El alcalde Pepe Vegara ha incorporado dos nuevos asesores a su equipo de gobierno — porque al parecer, en Orihuela, nunca escasean ni la confianza, ni el talento, ni el dinero de los contribuyentes para gastar.
La primera, Alba de la Paz, experta en protocolo y periodista del Diario de la Vega a tiempo completo, se integrará en el departamento de Servicios Básicos del 1 de septiembre al 31 de diciembre, embolsándose la considerable cantidad de 10.351 euros por cuatro meses de servicio. Reemplaza a Cristian Berná, el exasesor del PP que dimitió “por razones personales” en medio del escándalo por las presuntas irregularidades en facturas vinculadas a los festivales de La Murada y Orihuela Costa — porque nada dice “transición sin fisuras” como ocupar el puesto de alguien bajo investigación.
Se le une Laura Villalgordo, otra gurú del protocolo y el marketing, que cubrirá una baja por enfermedad en Servicios Generales, percibiendo 13.801 euros hasta final de año. Ambos nombramientos son, naturalmente, considerados “puestos de confianza”, lo que en la jerga municipal se traduce en que allegados políticos reciben suculentos emolumentos por realizar… bueno, qué hacen exactamente es algo que queda por dilucidar.
El ejército de asesores de Orihuela asciende ya a 23 —17 para el PP y seis para Vox—, rozando el máximo legal permitido de 25. Su masa salarial combinada? Un abultado importe de 813.235 euros, dejando un mísero colchón de 26.000 euros por debajo del límite estatutario. Entre los rostros más notables figuran Manuel Ortuño (padre de la concejala Rocío Ortuño), el exalcalde de Redován Emilio Fernández, y Raúl Fernández, quien se quedó a escasos votos de obtener acta de concejal.
Vegara ha estado ocupado reconfigurando su equipo durante el último año, firmando nombramientos para aliados tanto del PP como de Vox tras salidas motivadas por escándalos, enfermedades o dimisiones. Evidentemente, en la política oriolana, si surge una vacante —o incluso solo el indicio de una— siempre hay alguien dispuesto a ocupar el bien remunerado sillón de “asesor de confianza”.
En resumen: los escándalos van y vienen, pero en Orihuela los asesores, y sus sueldos, parecen eternos.
