Once militares ecuatorianos han sido condenados a 34 años de prisión cada uno por la desaparición forzada de cuatro adolescentes el año pasado.
El descubrimiento de los restos golpeados y quemados de los cuatro chicos, de entre 11 y 15 años, conmocionó a este país asolado por la violencia.
El tribunal determinó que un patrulla militar los recogió cuando volvían de jugar al fútbol en Guayaquil. Los obligaron a quitarse la ropa, les pegaron y los dejaron desnudos en un lugar desolado y peligroso.
Uno de los chicos llamó a su padre, pero cuando él llegó, ya no estaban. Sus cuerpos quemados fueron hallados días después cerca de una base militar.
En total, 17 soldados fueron juzgados. Once recibieron condenas de 34 años y ocho meses. Los otros cinco, por cooperar con la fiscalía, obtuvieron penas reducidas de dos años y medio.
Un teniente coronel que no estaba en la patrulla fue declarado inocente.
Los soldados estaban en una operación del gobierno contra bandas criminales, cuyo poder ha hecho que la delincuencia aumente mucho.
Inicialmente, Defensa dijo que los niños, conocidos como “Los Cuatro de Malvinas” por su barrio, fueron detenidos por sospechas de robo.
Pero el juez dictaminó que fueron “víctimas inocentes de un crimen de estado”. Ordenó disculpas oficiales a las familias, una placa conmemorativa y formación en derechos humanos para el personal militar.
El juez dijo que la evidencia mostró la crueldad de los 16 soldados en patrulla, quienes llevaron a los chicos a una zona desolada para insultarlos racistamente, golpearlos y hasta simular su ejecución.
La defensa argumentó que, como los chicos estaban vivos cuando los soldados se fueron, estos no eran responsables de su muerte.
Pero el juez concluyó que dejarlos en un lugar tan peligroso “fue la causa de su muerte”. Se desconoce quién quemó los cuerpos.