PALM BEACH, Florida. — El presidente Donald Trump tiene previsto reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, este lunes. Washington busca generar un nuevo impulso para el alto el fuego en Gaza mediado por EE.UU., el cual podría estancarse antes de una segunda fase mucho más complicada.
Trump podría aprovechar este encuentro en su residencia de Mar-a-Lago para usar su buena relación con Netanyahu e intentar acelerar el proceso de paz. Especialmente porque al líder israelí se le acusa de no presionar suficiente a su propio bando para avanzar.
El alto el fuego entre Israel y Hamas que Trump ha promovido se ha mantenido en gran parte, pero el progreso se ha ralentizado. Ambos bandos se acusan mutuamente de violaciones, y han surgido desacuerdos entre EE.UU., Israel y los países árabes sobre los próximos pasos.
La primera fase de la tregua comenzó en octubre, poco después del segundo aniversario del ataque inicial de Hamás contra Israel, que mató a unas 1.200 personas. Casi todos los 251 rehenes tomados en ese entonces han sido liberados, vivos o muertos.
Ahora llega la parte siguiente y más compleja. El plan de 20 puntos de Trump —aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU— presenta una visión ambiciosa para poner fin al gobierno de Hamás en Gaza.
Los dos líderes también podrían tratar temas ajenos a Gaza, como Irán. Trump sigue insistiendo en que las capacidades nucleares iraníes fueron “completamente aniquiladas” tras los ataques estadounidenses a sus instalaciones nucleares en junio.
Existen muchos aspectos clave de la segunda fase del alto el fuego que el líder israelí no apoya o incluso se opone abiertamente, según Mona Yacoubian, directora del Programa para Oriente Medio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
“Va a ser muy difícil para el presidente Trump conseguir que Netanyahu esté de acuerdo”, dijo.
“Cómo lo haga, qué tipo de presión ejerza sobre Netanyahu, será importante de observar”, añadió Yacoubian, señalando también que podrían exhibir “un enfrentamiento más amplio en sus enfoques sobre la región”.
La próxima fase es compleja
Si tiene éxito, la segunda fase vería la reconstrucción de una Gaza desmilitarizada bajo supervisión internacional por un grupo presidido por Trump y conocido como la Junta de Paz. Los palestinos formarían un comité “técnico y apolítico” para gestionar los asuntos diarios en Gaza, bajo supervisión de esta Junta.
El plan también pide relaciones normalizadas entre Israel y el mundo árabe, y una posible vía hacia la independencia palestina. Luego están las espinosas cuestiones logísticas y humanitarias, como reconstruir Gaza, desarmar a Hamás y crear un aparato de seguridad llamado Fuerza Internacional de Estabilización.
La Junta de Paz supervisaría la reconstrucción de Gaza bajo un mandato de la ONU de dos años, renovable. Se esperaba nombrar a sus miembros a finales de año, incluso tras la reunión del lunes, pero el anuncio podría retrasarse hasta el próximo mes.
Netanyahu fue el primer líder extranjero en reunirse con Trump en la Casa Blanca en su segundo mandato, pero este será su primer encuentro en persona desde que Trump visitó Israel en octubre para marcar el inicio de la tregua. Netanyahu ya ha estado en Mar-a-Lago antes, incluso en julio de 2024 cuando Trump aún buscaba la reelección.
Mucho sigue sin estar definido
Su última reunión se produce después de que el enviado estadounidense Steve Witkoff y el yerno del presidente, Jared Kushner, se reunieran en Florida con oficiales de Egipto, Qatar y Turquía, países que han mediado en el alto el fuego.
Según un oficial informado sobre esas reuniones, dos desafíos principales han complicado el paso a la segunda fase: Las autoridades israelíes están tardando mucho en revisar y aprobar a los miembros del comité técnico palestino, e Israel continúa sus ataques militares.
El plan de Trump también propone la Fuerza Internacional de Estabilización, un cuerpo multinacional para mantener la seguridad. Pero aún no se ha formado. No está claro si se darán detalles tras la reunión del lunes.
Un diplomático occidental dijo que existe un “enorme abismo” entre la comprensión de EE.UU. e Israel sobre el mandato de esta Fuerza y la de otros países importantes de la región y gobiernos europeos.
Todas las fuentes hablaron bajo condición de anonimato para dar detalles no públicos.
EE.UU. e Israel quieren que la Fuerza tenga un “papel de mando” en tareas de seguridad, incluido desarmar a Hamás. Pero los países a los que se pide contribuir con tropas temen que ese mandato la convierta en una “fuerza de ocupación”, dijo el diplomático.
Hamás ha dicho que está dispuesto a discutir “congelar o guardar” su arsenal, pero insiste en su derecho a la resistencia armada mientras Israel ocupe territorio palestino. Un oficial estadounidense dijo que un plan potencial podría ofrecer incentivos económicos a cambio de armas, similar a un programa de “recompra” que Witkoff ya había sugerido.
Preguntas sobre la reconstrucción de Gaza
Los bombardeos y operaciones terrestres israelíes han convertido barrios en varias ciudades de Gaza en yermos llenos de escombros, con estructuras ennegrecidas y montañas de desechos.
Egipto, Qatar, Arabia Saudí y Turquía presionan para un acuerdo negociado sobre el desarme de Hamás y una retirada israelí adicional de Gaza antes de pasar a otros elementos del plan, como el despliegue de la fuerza de seguridad internacional y la reconstrucción, según tres oficiales árabes.
Esto parece ir en contra de ideas de oficiales estadounidenses para comenzar rápidamente a construir viviendas temporales para palestinos en partes del sur de Gaza aún controladas por tropas israelíes. Tres oficiales dijeron que Emiratos Árabes Unidos ha accedido a financiar la reconstrucción en Gaza, incluyendo nuevas comunidades, aunque las discusiones continúan y los planes no están cerrados.
Un mapa propuesto por EE.UU. y obtenido por AP muestra un área llamada “Complejo de viviendas temporales de EAU” dentro de una zona controlada por Israel en Gaza. El mapa también muestra un “Área comunitaria planificada por EE.UU.” rodeando la zona emiratí.
Un oficial árabe dijo conocer el mapa, pero aclaró que era una sugerencia de EE.UU. e Israel presentada a los emiratíes y otros países.
Emiratos Árabes Unidos no respondió a múltiples solicitudes de comentarios sobre si ha aceptado los planes o financiará las comunidades. Se desconoce si el dinero dependería de gestos de Israel y Hamás, como un compromiso con la estadidad palestina o el desarme.
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