El verano de 2025 en Mallorca fue el tercero más cálido desde que se iniciaron los registros actuales en 1961. Solo superado por los estíos de 2003 y 2022, la jornada más tórrida fue el 16 de agosto, con una media de 36,5 °C, 6,5 grados por encima de lo habitual, registrándose la temperatura máxima del verano en la universidad de Palma y en Es Capdellà (Calvià): 41,5 °C. Junio de 2025 fue, por su parte, el más caluroso del registro histórico.
Los veranos en Mallorca siempre han sido, obviamente, cálidos, pero mientras que las olas de calor y las temperaturas superiores a 40 grados eran antes la excepción, ahora son la norma; en los años noventa, por ejemplo, solo se produjo una.
Los turoperadores de los dos principales mercados emisores de la isla —Alemania y el Reino Unido— son conscientes del impacto en las decisiones de los veraneantes. La asociación alemana de viajes DRV considera que 2025 ha marcado un punto de inflexión debido a una “pérdida de confort”. Las temperaturas más elevadas y los precios más altos se combinan para que los turistas germanos se lo piensen dos veces antes de viajar a Mallorca. La asociación señala: “Si van a tener que pagar un 30% más, no quieren morir de un golpe de calor”.
En el Reino Unido, la ABTA ha aludido a la “tropicalización” del Mediterráneo y a una tendencia creciente de buscar destinos más frescos durante el estío. Se comenta que Jet2Holidays y TUI UK están reconsiderando sus planes para la temporada alta debido a las alertas por calor extremo en Mallorca. TUI Alemania informa de que las quejas por la falta de confort climático han aumentado un 15%, entre las que se incluyen dificultades para conciliar el sueño.
El DRV opina que el calor se está convirtiendo en un factor decisivo en un contexto de subida sostenida de precios. “Mallorca está perdiendo a su clientela familiar más pendiente del presupuesto”. Se observa una migración hacia, por ejemplo, los lagos de Baviera y el mar Báltico en agosto. El turoperador germano Alltours ha comenzado a promocionar la costa polaca para el verano.
Otro turoperador alemán, DER Touristik, advierte de que, a menos que se invierta en sistemas de aire acondicionado adecuados, el mercado alemán se desplazará gradualmente hacia la temporada baja. La empresa afirma que prescindirá de los hoteles que no cumplan con los requisitos. Las quejas de los clientes son ahora lo suficientemente significativas como para que estas advertencias no se emitan en vano.
El director general de Turismo del Govern balear, Miquel Rosselló, sostiene que dicha inversión no supondrá un problema. “Todo el sector hotelero ha realizado un esfuerzo considerable en renovaciones en los últimos años para equilibrar precios y calidad del servicio”. Considera que el impacto de las olas de calor es, por el momento, limitado. “Pueden tener un efecto, pero aún tenemos un producto para evitar un impacto significativo”.
Rosselló, en cualquier caso, cree que Baleares ha alcanzado el techo en cuanto a la temporada alta. Cualquier posible desaceleración en las reservas estivales se debe más a haber alcanzado este límite que al cambio climático. “En verdad, no tenemos mucho más margen para crecer en volumen”.