La presencia del USS Gerald R. Ford en la Bahía de Palma ha generado, como era de esperar, un enorme interés entre quienes ansiaban observar el portaviones más grande del mundo. Observar desde una distancia segura es una cosa, pero aproximarse demasiado es otra muy distinta. Y las advertencias han dejado claro que acercarse en exceso podría no ser seguro.
“Están entrando en una zona restringida. Se les ordena abandonar el área y mantenerse alejados de este buque. De no cumplir, Estados Unidos podría tomar medidas defensivas y su embarcación podría resultar dañada.”
Ésta fue la advertencia en inglés, emitida a través de un altavoz, que escucharon el domingo quienes, desde sus botes, se atrevieron a aventurarse demasiado cerca. Infantes de marina se desplegaron en la nave para intervenir, de ser necesario.
Jesús Jurado, de Podemos, calificó estas amenazas de “inadmisibles”. Resulta “escandaloso” que un buque de propulsión nuclear esté fondeado en la bahía y amenace a las personas en ella.
Ha instado al Gobierno de España a prohibir el fondeo de “máquinas de matar” como el Gerald R. Ford, arguyendo que su presencia convierte a Mallorca en un “blanco militar”.
