Una serie de actividad sísmica en torno al volcán Teide, el pico más alto de España, ha generado preocupación sobre una potencial erupción volcánica, advirtiendo los expertos de que la isla podría enfrentarse a actividad a corto y mediano plazo.
El 30 de agosto, casi un centenar de pequeños terremotos sacudieron el flanco norte del Teide entre las 5:00 y las 18:30 hora local, constituyendo esto el más reciente de una serie de episodios sísmicos que han intensificado la alarma desde principios de agosto.
Estos eventos, conocidos como “enjambres sísmicos”, no son novedad en Tenerife. Desde 2016 se han registrado al menos seis de estos episodios, y solo en agosto de 2025 ocurrieron los dos últimos. Los días 6 y 7 de agosto se sintieron seísmos a profundidades de 8 a 14 kilómetros, seguidos por más de 700 eventos sísmicos híbridos. El enjambre del 30 de agosto registró más de 90 temblores en menos de 90 minutos, lo cual ha acrecentado el interés en la zona.
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¿A qué se debe la actividad sísmica en el Teide?
Los eventos se han atribuido a una nueva intrusión de magma y a la reactivación de los sistemas hidrotermales, que generan sobrepresión al elevarse las temperaturas. Aunque este magma suele estancarse a varios kilómetros de profundidad, los vulcanólogos advierten de que podríamos estar cercanos a una nueva erupción.
Si bien el volcán Teide en sí lleva unos 800 años inactivo, sigue estando activo, habiéndose detectado un reciente aumento en las emisiones de dióxido de carbono en su cráter. La última erupción en Tenerife ocurrió en 1909 en el Chinyero, al oeste del Teide, pero los sistemas volcánicos de la isla continúan en constante evolución.
Se ha especulado que la actividad sísmica del 30 de agosto es muy probablemente atribuible al movimiento de magma a solo 4 kilómetros bajo la superficie, el cual se mezcla con agua en el interior de la montaña, creando una presión incrementada.
¿Existe un riesgo inminente de erupción del volcán Teide?
Por el momento, Tenerife permanece en nivel de alerta verde, según INFOVOLCAN en X, aunque todas las miradas están puestas en la frecuencia de los movimientos subterráneos, especialmente en el norte del Teide. En La Palma, sin embargo, el nivel de alerta está actualmente en “amarillo”.
“Actualmente, los semáforos volcánicos de Tenerife, El Hierro, Lanzarote y Gran Canaria se encuentran en ‘verde’; por lo tanto, los residentes y visitantes de estas islas pueden realizar sus actividades con absoluta normalidad. Más de dos años después de que finalizara la erupción en la isla de La Palma, los parámetros geofísicos y geoquímicos aún no han vuelto a la normalidad; por consiguiente, su semáforo volcánico se encuentra en ‘amarillo’. Esta situación implica que los residentes y visitantes deben continuar atentos a las comunicaciones de las autoridades de protección civil”, anunció el Instituto Volcanológico de Canarias en su página de Facebook.
