¿Cómo puedo recuperarme del agotamiento cuando debo seguir haciendo exactamente lo mismo que me llevó a colapsar? Durante los últimos siete años, he trabajado en cargos gubernamentales y soportado una intensa intimidación y misoginia. Al mismo tiempo, buenos colegas también fueron silenciados mediante el miedo o la coerción. Actualmente formo parte de un equipo realmente encantador, pero es un contrato temporal y ahora debo solicitar aún más empleos.
Tengo amigos maravillosos y nos apoyamos mutuamente, utilizo el servicio de asistencia al empleado y cuento con una terapeuta excelente. Además, mi situación económica es estable siempre que mantenga mis ingresos actuales.
En general, sé que lo estoy gestionando y sobreviviendo, pero estoy exhausta. No puedo permitirme un descanso porque tendría que financiarlo con mis ahorros; apenas tengo fuerzas para revisar ofertas de trabajo, y mucho menos para enviar solicitudes. Y ni hablar de tener que fingir durante una entrevista. ¡No puedo con todo! Ojalá tuviera un fondo fiduciario o un marido que pagara mis facturas. Así podría tomarme tres meses de descanso para sanar y cuidar de mí, para después reiniciar y volver a trabajar.
He tenido una vida increíble. Amo mi casa, mi sagaz, mi estilo, mis amigos, y valoro mi inteligencia y potencial. Pero siento que el agotamiento me está frenando.
¿Cómo puedo resolver esto? Muchos libros y blogs sobre el tema parecen asumir que existe una segunda fuente de ingresos que cubre todo mientras uno descansa. Pero en mi caso, solo estoy yo. ¿Cómo tomo un respiro en estas condiciones?
Eleanor dice: ¿Has oído que los perros de refugio suelen dormir durante la primera semana tras ser adoptados? Al sentirse por fin seguros, lejos del caos y el ruido del refugio, se sumergen en un sueño profundo después de un período de alerta constante.
Muchos de nosotros estamos, metafóricamente, desesperados por salir de ese estado de hipervigilancia, pero nadie va a llevarnos a casa. ¿Cómo se supone que debes permitirte descansar de verdad cuando siempre hay otra obligación, otra tarea? ¿Cómo encuentras alivio si tu entorno no te permite parar?
Un pequeño cambio que puede ayudar es pasar de pensar el autocuidado como actividades a verlo como búsqueda de sensaciones. La industria del wellness presenta el “descanso” como un conjunto de acciones: unas vacaciones, meditar, un tipo concreto de terapia… a menudo empaquetadas con un precio. Pero ninguna actividad resulta reparadora si te sientes vacío y agotado al hacerla. Las actividades ayudan cuando son vehículos hacia una emoción, pero es la emoción lo que importa. Forzarte a hacer algo que se supone te relaja, no sirve de mucho si el estrés te persigue, o si lo que necesitabas no era tranquilidad, sino sentirte disponible, libre o estimulado.
Puede ayudar identificar la sensación que necesitamos con más detalle del acostumbrado. No “necesito no sentirme angustiado”, sino “necesito sentirme seguro”, “como yo mismo” o “como si fuera suficiente”. Así podemos idear modos de obtener esas sensaciones sin requerir meses de vacaciones costosas. En lugar de la actividad “sin pantallas”, el objetivo de sentirme orgulloso de algo que hice hoy. En lugar de “dar un largo paseo”, la sensación de conectar con mi entorno. ¿Te aportan tus actividades de ocio las sensaciones que necesitas para recargarte? ¿Hay pequeñas formas de hacerles hueco incluso durante la jornada laboral?
Otra estrategia logística podría ser simplificar todo lo posible. Eres claramente inteligente, enérgica, capaz. Estas cualidades pueden girar 90 grados en tu psique y convertir cada aspecto de la vida en una oportunidad para hacerlo impecablemente. No tiene que ser así. Prepára comidas fáciles. Haz trámites administrativos a un nivel que no empeore tu vida, y luego para.
Dicho esto, hay un límite de lo que se puede hacer a nivel individual para resolver un problema sistémico. Esto es una cuestión de clase y de trabajo asalariado, de la obligación de intercambiar tiempo por dinero. No puedes replantear eso con positivismo porque no es, en origen, una experiencia psicológica. Es una experiencia de poder.
No está en nuestra mano simplemente dejar de trabajar. Por un lado, eso es muy frustante. Por otro, puede ser galvanizador: nos da razones para conectar y luchar junto a otras personas. Otras mujeres en tu sector enfrentan la misoginia en el lugar de trabajo; otras personas en tu momento vital temen por su jubilación. Una forma de superar los sentimientos de derrota e inutilidad es encontrar a esas personas y conectar con ellas, no solo para hablar de estos feelings, sino también para organizarse contra sus causas.
La carta ha sido editada por su extensión.
