Algunos soldados utilizan trabajadoras sexuales pese a la prohibición, según una investigación

Una investigación del ejército británico descubrió que algunos soldados en una base polémica de Kenia siguen usando trabajadoras sexuales, aunque está prohibido.

Los soldados de la British Army Training Unit Kenya (Batuk) usaron estos servicios en un nivel "bajo o moderado", según un informe. Añadió que hace falta más trabajo para eliminar esta práctica.

La investigación cubrió más de dos años, revisando conductas en la base desde julio del 2022. Se ordenó en octubre del 2025 después de un reportaje de ITV sobre el comportamiento de los militares, incluyendo acusaciones de que pagaban a mujeres locales por sexo.

El documental de ITV siguió a preocupaciones previas sobre Batuk tras la muerte en 2012 de Agnes Wanjiru, una mujer local que supuestamente fue asesinada por un soldado británico de la base. Desde entonces, hubo más denuncias sobre la conducta de las tropas en el campamento, ubicado cerca de Nanyuki, a 200 km de Nairobi.

El jefe de Defensa del Reino Unido, general Sir Roly Walker, dijo que el ejército está comprometido a frenar la explotación sexual en sus filas. "El informe concluye que el sexo transaccional aún ocurre en Kenia en un nivel bajo o moderado. No debería pasar en absoluto", declaró.

La investigación tardó más de dos años y fue realizada por un panel de cuatro personas, incluyendo oficiales y un asesor independiente. Analizó el comportamiento en Batuk y evaluó los sistemas para prevenir violaciones a la regulación JSP 769, que prohibe pagar por sexo.

El reporte detalla 35 casos sospechosos desde julio del 2022, cuando se publicaron las nuevas reglas. De esos, 26 ocurrieron antes de que se diera entrenamiento obligatorio en noviembre de ese año. En la mayoría, no se pudo comprobar las acusaciones.

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Además, el Foreign Office confirmó menos de cinco casos nuevos bajo investigación. El informe reconoció que el ejército ha tomado medidas, como patrullas "sharkwatch" con oficiales supervisando a soldados cuando salen de noche, pero admitió que el problema persiste.

El ejército implementará recomendaciones, como despedir más fácilmente a los infractores y reforzar la capacitación.

La controversia en Batuk comenzó años atrás, cuando el Sunday Times reveló en 2021 la posible participación de un soldado en el asesinato de Wanjiru, cuyo cuerpo apareció en una fosa séptica.

Paralelamente, parlamentarios kenianos investigan maltratos a locales por parte de soldados, incluyendo abusos y abandonos de hijos con madres kenianas. En junio de este año, un militar acusado de violación fue repatriado.

Pese a todo, el informe destacó que la mayoría de los kenianos cerca de Batuk están contentos con la presencia del campamento. "No está fuera de control, pero el ejército debe asumir que el riesgo podría estar en el nivel alto de lo moderado", concluyó.