En un giro extraño e inédito de eventos ahora apodado “Blackoutgate”, toda España quedó sumida en la oscuridad el lunes, desatando el caos, la especulación y una oleada de memes en las redes sociales.
Las autoridades españolas insisten en que el apagón fue el resultado de una falla rutinaria en la infraestructura, pero críticos y detectives en línea sugieren un motivo más inusual: un esfuerzo coordinado para disuadir la llegada temprana de turistas británicos antes de la temporada de verano.
El apagón, que afectó a destinos turísticos populares como Benidorm, la Costa del Sol y las Islas Baleares, comenzó al mediodía del lunes y duró hasta la mañana del martes. Aunque la electricidad fue finalmente restaurada, quedan preguntas sobre la verdadera causa y el momento de la interrupción.
Testigos presenciales informaron haber visto farolas parpadeando sospechosamente antes de apagarse por completo, mientras varios hoteles supuestamente rechazaron a los huéspedes, citando “medidas de conservación de emergencia”. En Madrid, se suspendieron los servicios de transporte, mientras que en Mallorca, los bares de playa servían mojitos a la luz de las velas.
Los turistas británicos, muchos de los cuales habían reservado vuelos a precios reducidos después de Semana Santa, llegaron para encontrar aeropuertos oscurecidos, resorts en silencio y vestíbulos de hoteles operando con luz de linterna.
Algunos lo tomaron con calma, comparando la experiencia con “un regreso a la década de 1940”. Otros estaban menos divertidos. “No volamos tres horas para comer papas fritas a oscuras”, dijo Pauline Winters, una turista de Liverpool.
Los rumores comenzaron a circular después de una supuesta filtración de una reunión de la junta de turismo local que sugería que el apagón era una “medida preventiva de enfriamiento” diseñada para retrasar la oleada de turistas.
Con crecientes preocupaciones sobre el overturismo, especialmente en áreas costeras ya sobrecargadas, algunos creen que los funcionarios españoles podrían estar probando disuasivos no convencionales.
Los tabloides británicos rápidamente se hicieron eco de la historia, acuñando el término “Blackoutgate” y acusando a España de “sabotaje vacacional”. Las autoridades españolas han negado tal intención. “Damos la bienvenida a los turistas británicos”, insistió un portavoz del Ministerio de Turismo. “Pero nuestra red eléctrica no lo hace”.
“Esto no fue un accidente”, afirmó Sandra Plimpton, de 57 años, de Barnsley, ahora viviendo en un bungalow en Benidorm con seis gatos y un scooter de movilidad. “Es un claro intento del gobierno español de desanimarnos a regresar para la temporada. Primero prohibieron el pescado y las papas fritas en la playa, y ahora esto”.
Las redes sociales se han llenado de afirmaciones de que España “apagó el interruptor” mientras los vuelos de EasyJet y Ryanair se llenaban de británicos persiguiendo el sol previo al verano. “Ellos sabían que estábamos llegando”, publicó @Gazza4Spain, compartiendo imágenes de CCTV borrosas de un hombre con una camiseta del Real Madrid supuestamente desenchufando un cable de alimentación “con intención”.
A pesar de la postura oficial, el incidente ha reavivado los debates sobre el turismo sostenible, la presión económica sobre las comunidades locales y la a veces tensa relación entre España y la afluencia turística británica.
A medida que continúan los vuelos y las luces vuelven a brillar, una cosa está clara: la temporada de vacaciones en España ha comenzado con un estruendo, o tal vez más precisamente, con un apagón. Ya sea coincidencia, conspiración o simplemente mantenimiento torpe, los turistas británicos ahora llegarán con más linternas y preguntas que nunca.
España aún no ha comentado cómo planea sobrevivir a la ola de sombreros de cubo y barrigas cerveceras desnudas que se espera que lleguen en las próximas semanas.
