El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunció un discurso desafiante en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), en un intento por justificar la campaña militar de su país en Gaza y denunciar a los aliados occidentales ante las crecientes críticas globales hacia una guerra que ya lleva casi dos años.
Al dirigirse a la AGNU en Nueva York el viernes, el cada vez más acorralado líder israelí censuró la “actitud vergonzosa” de algunas naciones occidentales que en los últimos días han movesdo para reconocer un estado palestino.
“Será una mancha de ignominia para todos ustedes”, afirmó.
“Su actitud vergonzosa fomentará el terrorismo contra los judíos y contra personas inocentes en todo el mundo”.
Netanyahu, quien enfrenta una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra en Gaza, habló ante un hemiciclo semivacío, ya que numerosos delegados abandonaron la sala de la Asamblea General en señal de protesta mientras se acercaba al podio.
Mientras tanto, miles de personas salieron a las calles de Nueva York para protestar contra la presencia de Netanyahu en la ciudad y condenar la guerra de Israel en la asediada Franja de Gaza, donde los ataques israelíes han causado la muerte de más de 65.000 personas.
“No es bienvenido en la ciudad de Nueva York”, declaró un representante del movimiento juvenil palestino a Al Jazeera durante la manifestación.
“Es inconcebible que los funcionarios electos de Estados Unidos, tanto a nivel federal como aquí en la ciudad, le estén tendiendo la alfombra roja”.
Mensaje a Hamás: rendirse o perecer
Durante su alocución, Netanyahu insistió en que, a pesar de la creciente presión internacional y la condena de la ofensiva, Israel “debe terminar el trabajo” en Gaza, en respuesta a los ataques dirigidos por Hamás en octubre de 2023, durante los cuales se estima que murieron aproximadamente 1.139 personas.
“Los líderes occidentales quizás hayan cedido a la presión”, dijo. “Pero les garantizo una cosa: Israel no lo hará”.
El discurso de Netanyahu también fue transmitido en Gaza a través de altavoces, un hecho que él mismo reconoció, enviando un mensaje directo a los cautivos israelíes retenidos en el territorio.
“No los hemos olvidado, ni por un segundo”, aseguró. “El pueblo de Israel está con ustedes. No vacilaremos y no descansaremos hasta traerlos a todos a casa”.
Netanyahu también afirmó que su discurso llegaba a los teléfonos móviles de los gazatíes, incluido el liderazgo de Hamás, a quien lanzó un ultimátum: deponer las armas y liberar a los cautivos, o perecer.
Los críticos señalan que la falta de voluntad de Netanyahu para alcanzar un acuerdo de alto al fuego en Gaza ha impedido la liberación de los prisioneros, y muchos opositores, incluidos miembros del parlamento israelí, acusan al primer ministro de prolongar el conflicto con fines políticos.
Negación del genocidio
A lo largo de su intervención, Netanyahu expuso una narrativa ya conocida, refiriéndose repetidamente al ataque de 2023 para justificar la continuidad de la guerra contra Gaza.
Asimismo, detalló la “guerra de siete frentes” que Israel libra contra sus enemigos en la región. Apoyándose en una diapositiva titulada “La Maldición”, enumeró a las facciones a las que Israel se ha enfrentado, incluyendo a Hamás en Gaza, los hutíes en Yemen, Irán, Siria, Hezbolá en el Líbano y milicias iraquíes.
Netanyahu fue particularmente mordaz con los aliados occidentales de Israel, con la excepción de Estados Unidos, que ha sido el defensor más firme de su país en el ámbito internacional y su principal proveedor de armamento.
“Ustedes saben en el fondo que Israel está librando su propia batalla”, dijo a los líderes occidentales. También afirmó, sin aportar pruebas, que en privado, dichos líderes le han agradecido los esfuerzos de su país por estabilizar la región frente al “terrorismo”.
Los miembros de la delegación estadounidense presente podían verse aplaudiendo durante gran parte del discurso.
Netanyahu negó que Israel esté cometiendo un genocidio en Gaza, tal como ha determinado una investigación de la ONU y sostiene un número creciente de expertos, argumentando que su ejército no indicaría zonas de evacuación si tal fuera su intención.
También negó que Israel esté matando deliberadamente a la población de Gaza, donde se ha confirmado una hambruna, culpando a Hamás de desviar la ayuda humanitaria para venderla y financiar la guerra.
A finales de junio, un informe interno de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) concluyó que no había evidencias del saqueo sistemático por parte de Hamás de la ayuda proporcionada por Estados Unidos.
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, criticó el discurso de Netanyahu ante la AGNU, calificándolo de “un discurso cansado y quejumbroso” plagado de “estrategias ya caducas”. También subrayó que Netanyahu no presentó ningún plan de paz que permitiera la liberación de los cautivos israelíes retenidos en Gaza.
El gobierno gazatí también criticó la intervención y declaró el viernes que Netanyahu promovió “ocho grandes mentiras” en la AGNU en un intento por justificar sus crímenes de guerra y de genocidio en Gaza.
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