Las nuevas normas de circulación de España comenzarán a aplicarse a nivel nacional a partir de enero de 2026.
Crédito: Mini Onion, Shutterstock
Si tienes la sensación de que las nuevas reglas sobre el baliza V16 han copado toda conversación sobre conducción últimamente, no andas desacertado. Durante semanas, el foco ha estado en las luces de emergencia, homologaciones retiradas de súbito y conductores preguntándose si el dispositivo que compraron sigue siendo válido.
Pero mientras la atención se centraba en el V16, la Dirección General de Tráfico (DGT) ultimaba un paquete más amplio de modificaciones que también entrarán en vigor el 1 de enero de 2026. Algunas afectan a cómo se aprende a conducir. Otras cambiarán hábitos que muchos automovilistas mantienen desde hace años. Y unas pocas podrían sorprender a los conductores con sanciones inesperadas si no están atentos.
El baliza puede ser el protagonista mediático, pero dista mucho de ser la única norma que los conductores deben conocer.
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Los exámenes de conducir cambiarán radicalmente
Los cambios comienzan antes siquiera de obtener el permiso.
El examen teórico de conducir en España dejará de ser un ejercicio de memorización. En lugar de simplemente recordar normas y señales, los aspirantes se enfrentarán a preguntas más prácticas, incluyendo escenarios basados en vídeo.
Se mostrarán a los candidatos situaciones reales de tráfico y se les pedirá que identifiquen riesgos y decidan cómo reaccionarían. La idea es simple: evaluar el criterio, no solo la memoria. Para los futuros conductores, esto supone aprender a pensar como quien conduce, no como un estudiante que embute respuestas. Para el resto de usuarios de la vía, el objetivo es que se traduzca en una toma de decisiones más segura al volante.
Qué hacer en atascos: un nuevo hábito para las carreteras españolas
Uno de los cambios que la mayoría de los conductores notará afecta a los embotellamientos.
Cuando el tráfico esté totalmente detenido, ahora se esperará que los conductores creen un corredor despejado para los vehículos de emergencia. Los coches en el carril derecho deberán desplazarse lo más a la derecha posible, mientras que los del izquierdo se apartarán a la izquierda, abriendo un pasillo por el centro.
Esta norma ya existe en países como Alemania y Austria, pero para muchos conductores españoles será nueva. El objetivo es evitar que ambulancias, bomberos y vehículos policiales pierdan tiempo zigzagueando entre el tráfico congestionado —y reducir los peligrosos cambios de carril cuando los conductores se sobresaltan al oír las sirenas.
Es una de esas reglas que solo importa cuando realmente importa.
Cinturones de seguridad: se acabaron las excepciones, para todos
El uso del cinturón de seguridad lleva años siendo obligatorio en España, pero hasta ahora existían algunas excepciones muy limitadas. A los taxistas, repartidores y profesores de autoescuela se les permitía, en situaciones urbanas específicas, conducir sin abrochárselo durante su trabajo.
A partir de 2026, eso cambia.
Bajo las nuevas reglas, todos deberán llevar el cinturón abrochado en todo momento, independientemente de su profesión o la situación. La DGT ha eliminado las zonas grises, argumentando que las normas de seguridad deben ser iguales para todos los conductores y en todo lugar.
Para la mayoría, nada cambia. Para quienes dependían de las excepciones, es un pequeño ajuste que ahora se vuelve innegociable.
Las zonas de bajas emisiones dejan de ser opcionales
Quizás el cambio que más se note en el día a día será en las ciudades.
A partir de enero de 2026, todas las ciudades de más de 50.000 habitantes, junto con los territorios insulares, estarán obligadas a tener operativa una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). En total, esto afecta a más de 149 municipios, cubriendo a casi la mitad de la población española.
Estas zonas están diseñadas para reducir la contaminación y organizar el tráfico en centros urbanos cada vez más congestionados. El acceso dependerá en gran medida de la etiqueta medioambiental emitida por la DGT.
Los vehículos sin etiqueta –normalmente coches de gasolina matriculados antes de 2001 y diésel anteriores a 2006– enfrentarán las restricciones más estrictas. La vigilancia se basará principalmente en cámaras de reconocimiento de matrículas, y las multas pueden alcanzar los 200€, reduciéndose a 100€ si se pagan con prontitud.
Sin embargo, el funcionamiento concreto de cada zona dependerá de los ayuntamientos. Algunos podrán permitir exenciones para residentes, acceso por franjas horarias o permisos temporales. Otros podrán ser mucho más restrictivos. Para los conductores, esto significa que deben consultar la normativa local en lugar de asumir que un mismo sistema sirve para todos.
Un año que exigirá mayor atención por parte de los conductores
En conjunto, estos cambios señalan un giro en el enfoque de España hacia la seguridad vial, la movilidad y la política medioambiental. Algunos buscan modernizar el aprendizaje. Otros se centran en la respuesta a emergencias o en la calidad del aire urbano.
Lo que todos comparten es la necesidad de una mayor concienciación. Desde saber cómo actuar en un atasco hasta comprobar si tu coche puede entrar al centro de una ciudad, 2026 será un año en el que los hábitos importarán.
El baliza V16 pudo haber generado confusión, pero es solo una parte de un reajuste más amplio. Para los conductores españoles, el mensaje es sencillo: las reglas están cambiando –y no solo en un aspecto.
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