Se trata de uno de los días más señalados en España, y la inmensa mayoría de los españoles participan con la esperanza de un gran premio que les cambie la vida. Pero, ¿existe realmente una fórmula oculta para ganar ‘El Gordo’?
¿Por qué España enloquece con la lotería en Navidad?
A lo largo de diciembre, miles de personas forman interminables colas por las calles de Madrid. Aguardan durante horas, filas que se extienden más de dos kilómetros, avanzando lentamente hacia la famosa Doña Manolita.
¿Qué esperan? ¿El lanzamiento de un nuevo iPhone? ¿La última camiseta del Real Madrid? Si has vivido en España algún tiempo, probablemente sepas que esperan para comprar décimos de El Gordo: el ‘Gordo’ en su traducción más literal, que designa el premio más grande o ‘más sustancioso’.
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El Gordo es la lotería nacional más importante de España, y durante el periodo navideño, el país se ve arrastrado por la ‘gordomanía’.
Se estima que alrededor de un 70 por ciento de los españoles de entre 18 y 75 años juegan cada año, y tiene historia: se ha celebrado un sorteo de El Gordo cada año (el 22 de diciembre) desde 1812. De hecho, es tan importante que ni la Guerra Civil española pudo interrumpirlo, ni tampoco la pandemia de Covid-19.
Oirás a mucha gente en Navidad decir “Ojalá me toque El Gordo”, pero no te alarmes, es simplemente la forma de expresar el deseo de ganar el premio gordo en español.
El Estado vende décimos por valor de más de 2.500 millones de euros anuales, y el monto total del premio para 2025 rondará una cifra similar (2.770 millones de euros, según RTVE).
El primer premio de 2025 es de 4 millones de euros por billete completo, lo que equivale a 400.000 euros por décimo para quienes compren una décima parte.
El segundo premio por décimo es de 125.000 euros y el tercero de 50.000 euros.
Luego hay dos cuartos premios (20.000 euros por décimo), ocho quintos premios (6.000 euros por décimo) y 1.794 premios de 100 euros por décimo.
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¿Cuáles son los trucos y supersticiones más comunes entre los ganadores?
Con semejante fiebre y tanto dinero en juego, con el tiempo ha surgido un sinfín de trucos y supersticiones que, según la web oficial de la Lotería de Navidad, los grandes ganadores anteriores juran que funcionan.
Encender una vela amarilla, frotar el décimo en el lomo de un gato negro o en la cabeza de un calvo, y cruzar el umbral de la administración con el pie izquierdo figuran entre las supersticiones más conocidas.
Muchos españoles usan velas, monedas de oro y alfileres para atraer la suerte, y en algunas regiones, como Galicia, no son pocos los que dejan su décimo junto a una herradura.
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Pero debido a la popularidad de El Gordo en toda España y al enorme número de participantes, el sistema de venta es bastante complejo y difiere de otras loterías nacionales.
No puedes simplemente entrar en un estanco y rascar los números que quieras, como quizás harías en el Reino Unido.
En su lugar, las administraciones de loterías, gestionadas por el Estado, disponen de números específicos, y es por eso que los grandes premios suelen concentrarse en la misma zona: a lo largo de los años, mucha gente ha comprado décimos en la misma administración que custodia todos los números agraciados.
Esto significa que ocasionalmente los ganadores pueden concentrarse en un pueblo o barrio concreto, como ocurrió en 2011 cuando el pequeño municipio oscense de Sodeto se llevó El Gordo, habiendo comprado décimos todos sus habitantes menos uno de los 250.
Los vecinos de Sodeto se repartieron un total de 120 millones de euros en premios, percibiendo cantidades desde 100.000 hasta un millón de euros cada uno.
Fue la primera vez en los 200 años de historia del sorteo que un único pueblo se alzaba con el primer premio, pero dado que a las administraciones se les suele asignar la serie completa de un número, es común que los décimos premiados se concentren en una misma zona o administración.
¿Qué regiones y administraciones concretas han tenido más suerte?
La asignación de números específicos a administraciones concretas implica que, si quieres ‘jugar’ un número determinado (porque coincide con el cumpleaños de tu hijo o tu aniversario de boda, por ejemplo), quizás tengas que viajar o intentar conseguirlo por internet.
Históricamente, Madrid ha sido la región más afortunada, con 89 Gordos, seguida de cerca por Andalucía con 77. En tercer lugar se sitúa Cataluña, con 64 premios gordos. Pero no solo Doña Manolita atrae a compradores esperanzados.
Existen otras varias administraciones muy conocidas en España a las que se atribuye buena suerte, y que registran colas interminables durante diciembre, como La Bruixa d’Or en Lleida, Lotería Valdés en Barcelona, Lotería Ormaechea en Bilbao o Lotería Manises en Valencia.
Por la forma en que funciona El Gordo, es bastante lógico que, si ciertas administraciones venden más décimos, sean también las que repartan más premios.
Los esperanzados jugadores de Alicante gastaron, por ejemplo, más de 106,5 millones de euros en décimos el año pasado, y entre 2006 y 2012 el primer premio cayó allí cinco veces. En el extremo opuesto, Badajoz gastó solo 22 millones y solo ha tenido un premio gordo desde el año 2000.
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¿Cuándo es el sorteo?
En la mañana del 22 de diciembre, el país enmudece. Los españoles se quedan en casa, pegados al televisor para seguir el sorteo, un evento prolongado que algunos consideran el programa más aburrido de la televisión española.
Las bolas premiadas son extraídas y los números cantados por los niños del Colegio de San Ildefonso de Madrid, originalmente un hogar para huérfanos, razón por la cual la tradición de que los ganadores donen una parte de su premio a esta institución se remonta a esa época.
¿Existe una ciencia o un secreto para ganar la Lotería de Navidad?
De todos los números que participan en el sorteo –más de 100.000–, todos tienen un 14 por ciento de probabilidades de resultar agraciados. Históricamente, los números entre el 1.000 y el 2.000 han obtenido el primer premio en doce ocasiones, pero esto no significa que, por ejemplo, el 2.500 vaya a ser El Gordo este 22 de diciembre.
Aunque existe cierta ciencia detrás de El Gordo, no todos los números han sido sorteados desde 1812, por lo que la ciencia se mezcla con la superstición.
Con toda suerte de extrañas supersticiones y tradiciones empleadas por los ilusionados poseedores de décimos, las colas de seis horas como las de Doña Manolita y la peregrinación a otras regiones o administraciones ‘afortunadas’ continuarán, mientras la ‘ciencia’ les dice que pueden aumentar sus posibilidades de ganar una parte del premio comprando en ciertos lugares y administraciones.
Miles de personas seguirán acudiendo a los puntos calientes de El Gordo, intentando forzar los márgenes de la suerte, y luego todo el país se congregará frente al televisor el 22 de diciembre, esperando una suma que cambie sus vidas. Los españoles lo saben: a más compra (o venta), más premios.
Y los dueños de las administraciones también lo saben, pues cada año venden más décimos y suelen acabar teniendo más ganadores, aumentando así su reputación de lugares con suerte.
¡A todos nuestros lectores, buena suerte y ‘que os toque el Gordo’ (estrictamente en el sentido monetario)!