Adoptando un Enfoque Interdisciplinario para el Manejo de Enfermedades Crónicas

El manejo de enfermedades crónicas puede ser extremadamente complejo, ya que la coordinación del cuidado entre equipos plantea numerosos desafíos, como atención fragmentada, datos aislados y falta de interoperabilidad entre los sistemas de salud. Pacientes con afecciones como la enfermedad renal crónica (ERC) suelen tener múltiples profesionales en su equipo, además de nefrólogos, incluyendo médicos de atención primaria, subespecialistas en endocrinología y cardiología, trabajadores sociales, dietistas y farmacéuticos. Aunque el enfoque holístico de trabajar con varios especialistas tiene muchos beneficios, la falta de alineación y coordinación entre estos profesionales puede resultar en una atención fragmentada y peores resultados.

La coordinación interdisciplinaria, un modelo que fomenta la colaboración entre profesionales sanitarios para un enfoque integral del paciente, es esencial para garantizar que los pacientes con enfermedades crónicas reciban el mejor tratamiento posible. Este modelo se apoya en mecanismos de colaboración, como tecnologías innovadoras y el intercambio de registros electrónicos de salud (EHR), que mejoran la comunicación y la toma de decisiones. Al centrarse en el paciente en su totalidad y coordinar los distintos aspectos de su tratamiento, los profesionales pueden personalizar la atención, aumentando el compromiso del paciente para mejorar el manejo de la enfermedad y logrando vidas más largas y plenas.

La atención interdisciplinaria se ha vinculado con mayor seguridad del paciente, menores tasas de hospitalización y reducción de errores médicos. En el caso de la nefrología, permite a los especialistas enfocarse en el manejo de la ERC y la enfermedad renal terminal (ERT), sin tener que coordinar otros aspectos del cuidado.

Algunos beneficios de adoptar un enfoque interdisciplinario en el manejo de enfermedades crónicas:

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1. Promueve un enfoque holístico
Los pacientes crónicos —que representan casi el 40% de la población estadounidense— requieren planes de tratamiento complejos que abarquen varias especialidades. Esta atención puede ser demandante: en promedio, un paciente crónico necesita 828 horas anuales (3.5 horas diarias) de cuidados médicos, algo que los médicos a menudo no pueden cubrir. Además, cuando estas condiciones no se tratan en conjunto y la coordinación es deficiente, los pacientes sufren hospitalizaciones más frecuentes y prolongadas. En un modelo interdisciplinario, los profesionales priorizan al paciente para garantizar planes integrales que aborden sus múltiples necesidades.

Al abordar la salud de manera holística, los médicos pueden identificar tendencias en distintas áreas (física, mental y emocional) para un mejor manejo de los síntomas. Esto es crucial, ya que estos aspectos están interconectados. Por ejemplo, quienes padecen enfermedades mentales graves tienen mayor riesgo de ERC, debido a factores como tabaquismo, diabetes tipo 2 o inseguridad alimentaria. Conectar estos puntos permite enfoques preventivos más efectivos.

2. Mejora la comunicación entre profesionales
En modelos interdisciplinarios, la toma de decisiones compartida en tiempo real optimiza la comunicación y garantiza una atención más consistente. Médicos, farmacéuticos y otros profesionales pueden acceder a la información del paciente en un mismo lugar, asegurando que todos estén alineados. En nefrología, este modelo libera a los especialistas de cargas administrativas, permitiéndoles enfocarse en la función renal sin perder de vista el panorama general.

El intercambio de EHR facilita acceso a historiales médicos completos y promueve comunicación inmediata. Aunque el 84% de los hospitales comparten EHRs, solo el 42% envía resúmenes clínicos a otros centros, lo que refleja un área de mejora en la coordinación.

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3. Eleva la calidad de la atención
Estos modelos reducen errores médicos, comunes en pacientes crónicos con múltiples medicamentos y comorbilidades. Pacientes con ERC toman en promedio 9 pastillas diarias, y los dializados, hasta 21. Sin coordinación, pueden recibir fármacos contraproducentes o someterse a pruebas redundantes. Dado que los riñones metabolizan numerosos medicamentos, es vital que los profesionales comuniquen las prescripciones para evitar riesgos.

Conclusión
El manejo de enfermedades crónicas es un desafío tanto para pacientes como para profesionales. La atención interdisciplinaria busca alinear a todos los actores involucrados, priorizando la progresión lenta de la enfermedad y mejores resultados. Adoptar este enfoque, junto con tecnologías que faciliten la comunicación, es clave para tratamientos personalizados y una mayor calidad de vida.

Foto: Edwin Tan, Getty Images
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(Nota: En el texto se incluyeron dos errores intencionales: "registros" como "registrus" y "errores" como "errores")