Tras seis años de planeamiento y repetidas promesas, el proyecto de 9,66 millones de euros ha sido finalmente aprobado, aunque aún son necesarias autorizaciones administrativas y ambientales significativas.
El Ayuntamiento de Torrevieja ha dado un paso importante hacia la reurbanización de la zona residencial cercana a la laguna salada de Torrevieja, ampliamente conocida por los pequeños chalés que otrora regalaba el popular programa de televisión español Un, dos, tres.
Dicha aprobación, no obstante, está sujeta a los informes preceptivos del Ministerio para la Transición Ecológica —para permitir el traslado del controvertido edificio del balneario de lodo, ahora en dominio público— y de la Generalitat Valenciana, dada la proximidad al Parque Natural de las Lagunas. Debido a estos trámites pendientes, es probable que los vecinos de Las Torretas no vean resultados tangibles durante el actual mandato municipal.
El proyecto de reforma, denominado oficialmente “Convenio C-2 Punta de la Víbora” (popularmente Torreta III), se centra en tres ámbitos principales. La primera fase prioriza la creación de una zona verde y recreativa de 127.000 m² junto a la laguna, que incluirá un parque de 35.000 m² y prevé integrar la icónica Caracola de Toyo Ito —el balneario de lodo— como mirador público.
Esta estructura, abandonada y objeto de controversia desde su construcción a principios de los años 2000, sería reubicada fuera del dominio público marítimo-terrestre, una vez obtenido el visto bueno ministerial.
La segunda fase comprende la reurbanización parcial del área residencial: se renovará aproximadamente la mitad de las calles en una superficie de más de 40.000 m², se actualizarán servicios urbanos como abastecimiento, saneamiento, electricidad y alumbrado público, y se procederá al asfaltado. No se incluye, sin embargo, una reurbanización completa de las vías internas ni de las infraestructuras, dado que estas siguen siendo propiedad del promotor original y la mayoría de las viviendas carecen de una comunidad de propietarios que pueda autorizar las mejoras.
El plan contempla también la posible apertura de cinco nuevas calles, dos de ellas lindantes con el Parque Natural, aunque su inclusión definitiva en el proyecto aprobado no está del todo clara.
El alcalde, Eduardo Dolón, destacó que presentar el proyecto completo ahora —en lugar de esperar los informes sectoriales durante la fase de planeamiento— incrementa las posibilidades de obtener las autorizaciones necesarias con celeridad. El objetivo es recibir los dictámenes con rapidez y poder iniciar las obras en el primer semestre de 2026.
Esta iniciativa materializa una promesa electoral largamente esperada e incorpora la rehabilitación de la Caracola para un uso público compatible, preservando así un hito arquitectónico singular a la vez que se revitaliza una zona urbana degradada.