El grupo rebelde M23, que la semana pasada tomó la ciudad de Uvira en la República Democrática del Congo, dice haber comenzado su retirada. Prometen completarla este jueves tras presiones de Estados Unidos.
El M23 capturó esta ciudad estratégica cerca de la frontera con Burundi pocos días después de un acuerdo de paz “histórico” mediado por EE.UU. entre los gobiernos congoleño y ruandés.
Sin embargo, el gobierno congoleño afirma que la retirada reportada es una “distracción” y necesita verificación.
Este jueves, algunos residentes de Uvira dijeron a la BBC que no estaba claro si el M23 se iba, pues aún veían algunos de sus camiones moviéndose por la ciudad.
La toma de Uvira provocó la condena de EE.UU. y advertencias de sanciones contra Ruanda, a quien acusa de apoyar a los rebeldes. Ruanda lo niega.
El líder del M23, Bertrand Bisimwa, dijo el miércoles que la retirada estaba “en curso”. Su portavoz, Willy Ngoma, añadió que era “por el bien de la paz”.
En una publicación en X, Bisimwa pidió a mediadores y socios internacionales que protejan la ciudad de “represalias, violencia y remilitarización”.
Un miembro local de la sociedad civil, que prefirió guardar su identidad por seguridad, confirmó a la BBC que algunas tropas del M23 empezaron a retirarse. Pero dijo que policías del mismo grupo seguían entrando.
Otro residente mostró dudas sobre la retirada. “Parece que siguen aquí. De hecho, ayer los ví trayendo camiones de la policía”, dijo a la BBC.
El portavoz del gobierno congoleño, Patrick Muyaya, dijo que el anuncio del M23 buscaba “distraer al equipo de mediación estadounidense, que prepara medidas contra Ruanda”.
Muyaya describió la decisión de dejar Uvira como una “señal positiva”, pero dijo que el gobierno necesita confirmar la situación real. Antes había pedido “vigilancia” ante la “supuesta retirada”.
“¿Quién puede verificarlo? ¿Adónde van? ¿Cuántos había? ¿Qué dejan en la ciudad? ¿Fosas comunes? ¿Soldados disfrazados de civiles?”, publicó en X.
La ofensiva en Uvira dejó decenas de muertos, al menos 100 heridos y más de 200.000 desplazados, según la ONU. Al menos 30.000 civiles huyeron a Burundi.
Esto ocurrió pese al acuerdo de paz del 4 de diciembre firmado en Washington por los presidentes Paul Kagame de Ruanda y Félix Tshisekedi del Congo, en una ceremonia con Donald Trump.
Los rebeldes no firmaron ese acuerdo, pero son parte de un proceso de paz paralelo liderado por Qatar, aliado de EE.UU. con fuertes lazos con Rwanda.