Comprar y matricular un coche en España es posible para los no residentes con un NIE y una prueba de domicilio.
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Si pasas parte del año en España, seguramente has tenido la misma reflexión que tantos propietarios de segundas residencias tras una de esas rentals de coche sobrepreciadas: «¿No sería más fácil comprar mi propio coche aquí?»
La respuesta corta es que sí, se puede. ¿La respuesta larga? Esto es España. Siempre hay papeleo, ciertos peculiaridades y una buena dosis de paciencia de por medio.
No necesitas ser residente a tiempo completo
España no reserva la propiedad de vehículos exclusivamente para los locales. Ya sea que vivas aquí a tiempo parcial o solo vengas de vacaciones, la ley te permite comprar y matricular un coche. Lo que sí necesitas es un NIE, que basicamente es tu número de identificación de extranjero.
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Si ya eres propietario de una vivienda en España, es probable que ya lo tengas. Si no es el caso, obtenerlo debería ser tu primer paso – es requisito para casi todo, desde abrir una cuenta bancaria hasta dar de alta el Wi-Fi.
Una vez resuelto eso, también necesitarás acreditar que dispones de una dirección local. La forma más sencilla es con un certificado de empadronamiento, pero una escritura de propiedad o un contrato de alquiler de larga duración suelen ser suficientes.
Papeleo, estilo español
Aquí es donde las cosas empiezan a sentirse menos como una brisa mediterránea y más como una tormenta burocrática. Para matricular el coche, necesitarás:
- Tu pasaporte o DNI
- Tu NIE
- Prueba de domicilio (padrón, escritura o contrato de alquiler)
- La ficha técnica ITV del coche (la homologación española)
- Justificante de haber abonado los impuestos pertinentes
Parece sencillo, pero cada provincia gusta de añadir su propio giro. Algunas oficinas exigen el padrón, otras se conforman con un contrato de alquiler. Si compras a través de un concesionario, ellos suelen gestionar el trámite por una tarifa – y, sinceramente, suele merecer cada céntimo.
¿Y el seguro?
No puedes conducir en España sin un seguro de coche, aunque el vehículo permanezca en tu garaje. La mayoría de las compañías aseguran a no residentes, pero querrán ver tu NIE y prueba de domicilio.
Algunos expatriados han comentado que ciertas aseguradoras son más exigentes que otras. La opción más segura es recurrir a un corredor de habla inglesa que trabaje habitualmente con extranjeros. Empresas como The Insurance Centre o Caser Expat Insurance son conocidas por su flexibilidad.
La regla de los seis meses
He aquí un error común: si ya tienes un coche en tu país, ¿puedes simplemente conducirlo en España? Sí, pero solo durante seis meses dentro de un período de doce.
Pasado ese plazo, la cosa se complica. Si pasas más de medio año aquí, a ojos de Hacienda eres considerado residente, y tu coche debe estar matriculado en España. Superar ese plazo puede conllevar multas o incluso el inmovilización del vehículo.
Si te mudas oficialmente a España, el plazo se reduce: los residentes tienen solo 30 días para volver a matricular sus coches con placas extranjeras.
¿Cuánto cuesta todo?
Vamos a desglosarlo.
- Coche nuevo: pagarás el IVA habitual del 21%.
- Impuesto de Matriculación: basado en las emisiones de CO₂ – los coches menos contaminantes pagan menos.
- Impuesto de Circulación (IVTM): un tributo municipal anual, que varía según el municipio pero suele oscilar entre 50€ y 200€.
- Inspección ITV: unos 40–60€, dependiendo de la comunidad autónoma.
También pagarás una tasa en la DGT (la Dirección General de Tráfico) por las nuevas placas de matrícula y el permiso de circulación.
Para los coches de ocasión, verifica que no hay deudas pendientes asociadas al vehículo — estas se mantienen vinculadas al coche, no al anterior propietario.
¿Alquilar o comprar?
Si solo pasas unas semanas al año en España, puede que comprar no merezca la pena. Entre el seguro, los impuestos y las renovaciones de la ITV, es posible que el coche pase más tiempo en el garaje que en la carretera.
Pero si vienes con regularidad, o alquilas tu propiedad a amigos y familiares que usarán el coche, la compra puede ser rápidamente rentable. La comodidad por sí sola – llegar, coger las llaves y salir a la carretera sin hacer cola en un mostrador de alquiler – no tiene precio.
Las trampas de las que nadie te advierte
En España se adora el documento. Si pierdes uno, puede que termines repitiendo todo el proceso. Guarda cada recibo, certificado y copia debidamente archivados – o mejor aún, escanealos en la nube.
Otras trampas comunes:
- ITV caducada: fácil de olvidar si estás en el extranjero, pero las multas pueden alcanzar los 200€.
- Lapsos en el seguro: las pólizas no se renuevan automáticamente si cambias de banco.
- Exceder el plazo con matrícula extranjera: la norma de los seis meses se aplica con más rigor del que muchos creen.
Si quieres mantener la cordura, plantéate usar un gestor administrativo – un profesional autorizado que se encarga de la tramitación oficial por ti. Ellos harán cola en la DGT, pagarán los impuestos y te entregarán las placas cuando todo esté listo. Es muy español y muy práctico.
Una brisa de libertad
Así que sí, puedes comprar un coche en España sin ser residente oficial. Solo necesitarás paciencia, perseverancia y un pequeño montón de documentos. Pero una vez todo esté resuelto, la experiencia cambia por completo.
No más devoluciones del coche de alquiler al amanecer. No más búsquedas desesperadas de transmisiones automáticas. Solo tú, tu coche y la carretera abierta — desde una parada para tapear en Ronda hasta un atardecer en la Costa Blanca.
Tener un coche aquí no es un lujo; es sinónimo de independencia. Y para muchos propietarios de segundas residencias, esa libertad merece toda la burocracia española que conlleva.
