A medida que la temporada navideña se aproxima, cargada de calidez y alegría, un pequeño centro de rescate animal en Pizarra, Málaga, libra una batalla por su supervivencia ante desafíos sin precedentes. Last Chance Animal Rescue Spain, fundado en 2012 por la dedicada expatriada británica Jacqui Ross, acoge actualmente a más de cien perros y gatos —muchos de ellos abandonados, maltratados o desatendidos— tanto en su refugio como en casas de acogida.
La organización funciona exclusivamente con donaciones privadas, sin recibir subvenciones públicas, y ha alcanzado un punto crítico en el que el cierre se vislumbra si no recibe ayuda urgente. La mayor parte del trabajo recae ahora en Alexandra Ross, y se agradecería enormemente el apoyo de voluntarios adicionales para echarle una mano.
Un año aciago y una situación desesperada
El presente año ha sido especialmente cruel. La crisis global del coste de la vida ha reducido las donaciones a mínimos históricos, al tiempo que aumentan las entregas de mascotas por dificultades económicas de las familias. Las adopciones se han desplomado, manteniendo las perreras llenas e impidiendo la acogida de nuevos animales.
Lo más leído en Euro Weekly News
La reubicación internacional, que antes suponía un salvavidas, está prácticamente paralizada debido a la preocupación por la *Brucella canis* —una enfermedad bacteriana que ha llevado al Reino Unido a imponer estrictos requisitos de prueba— y a los disparatados costes del transporte tras el Brexit, que hacen prohibitivas la mayoría de las adopciones en el extranjero.
Y luego llegó la devastadora gota fría de octubre de 2024, que desencadenó inundaciones catastróficas en el sur de España. El refugio en Pizarra sufrió graves daños: el lodo cubrió totalmente los exteriores, obligando a los animales a permanecer confinados en el interior durante semanas.
La DANA unió a la comunidad
Voluntarios y personal trabajaron sin descanso, alquilando maquinaria pesada a un gran costo para retirar los escombros, pero la limpieza agotó unos recursos ya de por sí escasos. Afortunadamente, no se perdió ningún animal, pero el incidente puso de relieve la fragilidad de su situación.
Jacqui Ross, quien dedica todo su tiempo y corazón al rescate, compartió una súplica desgarradora: “Estamos en modo pánico total. Nunca habíamos tenido tanto miedo por el futuro. Muchos rescates han cerrado; ¿qué pasaría con nuestros perros y gatos si nosotros tuviésemos que rendirnos?”
Con unos costes de funcionamiento que superan los 2.500 euros mensuales solo para el refugio principal —cubriendo alimentación, veterinarios y productos esenciales—, el equipo no puede aceptar nuevos animales hasta que se libere espacio mediante adopciones.
No obstante, la esperanza siempre perdura a través del apoyo comunitario. El centro hace un llamamiento para conseguir pequeñas donaciones regulares, sugiriendo solo 1 euro o 1 libra al mes —menos que el precio de un café—, que podrían cubrir los gastos esenciales si suficientes personas se suman.
Un regalo con verdadero significado
Esta Navidad, considere un obsequio con verdadero sentido en lugar de otro par de calcetines navideños: prescinda de adornos innecesarios y contribuya a su labor vital. Se pueden realizar donaciones a través de su página web lastchanceanimalrescuespain.org, mediante iniciativas en curso como la de GoFundMe, o contactando con ellos directamente (WhatsApp: +34 633 320 313).
En una época que celebra la compasión y los nuevos comienzos, incluso un pequeño gesto puede suponer un salvavidas para estos animales vulnerables, garantizando que puedan contemplar muchos más amaneceres esperanzadores.