El ex-CEO de Cano Health, Marlow Hernández, se enfrenta esta semana a un juicio ante un jurado por denuncias de fraude y corrupción. El proceso, que comienza este lunes, examinará las acusaciones de que Hernández utilizó su puesto para enriquecerse ilícitamente a sí mismo y a su familia — unas acciones que, segun los demandantes, contribuyeron a llevar a Cano a la bancarrota.
Esta será la primera vez que Hernández se siente en el banquillo por su presunta mala conducta en Cano, empresa que fundó en 2009.
La compañía, con sede en Miami, es un proveedor de atención primaria centrado en personas mayores que salió a bolsa en 2021 mediante una fusión con una SPAC valorada en 4.400 millones de dólares. El año pasado, se acogió al Capítulo 11 de bancarrota. Esta declaración se produjo menos de un año después de que tres miembros del board de Cano renunciaran públicamente en protesta por su estrategia de gobierno. Abandonaron sus puestos en marzo de 2023, cuando la acción de la compañía había caído un 80% en 12 meses.
La mayoría de los expertos del sector recibieron la noticia de la quiebra sin sorpresa, considerándola resultado directo de una mala gestión, una deficiente selección de mercados y una estrategia de crecimiento quijotesca.
Los demandantes en el juicio que Hernández afronta esta semana — Onsite Dental y su filial CD Support — reclaman más de 72 millones de dólares en daños y perjuicios.
Alegan que Hernández realizó múltiples declaraciones fraudulentas que les llevaron a firmar dos acuerdos comerciales de gran envergadura — cuyo valor total superaba los 30 millones de dólares.
Según la demanda, Cano debía asociarse con Onsite para abrir clínicas dentales dentro de sus centros de atención primaria — así como pagar a la empresa tarifas mensuales garantizadas que sumaban cientos de millones de dólares a lo largo de veinte años.
Hernandez les dijo que Cano expandía su oferta de atención basada en valor para incluir servicios dentales y que buscaba un socio para escalar esas operaciones a nivel nacional, declaró Joe Mamouna, uno de los abogados de los demandantes.
Estos alegan que Hernández mintió sobre datos clave, incluyendo la salud financiera de Cano, la aprobación interna de los contratos y el cumplimiento de las normativas sanitarias. Afirman que estas falsedades provocaron que Cano dejara de pagar facturas por valor de más de 5,5 millones de dólares.
La demanda acusa a Hernández de fraude, declaración negligente, prácticas comerciales engañosas y enriquecimiento injusto por haber engañado a sus socios comerciales para luego beneficiarse personalmente del acuerdo.
Sostienen que invirtieron millones de dólares en personal, equipamiento e infraestructuras para lanzar clínicas dentales bajo la marca Cano, para que luego la empresa dejara de pagar sus facturas de repente. Dado que su acuerdo garantizaba pagos mensuales fijos, esa interrupción del flujo de efectivo, supuestamente, les dejó sin liquidez y les obligó a cesar operaciones, despedir empleados y abandonar docenas de clínicas en plena construcción.
Según lo revelado en el proceso de descubrimiento de pruebas, Hernández presuntamente utilizó el trato con Onsite Dental para “llenarse los bolsillos él y los de su esposa”, afirmó Mamouna.
Hernández no respondió a la solicitud de comentarios de MedCity News.
Foto: tiero, Getty Images
