El buque insignia de la Royal Navy, el portaaviones Prince of Wales, efectuó una sonora entrada en Gibraltar el domingo, realizando el tradicional saludo de cañonazos que, posteriormente, fue “contestado” por la base naval gibraltareña.
El portaaviones, uno de los buques de guerra más grandes del mundo y equipado con veinticuatro cazas furtivos F35, retorna al Reino Unido tras un despliegue de siete meses en el Pacífico. Le acompañaban el destructor Dauntless y la fragata Richmond, la cual visitó Palma la semana pasada. Un buque de apoyo arribó más tarde.
La estampa del buque insignia de la Royal Navy fondeado en el puerto fue recibida con efusividad por la población gibraltareña. Las naves cuentan con una dotación conjunta de casi tres mil hombres y mujeres.
El Grupo de Tarea se dirige a sus bases en Plymouth y Portsmouth tras una larga misión en el Pacífico. Han visitado Australia, Japón, Corea del Sur e Índia.
El Prince of Wales es el segundo portaaviones de la clase Queen Elizabeth. Se prevé que ambas unidades permanescan en servicio hasta el 2050.
