Por Peter Dougherty
Todos hemos oído hablar de acciones y bonos, y la mayoría tenemos una idea básica de lo que son. Las acciones representan propiedad en una empresa, mientras que los bonos son básicamente préstamos a una compañía o gobierno.
Es ampliamente reconocido que es inteligente tener ambos en tu cartera de inversión. ¿Por qué? Porque poner todos tus huevos financieros en una sola cesta rara vez es buena idea – la diversificación ayuda a gestionar el riesgo.
Aún mejor, las acciones y los bonos suelen estar negativamente correlacionados. Cuando los mercados bursátiles caen, los inversores tienden a buscar la seguridad relativa de los bonos, lo que hace subir sus precios. Al tener ambos, reduces la volatilidad, buscas los mismos rendimientos con menos riesgo y evitas trampas emocionales como vender por pánico.
Pero, ¿qué cantidad de cada uno deberías tener? Ahí es donde las opiniones divergen.
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Peter Dougherty: MBA en finanzas • Máster en Fiscalidad Española • Licenciado en Economía • Planificador Financiero Europeo en España • Asesor Certificado en Planificación de Jubilación en EE.UU. • Autor de dos libros de planificación financiera.
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La gran pregunta en inversión – conocida como la decisión de asignación de activos – tiene muchas respuestas. Las estrategias incluyen:
- Basada en el horizonte temporal: Cuanto más tiempo tengas hasta la jubilación o necesitar el dinero, más acciones puedes tener. Plazos más cortos favorecen bonos o efectivo.
- Inversión por objetivos: Asigna diferentes mezclas de acciones/bonos a distintas metas. Por ejemplo, un fondo para la universidad de tu hijo podría ser 50/50, mientras que un depósito para una casa a corto plazo quizá sea 20/80.
- Fondos de fecha objetivo: Ajustan tu cartera según cuándo planeas jubilarte, pasando gradualmente de acciones a bonos con el tiempo.
- Basada en la edad: Una regla clásica dice que restes tu edad a 100 (o 120) para determinar el porcentaje en acciones, y el resto en bonos.
En BISSAN Wealth Management, donde trabajo, seguimos un enfoque por objetivos. Primero, analizamos tus metas financieras – jubilación, educación de los hijos, compra de una propiedad – y las cuantificamos con nuestro modelo de optimización. Calculamos las necesidades futuras de efectivo y destinamos esos fondos a bonos para protegerlos de las fluctuaciones del mercado. El capital restante se invierte en acciones.
Podrías decir: "La inversión por objetivos ha llegado a España".
Pero hay otro matiz – tu hipoteca.
Si aún debes dinero por tu vivienda, tu mezcla de activos quizá no sea tan equilibrada como crees. Una hipoteca es básicamente un bono al revés: en lugar de recibir intereses, los pagas.
Imagina que tienes 200.000€ en bonos y 200.000€ en acciones. En papel, parece balanceado. Pero si debes 150.000€ en tu hipoteca, los intereses de gran parte de tus bonos simplemente cubrirán esa deuda. Tu posición neta en bonos es solo de 50.000€ – lo que significa que estás más invertido en acciones de lo que piensas.
Algunos podrían ver esto como una señal para comprar una casa más barata en España y evitar la hipoteca. ¿Mi opinión? Busca un asesor financiero de confianza en España que te guíe en estas decisiones, así no tendrás que navegarlo solo.
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Mismos hechos. Conclusiones más inteligentes.
Peter Dougherty es Planificador Financiero en BISSAN Wealth Management en España. Tiene un MBA en finanzas de la Universidad de Columbia en Nueva York y un Máster en Fiscalidad Española de la Universidad Nebrija. Está certificado como Planificador Financiero Europeo (EFP) en España y como Asesor de Planificación de Jubilación y Representante de Asesoría de Inversiones en EE.UU.
Para más información: https://www.financial-planning-in-spain.com
Lee más sobre Negocios y Finanzas en The Olive Press.
