En los barrios más desfavorecidos de Río de Janeiro, los cadáveres se acumularon este martes en el marco de las más extensas operaciones policiales contra el narcotráfico de la urbe, que se saldaron con al menos 64 fallecidos en escenarios de intensos enfrentamientos.
Aproximadamente 2.500 agentes fuertemente artillados, con el respaldo de vehículos blindados, helicópteros y drones, intervinieron en la ofensiva contra la principal organización narcotraficante de Brasil en dos complejos de favelas al norte de Río.
Los estampidos de disparos resonaron en los alrededores del aeropuerto internacional de Río, mientras columnas de humo ascendían de varios incendios durante la tarde, varias horas después del inicio de los operativos.
Los residentes buscaron refugio de forma precipitada y los comercios bajaron sus persianas en medio de informes policiales que señalaban el uso de drones por parte de las pandillas para contraatacar.
El gobernador del estado, Claudio Castro, calificó la intervención en los complejos de favelas de Penha y Alemão como la mayor en la historia del estado.
El gobierno federal afirmó que el objetivo de las incursiones era frenar la expansión de una banda conocida como Comando Vermelho.
Castro reportó una cifra de sesenta abatidos, presuntos integrantes de bandas criminales.
Una fuente de su gabinete comunicó a la AFP que, además, habían perdido la vida cuatro agentes policiales.
Hacia el final de la tarde del martes, la operación aún permanecía en curso.
‘Una población aterrorizada’
Testigos de la AFP observaron a la policía en la favela de Vila Cruzeiro, custodiando a una veintena de jóvenes agrupados y sentados en el suelo, cabizbajos, descalzos y sin camisa.
“Es la primera ocasión en que observamos drones manejados por criminales arrojando artefactos explosivos dentro de la comunidad”, relató un residente de Penha bajo condición de anonimato.
“Todo el mundo está aterrorizado debido a la intensidad de los disparos”, agregó.
Si bien las incursiones en favelas son frecuentes, esta ha sido la más letal registrada hasta la fecha. El anterior saldo mortal más elevado tuvo lugar durante un operativo en 2021, con un resultado de 28 fallecidos.
La ofensiva del martes colapsó el tráfico en numerosas arterias principales de la ciudad costera.
“Nos hemos quedado sin servicio de autobuses, sin nada, en medio de este caos y sin saber qué acciones tomar”, expresó Regina Pinheiro, una pensionista de 70 años que intentaba retornar a su domicilio.
Favelas bajo el yugo del crimen
Las fuerzas policiales movilizaron dos helicópteros, 32 vehículos blindados y 12 unidades de demolición, empleadas para desmantelar las barricadas erigidas por los narcotraficantes con el fin de obstaculizar el acceso policial a las intrincadas callejuelas de las favelas.
Las macrooperaciones policiales son habituales en Río, el principal foco turístico de Brasil, especialmente en las favelas, barriadas humildes y densamente pobladas que a menudo se encuentran bajo el dominio de facciones criminales.
Castro difundió en X una grabación de lo que describió como un dron manipulado por pandilleros lanzando un proyectil desde un cielo nublado.
“Así es como los criminales enfrentan a la policía de Río: con explosivos lanzados desde drones. Esta es la verdadera dimensión del desafío al que nos confrontamos. No se trata de delincuencia común y corriente, sino de narcoterrorismo”, sostuvo.
El diputado Henrique Vieira, pastor evangélico, condenó enérgicamente el proceder policial.
El gobierno estatal “trata a la favela como territorio hostil, con impunidad para disparar y asesinar”, escribió en la misma red social.
‘Horrorizados’
Desde Ginebra, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU manifestó sentirse “horrorizada” por la violencia del martes.
“Esta operación letal refuerza la tendencia de resultados fatales extremos en las intervenciones policiales dentro de comunidades marginales de Brasil”, declararon portavoces de la ONU en un comunicado.
“Recordamos a las autoridades sus obligaciones conforme al derecho internacional de los derechos humanos e instamos a la realización de investigaciones prontas y efectivas”.
El año anterior, cerca de 700 personas perdieron la vida durante operativos policiales en Río, un promedio de casi dos diarias.
Especialistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos han censurado este tipo de estrategias de seguridad en Brasil, tildándolas de ineficaces para desarticular a las organizaciones criminales.
La Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa del Estado de Río exigirá “aclaraciones sobre las circunstancias de la actuación, que una vez más ha transformado la vida en las favelas de Río en un escenario de guerra y barbarie”, declaró a la AFP Dani Monteiro, la diputada al frente de dicha comisión.
– TIEMPOS/AFP
