La Torre Dom de Utrecht ha recibido un récord de 100.000 visitantes hasta el momento este año.
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Durante mucho tiempo, la Torre Dom de Utrecht fue más comentada que visitada. Envuelta en andamios durante años de renovación, el emblema más reconocido de la ciudad parecía inaccesible. Esa espera ha concluido definitivamente.
El domingo 21 de diciembre, la Torre Dom dio la bienvenida a su visitante número 100.000 del año, un hito que convierte a 2025 en el año con mayor afluencia registrada. El anterior récord se estableció en 2017, con 92.000 ascensiones. Esta vez, la cifra se ha superado cuando aún quedaban días por finalizar el año.
Las cifras fueron confirmadas por Utrecht Marketing, gestora de la torre, y transmiten un mensaje claro: el público ha estado ansioso por regresar.
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Una reapertura que devolvió al público
La Torre Dom, con más de 700 años de historia, pasó varios años sometida a una exhaustiva restauración. Durante ese período, el número de visitantes disminuyó notablemente, algo que Utrecht Marketing ha reconocido abiertamente.
La situación cambió en noviembre de 2024, cuando la reina Máxima reinaugurada el monumento. Desde entonces, el interés no ha dejado de crecer. Los residentes, que llevaban años esperando para volver a subir, estuvieron entre los primeros en hacerlo, seguidos prontamente por turistas que redescubrían el icono.
Alcanzar la cima no es tarea sencilla. Los visitantes deben ascender 465 escalones, un desafío que se ha integrado en la experiencia en lugar de disuadir. La recompensa, por supuesto, es la vista: un panorama extenso sobre Utrecht que pocos edificios en los Países Bajos pueden ofrecer.
Según Utrecht Marketing, la torre ha recuperado su papel de punto focal para la ciudad, atrayendo tanto a nuevos visitantes como a caras conocidas.
Un éxito que trasciende la torre
La renovada popularidad de la Torre Dom no se ha limitado al monumento. Otros sitios históricos del Domplein también están experimentando un año excepcional.
La Catedral Dom recibió a su visitante medio millón ya en octubre, mucho antes de que finalizase el año. Bajo la plaza, el subsuelo arqueológico de Domplein, donde se pueden explorar restos y exposiciones sobre el pasado de Utrecht, también registra cifras sin precedentes.
En conjunto, estos espacios han convertido la zona en uno de los focos culturales más dinámicos de la ciudad. En lugar de pasar con prisa, muchos visitantes dedican tiempo a explorar las capas de historia concentradas en un espacio relativamente reducido.
Crecimiento cuidadoso, no ilimitado
Utrecht recibe alrededor de 451.000 visitantes pernoctantes al año, aproximadamente un 2,3% del total nacional. Es un flujo constante, pero que la ciudad desea gestionar de forma deliberada.
A principios de este año, las autoridades locales dejaron claro que Utrecht no pretende seguir el camino del turismo masivo de Ámsterdam. La prioridad es la calidad, no el volumen, incentivando que los visitantes se distribuyan y se relacionen de manera más profunda con la urbe.
El año récord de la Torre Dom se enmarca en ese enfoque. Atrae a personas interesadas en la historia, la arquitectura y la vivencia, más que a quienes buscan una parada fugaz. Aunque se celebran las cifras, el énfasis permanece en el equilibrio.
Para Utrecht, este hito se percibe como un éxito sereno, no como un punto de inflexión. Tras años de renovación, su emblema más reconocible está nuevamente abierto, concurrido y plenamente integrado en la vida cotidiana: prueba de que, a veces, el camino más largo de regreso marca la diferencia.
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