El partido nacionalista albanés Vetevendosje ha logrado una victoria aplastante en las elecciones parlamentarias de Kosovo, según los resultados preliminares.
Con el 90% de los votos escrutados, el partido, cuyo nombre significa “autodeterminación”, obtuvo un 50.8%, lo que significa un tercer mandato para su líder, Albin Kurti.
Los dos principales partidos de oposición, el centroderechista Partido Democrático de Kosovo (PDK) y la Liga Democrática de Kosovo (LDK), obtuvieron un 20.98% y un 13.89%, respectivamente.
Vetevendosje ya había ganado las elecciones en febrero, pero sin mayoría, y Kosovo ha estado sin un gobierno en funciones desde entonces.
Este bloqueo significaba que había una gran pregunta pendiente en estas **segundas elecciones parlamentarias del año**: ¿Castigarían los votantes a Kurti por los largos meses de parálisis en la Asamblea Nacional, o a los partidos de oposición que se negaron a considerar una coalición con su movimiento de izquierda?
El electorado ha dado una respuesta clara. Esto no será suficiente para que Kurti obtenga los escaños necesarios para gobernar sin socios de coalición. Pero no debería encontrar dificultades para conseguir apoyo entre los diputados de los partidos de minorías étnicas, a quienes se les garantizan 20 de los 120 escaños de la Asamblea.
Es la cuarta victoria consecutiva en elecciones parlamentarias para Vetevendosje. El resultado es una reivindicación después de que los partidos de oposición bloquearan sus intentos de formar gobierno tras los comicios previos del 9 de febrero.
Kurti afirmó que era “la mayor victoria en la historia del país” y dijo que esperaba que los partidos de oposición cooperaran esta vez, en vez de obstruir.
Arben Gashi, de la Liga Democrática de Kosovo (LDK), que quedó tercera, indicó que eso podría ser posible. “Cuando los votantes hablan, el resultado no puede ser ignorado”, publicó en redes sociales. “Se requiere reflexión y acción responsable”, añadió.
Hay mucho en juego. Kosovo ha perdido cientos de millones de euros en fondos de la Unión Europea debido a la falta de un gobierno en funciones. Kurti también mencionó acuerdos potenciales con el Banco Mundial que elevarían el total a más de mil millones de euros.
Reparar las relaciones con los principales apoyos internacionales de Kosovo, la UE y Estados Unidos, también debería estar en la agenda. Kurti enfadó a Bruselas y Washington al atacar repetidamente instituciones que sirven a la minoría serbia en Kosovo, desde oficinas de correos hasta centros de salud. Esto aumentó las tensiones en el norte de Kosovo, de mayoría serbia.
La UE finalmente ha acordado retirar las medidas punitivas que impuso en 2023. Pero buscará que Kurti adopte un enfoque pragmático con el diálogo de normalización con Serbia, estancado desde hace tiempo, en lugar de mantener su línea dogmática habitual. Dadas sus gélidas relaciones con el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, esto puede ser una esperanza vana.
El hecho de que los votantes kosovares hayan respaldado contundentemente a una figura tan polarizante refleja su visión desencantada de las alternativas. Los partidos vinculados al Ejército de Liberación de Kosovo dominaron el gobierno en la década tras la declaración unilateral de independencia en 2008, pero no cumplieron sus promesas de prosperidad.
Un analista, Artan Muhaxhiri, señaló las “innumerables violaciones de la constitución, la falta de desarrollo económico y el deterioro de las relaciones con los aliados” de Vetevendosje durante sus años en el poder. Pero concluyó que “a pesar de todos los defectos, los ciudadanos han considerado que la oposición era más dañina”.