de la esquina, los creadores del Cluedo lanzan una edición para ‘swingers’ – ¡todos lo hicieron, en todas las habitaciones! – el Real Mallorca se enfrenta a otro de esos “partidos a vida o muerte” por la permanencia mañana sábado 29 a las 14:00 horas en Son Moix. La trascendencia del encuentro radica en que nuestro rival, el Osasuna (que ocupa el decimoséptimo puesto de La Liga, a un solo punto del equipo palmesano), estará ansioso por no permitir que el Mallorca se aleje de la zona de descenso, lo que les dejaría en una posición sumamente precaria.

No cabe duda de que el equipo mallorquinista ha mejorado, pero aún no logra escapar del furgón de cola, lo que convierte el partido de mañana, en términos futbolísticos, en “una auténtica final”. Es esa época del año en la que el Mallorca debería sumar puntos, ya que, incluido el encuentro de mañana, nos mediremos al Osasuna, Oviedo, Elche y Valencia en las escasas semanas que restan de 2025. Otro compromiso, encajado a presión, tendrá lugar el próximo martes por la noche (19:00 h): un partido de la segunda ronda de la Copa del Rey frente al Numancia, de cuarta división, en Soria.

El rival de mañana, el Osasuna, será especialmente bien recibido (¡fuera del terreno de juego!) por nuestro entrenador, Jagoba Arrasate, quien dirigió durante seis años en El Sadar de Pamplona. El Osasuna posee el peor registro visitante de La Liga en lo que va de temporada, con un único punto en siete encuentros fuera de casa. El pasado febrero en Palma, un gol de Muriqi en el minuto 82 pareció ser suficiente para lograr la victoria, pero en el tiempo de descuento, Osasuna empató en el minuto 95.

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El fútbol es un negocio de resultados, pero la derrota por 2-1 del pasado sábado en Villarreal fue una cosa y el desempeño (especialmente en la primera mitad) fue otra. Por fin, fuera de casa y ante un equipo de calidad Champions League, presentamos batalla, soportando una gran presión y poniendo en ocasiones al Villarreal “contra las cuerdas”. Jugar como lo hicimos el fin de semana pasado es motivo de optimismo para los mallorquinistas.

¿Y a qué se debe el cambio? Por primera vez con Arrasate, alineamos como titulares a los jóvenes Jan Virgili, Pablo Torre y Mateu Joseph. El primero tiene 19 años y los otros dos, 22. La excelente primera parte del Mallorca fue una de las mejores actuaciones de la temporada y gran parte del mérito recayó en la irrupción de estos jóvenes promesas. Necesitábamos un poco de juventud y frescura, y estos tres nos lo dieron con creces el sábado pasado.

Virgili aporta algo por lo que el Mallorca clamaba: un extremo izquierdo que dota al equipo de una verdadera amenaza ofensiva por los flancos gracias a su osadía y su habilidad en el dribling cercano. Aunque aún no ha marcado en La Liga, sus hazañas goleadoras con la selección española sub-21 auguran que es solo cuestión de tiempo que veamos su nombre en el marcador.

Pablo Torre ha sido irregular en los últimos partidos, pero el pasado sábado ocupó la posición que normalmente desempeña Sergi Darder y el joven cántabro no defraudó. Si logra hallar la constancia y cumplir con la promesa que mostró en el Barcelona, mucho mejor. ¿No debería ser titular mañana?

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Mateo Joseph, cedido por el Leeds United, es un auténtico quebradero de cabeza para las defensas rivales; no cesa de presionar y desafiarlas (algo que Cyle Larin no hacía). Ya sea presionando o desbordando, aporta velocidad y profundidad ofensiva. Además, es el compañero perfecto para Muriqi, quien lleva muchísimo tiempo careciendo de un compañero de ataque con sinergias.

Otro jugador que está marcando una diferencia notable en el Mallorca actualmente es Samu Costa. El portugués de 24 años está en todas partes, da y recibe, y se deja la camiseta en el campo con sus incansables actuaciones, llegando incluso a marcar goles. El único punto flaco de su juego son sus arranques de genio, especialmente con los árbitros. Debe aprender a no replicar a los oficiales – ¡en especial a los españoles!

El diario deportivo Marca publicó recientemente un artículo detallando el aforo de los estadios de La Liga, la asistencia media y el porcentaje de ocupación. Las estadísticas del Real Mallorca no son buenas. Solo una media de 17.894 espectadores acuden a Son Moix, a pesar de que el fantástico nuevo estadio ofrece todas las comodidades que se esperan de un club de élite en el siglo XXI.

Son Moix tiene ahora una capacidad para 26.020 personas y cuenta con unos 23.000 “socios”, lo que significa que la tasa media de ocupación es de un mísero 68,8%. Se concede que no somos un equipo de “galácticos”, pero el fútbol que se exhibe no es malo, y no hay nada como un partido en directo. He conocido a aficionados británicos expatriados que residen en la isla (algunos desde hace bastante tiempo) y que apenas ponen un pie en Son Moix porque son seguidores de algún club del Reino Unido.

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PD: Antes del partido de mañana, a partir de las 12 del mediodía, habrá un ambiente festivo en la zona de aficionados frente al Mallorca Sports Bar. En el menú: cervezas 2×1 y una paella gratuita, ¡además de música a cargo de DJs! ¿Qué más se puede pedir?

Y PARA TERMINAR, una pareja hacía unas compras navideñas anticipadas. El centro comercial estaba abarrotado y, mientras la esposa paseaba, se sorprendió al darse cuenta de que su marido no estaba por ningún lado. Molesta porque tenían mucho que hacer, lo llamó por teléfono para preguntarle dónde se encontraba.
Con una voz queda, él dijo: “¿Recuerdas la joyería a la que entramos hace unos años, donde te enamoraste de aquel collar de diamantes que no podíamos permitirnos y te dije que algún día te lo compraría?” La esposa, con un nudo en la garganta, se emocionó hasta las lágrimas al pensar que él había recordado esa promesa, y contestó: “Sí, cariño, recuerdo perfectamente esa joyería.” “Pues bien,” replicó él, “¡estoy en el bar de al lado!”