La erupción del Etna y sus coladas de lava atraen a esquiadores intrépidos

El volcán más activo de Europa, el Etna, retomó su actividad con ímpetu el 27 de diciembre, emitiendo dramáticas columnas de ceniza y humo desde su Cráter Noreste. Lejos de disuadir a los visitantes, el espectáculo ha incrementado el atractivo de los singulares centros de esquí de Sicilia. La erupción ha atraído a esquiadores ávidos por deslizarse por pistas nevadas con el telón de fondo de la lava incandescente y los fuegos artificiales volcánicos.

Vídeos y testimonios muestran a esquiadores continuando sus descensos mientras inmensas nubes de ceniza se elevan kilómetros en el cielo. Científicos del Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia (INGV) reportaron una actividad estromboliana intensa, con explosiones violentas y eyección de material piroclástico. Se emitió una alerta roja para la aviación, el nivel máximo, debido a las emisiones de ceniza, aunque las operaciones en el cercano Aeropuerto de Catania continuaron con normalidad. ¡Están acostumbrados!

Los esquiadores no se inmutan ante los flujos de lava y explosiones del Etna

A pesar de una leve caída de ceniza en zonas como Piano Provenzana, en la vertiente norte, los visitantes no se han visto disuadidos. Esta audacia explica, en parte, la creciente popularidad del Etna como destino de esquí. Tanto Etna Sur (Nicolosi) como Etna Nord (Piano Provenzana – Linguaglossa) han entrado en el Top 40 de destinos más buscados por los italianos, ofreciendo una relación calidad-precio inmejorable. El precio del forfait diario se mantiene en 35€, una fracción de los 80 a 85€ de muchos resorts alpinos, mientras que el presupuesto medio diario (alojamiento y forfait) ronda los 70-72€.

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A diferencia de destinos de élite como Cortina d’Ampezzo (280€ diarios) o Madonna di Campiglio (forfait a 85€ en temporada alta), el Etna ofrece asequibilidad sin renunciar al dramatismo. La vertiente sur, accesible mediante telecabina desde el Rifugio Sapienza (1.910 a 2.600m), cuenta con anchas pistas rojas con vistas panorámicas del Golfo de Catania y el Mar Jónico. Los esquiadores trazan sus giros entre antiguas coladas de lava, a menudo con vistas a la costa hasta Augusta en los días claros.

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El Etna ofrece días de esquí para todos

La vertiente norte, inmersa en un paisaje mezcla de bosques de pino y parajes lunares de lava (1.810–2.336m), está más orientada a familias y principiantes, con suaves pistas azules que se extienden unos 10km. Servida por cuatro remontes, es ideal para quienes buscan una experiencia panorámica y resguardada.

La erupción, no obstante, transforma el esquí en una aventura única: descender por laderas nevadas con lava incandescente, penachos ígneos o fuentes de lava nocturnas visibles en la distancia. Vídeos del evento en curso muestran a esquiadores disfrutando del “raro espectáculo nocturno” y del “impactante contraste” de los deportes de invierno contra los fuegos artificiales volcánicos. La descarga de adrenalina atrae a buscadores de emociones, con temerarios esquiando cerca de las coladas para conseguir fondos ‘instagrameables’. La mayor parte de los sicilianos estan tan habituados a la actividad del coloso que domina su entorno, que apenas se inmutan ante cada nueva erupción. O, como dicen en la cercana Catania, “’A Muntagna fa ‘u spittaculu”: la montaña ofrece su espectáculo… ¡otra vez!

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