Caroline Hawley
Corresponsal Diplomática
La organización ESOHR informa que el pescador egipcio Issam al-Shazly fue ejecutado el martes después de ser condenado por cargos relacionados con drogas.
Arabia Saudita ha superado por segundo año consecutivo su récord de ejecuciones anuales.
Según el grupo de campaña con sede en el Reino Unido, Reprieve, que monitorea las ejecuciones en el reino y tiene clientes condenados a muerte, al menos 347 personas han sido ejecutadas este año, más que las 345 del 2024. La organización calificó este periodo como el "año más sangriento de ejecuciones en el reino desde que comenzó el monitoreo".
Los últimos prisioneros ejecutados fueron dos ciudadanos pakistaníes condenados por delitos de drogas. Entre otras personas ejecutadas este año hay un periodista y dos jóvenes que eran menores de edad al momento de los delitos relacionados con protestas que se les imputan. Cinco eran mujeres.
No obstante, según Reprieve, la mayoría (alrededor de dos tercios) fueron condenados por delitos no letales relacionados con drogas, lo que la ONU considera "incompatible con las normas y estándares internacionales". Más de la mitad eran extranjeros que parecen haber sido ejecutados como parte de una "guerra contra las drogas" en el reino.
Las autoridades saudíes no han respondido a la solicitud de comentarios de la BBC sobre el aumento de las ejecuciones.
"Arabia Saudita está operando con total impunidad ahora", dijo Jeed Basyouni, jefa de la pena de muerte para Medio Oriente y Norte de África en Reprieve. "Es casi una burla al sistema de derechos humanos". Ella describió la tortura y las confesiones forzadas como "endémicas" dentro del sistema de justicia penal saudí.
La Sra. Basyouni lo llamó una "represión brutal y arbitraria" en la que han sido atrapadas personas inocentes y aquellas en los márgenes de la sociedad.
El martes se ejecutó al joven pescador egipcio Issam al-Shazly, arrestado en 2021 en aguas territoriales saudíes y quien dijo haber sido coaccionado para traficar drogas. Reprieve afirma que 96 de las ejecuciones estuvieron vinculadas únicamente al hachís.
"Parece que casi no les importa a quién ejecutan, con tal de enviar un mensaje a la sociedad de que hay una política de tolerancia cero sobre cualquier tema del que estén hablando, ya sean protestas, libertad de expresión o drogas", dijo la Sra. Basyouni.
Ha habido un aumento en las ejecuciones por drogas desde que las autoridades saudíes pusieron fin a una moratoria no oficial a fines de 2022, un paso descrito como "profundamente lamentable" por la oficina de derechos humanos de la ONU.
Hablando de forma anónima con la BBC, familiares de hombres condenados a muerte por cargos de drogas han hablado del "terror" en el que viven ahora. Uno dijo: "El único momento de la semana en que duermo es los viernes y sábados porque esos días no hay ejecuciones".
Según Reprieve, los compañeros de celda son testigos de cómo personas con las que han compartido la vida en prisión durante años son arrastradas, pateando y gritando, hacia su muerte.
Reuters
El príncipe Mohammed bin Salman ha relajado las restricciones sociales mientras silencia las críticas.
El gobernante de facto de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman (quien se convirtió en príncipe heredero en 2017), ha cambiado el país profundamente en los últimos años, relajando las restricciones sociales mientras silencia las críticas.
En un intento por diversificar su economía lejos del petróleo, ha abierto Arabia Saudita al mundo exterior, retirado a la policía religiosa de las calles y permitido que las mujeres conduzcan.
Pero el historial de derechos humanos del reino sigue siendo "pésimo", según el grupo de campaña Human Rights Watch, con el alto nivel de ejecuciones como una preocupación principal. Según activistas, en los últimos años solo China e Irán han ejecutado a más personas.
"No ha habido ningún costo para Mohammed bin Salman y sus autoridades por seguir adelante con estas ejecuciones", dijo Joey Shea, quien investiga Arabia Saudita para Human Rights Watch. "Los eventos de entretenimiento, los eventos deportivos, todo continúa sucediendo sin repercusiones reales".
Según Reprieve, a las familias de los ejecutados usualmente no se les informa con anticipación, ni se les entrega el cuerpo, ni se les dice dónde han sido enterrados.
Las autoridades saudíes no revelan el método de ejecución, aunque se cree que es por decapitación o pelotón de fusilamiento.
En una declaración enviada a la BBC, el relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Dr. Morris Tidball-Binz, pidió una moratoria inmediata de las ejecuciones en Arabia Saudita con miras a su abolición, así como el "cumplimiento pleno de las salvaguardias internacionales (incluyendo asistencia legal efectiva y acceso consular para extranjeros), notificación pronta a las familias, la devolución de los restos sin demora y la publicación de datos completos sobre ejecuciones para permitir un escrutinio independiente".
Amnesty International
Abdullah al-Derazi y Jalal al-Labbad fueron ejecutados en octubre y agosto respectivamente después de ser condenados por crímenes que supuestamente cometieron siendo menores de edad.
Entre los ciudadanos saudíes ejecutados este año estuvieron Abdullah al-Derazi y Jalal al-Labbad, quienes eran menores al momento de su arresto. Habían protestado contra el trato del gobierno a la minoría musulmana chiita en 2011 y 2012, y participaron en funerales de personas muertas por fuerzas de seguridad. Fueron condenados por cargos de terrorismo y sentenciados a muerte tras lo que Amnistía Internacional calificó como juicios profundamente injustos que se basaron en "confesiones" obtenidas bajo tortura. Expertos en derechos humanos de la ONU habían pedido su liberación.
La ONU también condenó la ejecución en junio del periodista Turki al-Jasser, arrestado en 2018 y condenado a muerte por cargos de terrorismo y alta traición basados en escritos que se le acusaba de haber autorizado.
"La pena capital contra periodistas es un ataque aterrador a la libertad de expresión y a la libertad de prensa", dijo la Directora General de la Unesco, Audrey Azoulay.
Reporteros Sin Fronteras dijo que él fue el primer periodista ejecutado en Arabia Saudita desde que Mohammed bin Salman llegó al poder, aunque otro periodista, Jamal Khashoggi, fue asesinado por agentes saudíes en el consulado saudí en Estambul en 2018.
Human Rights Watch
El periodista Turki al-Jasser fue ejecutado en junio después de siete años detenido.
En diciembre pasado, expertos de la ONU escribieron a las autoridades saudíes para expresar preocupación por un grupo de 32 egipcios y un ciudadano jordano condenados a muerte por cargos de drogas, y su "supuesta ausencia de representación legal". Desde entonces, la mayoría del grupo ha sido ejecutada.
Un familiar de un hombre ejecutado a principios de este año dijo que él le había contado que a la gente la "llevaban como a chivos" para matarla.
La BBC se ha acercado a las autoridades saudíes para obtener una respuesta a las acusaciones, pero no ha recibido ninguna.
Sin embargo, en una carta de enero de 2025, en respuesta a preocupaciones planteadas por relatores especiales de la ONU, dijeron que Arabia Saudita "protege y defiende" los derechos humanos y que sus leyes "prohíben y castigan la tortura".
"La pena de muerte se impone solo para los crímenes más graves y en circunstancias extremadamente limitadas", señaló la carta. "No se dicta ni se lleva a cabo hasta que se completen los procedimientos judiciales en tribunales de todos los niveles".