Almería es una región clave, aunque poco conocida, en la gestión de residuos tóxicos.
Fotografía: De an Sun via Unsplash
A PESAR DEL DESCONOCIMIENTO GENERAL, Almería guarda un secreto poco divulgado: es una de las principales provincias andaluzas en la gestión de residuos peligrosos. En Almería, se declaran anualmente más de 70.000 toneladas de estos residuos, lo que representa el 22,9 por ciento del total de la comunidad autónoma. Asimismo, es la segunda provincia más productiva en la gestión de este material, solo superada por Cádiz.
Esta cifra impresionante se debe al volumen de actividad agrícola, de servicios e industrial que se desarrolla en Almería. Sin embargo, los residuos declarados no se entierran ni se dirigen a vertederos: con decenas de miles de toneladas declaradas cada trimestre, Almería cuenta con un sistema estricto y eficaz para el procesamiento de dichos residuos, lo que la convierte en una región clave para esta labor crucial. Son tratados, clasificados y canalizados hacia instalaciones especializadas en coordinación con la Junta de Andalucía.
Almería no solo produce residuos, sino que también los gestiona: se administran más de 116.000 toneladas, procedentes tanto de su territorio como de otras regiones. A pesar de su relevancia en la gestión de los residuos tóxicos propios y colindantes, resulta sorprendente para muchos que Almería lidere esta labor tan callada, dado que la región es más famosa por su valor turístico y agrícola.
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En concreto, una red de 46 instalaciones de gestión se distribuye por 19 municipios de Almería; 41 son centros de tratamiento directo y 16 se utilizan como almacenamiento temporal. Zonas como El Ejido, Cuevas del Almanzora, Pulpí, Huércal de Almería, Viator, Adra, Carboneras y Berja son actores fundamentales. La gestión de un volumen de residuos que de otro modo sería abrumador, es posible gracias a la sofisticada infraestructura con que cuenta Almería para este tipo de labor. Aunque buena parte de la ciudadanía desconoce esta faceta esencial de la región, el trabajo de gestión y procesamiento de residuos es complejo, coordinado y controlado, lo cual facilita el cuidado continuado de la huella ambiental de la región y, por ende, de toda Andalucía.
