El presidente estadounidense Donald Trump centrará su atención en el Medio Oriente este lunes, al recibir al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Florida para unas conversaciones que se prevé aborden Gaza y otros temas urgentes.
Las decisiones que se tomen podrían tener un impacto potencialmente enorme en asuntos que determinan el futuro de la región.
Estados Unidos ha sido el principal apoyo militar y político de Israel durante los dos años de guerra en Gaza, y muchos ven ahora este encuentro como una prueba de la relación entre ambos líderes y cuán alineados están en temas claves.
Será su sexta reunión desde que Trump regresó a la presidencia hace once meses.
Entre los puntos esperados de discusión está el futuro de las relaciones con el nuevo gobierno sirio, el rearme iraní y el papel de Hezbolá en el Líbano.
Quizás lo más crítico, hablarán sobre el progreso del acuerdo de alto al fuego en Gaza, donde el gobierno israelí ha tomado varias posiciones que divergen de las del gobierno estadounidense.
Las conversaciones tendrán lugar mientras las tormentas continúan azotando Gaza, donde cientos de miles de palestinos desplazados siguen viviendo en tiendas básicas que ofrecen poca protección contra el frío y las inundaciones.
Este lunes, el ministerio de salud controlado por Hamas informó de la muerte de un bebé de dos meses debido al frío severo, lo que eleva a tres el total de muertos por el clima invernal desde el 10 de diciembre, mientras otras 17 personas han muerto por el derrumbe de edificios dañados durante las tormentas.
La ONU y numerosas agencias de ayuda han acusado a Israel de no cumplir sus obligaciones del alto al fuego al continuar restringiendo el acceso total a suministros y equipos básicos. Israel ha dicho que sí cumple sus obligaciones al facilitar un aumento en las entregas de ayuda.
La administración Trump quiere que el alto el fuego avance a su segunda fase en enero, mediante la cual se establecería un gobierno tecnocrático palestino junto al despliegue de una fuerza de seguridad internacional, Hamas se desarmaría, las tropas israelíes se retirarían y comenzaría la reconstrucción del devastado territorio.
Los críticos sugieren que Netanyahu podría en cambio buscar retrasar el progreso del alto al fuego, alegando que no quiere comprometerse seriamente con las cuestiones del futuro político palestino y que presionará para que Hamas se desarme completamente antes de que Israel retire sus tropas de Gaza. Oficiales de Hamas han dicho repetidamente que su desarme total debe ocurrir junto con avances hacia un estado palestino independiente.
El plan de paz de 20 puntos promovido por Trump y firmado por Israel y Hamas reconoce las aspiraciones palestinas a un estado soberano; sin embargo, Netanyahu y sus ministros han rechazado consistentemente la estadidad palestina desde que el alto al fuego entró en vigor en octubre.
La semana pasada, el ministro de Defensa Israel Katz dijo que su país construiría asentamientos en Gaza y “nunca se retiraría completamente” del territorio, incluso si Hamas se desarma, a pesar de que esto es un principio clave del acuerdo.
Romper el actual punto muerto es visto como crucial por muchos en la región, ya que los ataques mortales casi diarios del ejército israelí continúan en Gaza a pesar del alto al fuego declarado.
En los 80 días desde que entró en vigor, al menos 414 palestinos han sido muertos por el ejército israelí en el territorio, según su ministerio de salud.
El ejército israelí, que controla más de la mitad de Gaza, ha dicho que solo abre fuego en respuesta a violaciones del alto al fuego.
Tres soldados israelíes han muerto en ataques que el ejército ha atribuido a Hamas en el mismo período.
Israel también sigue esperando que Hamas devuelva el cuerpo de Ran Gvili, el último rehén fallecido que queda en Gaza. Todos los rehenes vivos y muertos tomados durante los ataques del 7 de octubre de 2023 dirigidos por Hamas, que desencadenaron la guerra, deberían haber sido devueltos tres días después de que entrara en vigor el alto al fuego.
La intervención de Trump y la mediación estadounidense podrían actuar sobre los puntos de fricción tensos y sin resolver, presionando a Netanyahu para que suavice su postura en ciertas posiciones.
Por ejemplo, el gobierno israelí se ha opuesto a que Turquía participe en la Fuerza de Estabilización Internacional que se desplegará en Gaza. Sin embargo, pocos otros países han estado dispuestos a participar.
También se espera que Netanyahu se reúna con el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, quien es visto como partidario de las posiciones del gobierno israelí.
La semana pasada, medios israelíes informaron de que podría haber un intento del primer ministro por rediscutir la anexión israelí de la ocupada Cisjordania, algo a lo que el presidente Trump se ha opuesto.
Ministros israelíes han descrito recientemente su expansión de asentamientos en Cisjordania como una anexión de facto del territorio, destinada a enterrar la posibilidad de un estado palestino independiente.
Tanto los asentamientos como la anexión son ilegales según el derecho internacional.
También se espera que Netanyahu pueda usar su reunión con Trump este lunes para buscar permiso estadounidense para realizar más ataques militares contra Irán.
Se dice que el gobierno israelí cree que Irán está rearmando sus capacidades misilísticas después de su guerra de 12 días este verano, que vio como las instalaciones nucleares iraníes fueron bombardeadas por aviones de combate israelíes y estadounidenses.
El presidente iraní dijo este fin de semana que su país está en una “guerra total” con Israel, Estados Unidos y Europa. “No quieren que nuestro país permanezca estable”, dijo Masoud Pezeshkian.