Ángel Bermúdez
BBC News Mundo
Reuters
Estados Unidos incautó un petrolero frente a las costas de Venezuela el 10 de diciembre.
En una escalada más de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, el presidente Donald Trump ordenó un bloqueo naval para impedir que petroleros sancionados entren y salgan del país suramericano.
Venezuela – que tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo – depende mucho de los ingresos por sus exportaciones petroleras para financiar el gasto gubernamental.
Pero las sanciones de EE.UU. contra la estatal petrolera venezolana PDVSA han dificultado la exportación de crudo, llevando al gobierno a recurrir a una flota de “barcos fantasmas”.
Entonces, ¿qué sabemos sobre estos barcos y cómo operan?
‘Bloqueo total y completo’
Trump impuso sanciones a la industria petrolera venezolana ya en 2019, durante su primer mandato.
Ese año, las exportaciones de crudo venezolano cayeron más de la mitad, de aproximadamente 1.1 millones de barriles por día en enero a unos 495,000 para fines de 2019, según la Administración de Información de Energía de EE.UU.
Seis años después, las sanciones siguen vigentes, pero las exportaciones petroleras de Venezuela han vuelto a crecer a alrededor de 920,000 barriles por día hasta noviembre, según la agencia de noticias Reuters.
Aunque está muy lejos del nivel máximo de exportaciones del país de 3 millones de barriles por día en 1998, esta recuperación parcial indica que las sanciones no funcionan como EE.UU. esperaba.
Indica que el gobierno de Nicolás Maduro ha encontrado nuevas formas de vender el petróleo venezolano con la “flota fantasma” como centro.
No es único de Venezuela
Las flotas fantasmas son un fenómeno creciente, usado no solo por Venezuela sino también por otros dos países productores bajo sanciones occidentales: Rusia e Irán.
La firma de inteligencia financiera S&P Global estima que uno de cada cinco petroleros en el mundo se usa para contrabandear petróleo de países sancionados.
De estos, un 10% transporta solo petróleo venezolano, un 20% petróleo iraní, mientras que el 50% se dedica exclusivamente al petróleo ruso. El 20% restante no está atado a un país en particular y puede transportar crudo de más de una de estas naciones.
Las sanciones petroleras buscan desalentar a países o empresas de comprar o tratar con crudo de naciones sancionadas.
Las empresas y países sorprendidos comprando petróleo de países sancionados como Venezuela se arriesgan a ser sancionados ellos mismos por EE.UU.
Los países sancionados ofrecen su petróleo con grandes descuentos para que empresas o naciones estén dispuestas a arriesgarse a comprarlo, aplicando trucos para disimular su origen.
Banderas falsas y cambios de nombre
Una de las estrategias más comunes de los petroleros fantasmas es cambiar frecuentemente su nombre o bandera – a veces varias veces en un mes.
Por ejemplo, el petrolero incautado este miércoles se llama The Skipper, según CBS News, la cadena asociada a la BBC en EE.UU.
El barco ha estado sancionado por el Tesoro de EE.UU. desde 2022 por su presunto rol en una red de contrabando de petróleo que ayuda a financiar la Guardia Revolucionaria de Irán y la milicia libanesa Hezbolá, según CBS.
En ese entonces, el petrolero se llamaba Adisa, pero originalmente se llamaba Toyo. Era uno de los barcos vinculados al magnate petrolero ruso Viktor Artemov, quien también está sancionado.
The Skipper es un barco de 20 años – otra característica común entre los petroleros de la flota fantasma. Las grandes navieras usualmente desechan barcos después de 15 años de servicio, y después de 25 años típicamente son desguazados.
Vea: Video muestra incautación de petrolero por militares de EE.UU. frente a costa de Venezuela
‘Barcos zombis’
Otro truco que usan estos barcos es robar la identidad de buques desguazados usando sus números de registro único asignados por la Organización Marítima Internacional – similar a cuando criminales usan la identidad de una persona muerta.
Estos son conocidos como “barcos zombis”.
En abril pasado, un barco llamado Varada llegó a aguas de Malasia tras un viaje de dos meses desde Venezuela.
Generó sospechas por ser un barco de 32 años y por enarbolar la bandera de Comoras, una nación insular frente al este de África, que es una opción popular entre barcos que quieren evitar detección.
Según una investigación de Bloomberg, era un barco zombi, pues el verdadero Varada había sido desguazado en Bangladesh en 2017.
La agencia de noticias comparó imágenes satelitales con fotos históricas para detectar cuatro barcos zombis transportando crudo venezolano.
Otras tácticas comunes incluyen disfrazar el origen del crudo transfiriéndolo en aguas internacionales a petroleros legales con otras banderas.
Estos luego entregan el petróleo a su destino, presentándolo como proveniente de un país no sancionado.
Esto pasó con las exportaciones de petróleo venezolano a China durante el primer mandato de Trump, cuando se endurecieron las sanciones.
Otro truco común entre estos petroleros es desactivar el Sistema de Identificación Automática, que transmite datos como el nombre, bandera, posición, velocidad o ruta del barco.
Esto permite a los barcos esconder su identidad y ubicación.
La empresa de riesgo marítimo Vanguard Tech dice creer que The Skipper estuvo “falseando su posición por mucho tiempo” – es decir, transmitiendo una señal falsa, haciéndolo aparecer en una ubicación diferente.
Planet Labs PBC / Reuters
Una imagen satelital tomada el 18 de noviembre frente a aguas venezolanas muestra a The Skipper, a la derecha, junto a otro barco.
Según un informe de octubre de la ONG anticorrupción Transparencia Venezuela, había 71 petroleros extranjeros en los puertos de PDVSA – de los cuales 15 están sancionados y nueve están vinculados a flotas fantasmas.
Encontró que 24 petroleros operaban de manera encubierta, con sus señales obligatorias de ubicación desactivadas.
La ONG dice haber detectado seis transferencias de carga de barco a barco en aguas al oeste de Venezuela.
La mayoría de los barcos enarbolaban banderas de países considerados paraísos regulatorios con supervisión laxa de sanciones, incluyendo Panamá, Comoras y Malta.
Muchos pasaron más de 20 días sin atracar en una terminal petrolera, a diferencia de los barcos operados por Chevron que EE.UU. ha autorizado en Venezuela, que cargan y se van en seis días.
“La estancia prolongada en áreas portuarias sin llegar directamente a terminales petroleras genera serias dudas sobre el tipo de operaciones que realizan estos buques”, dijo Transparencia Venezuela en su informe.
Dado que la operación para incautar el barco el 10 de diciembre provino del portaaviones USS Gerald Ford – el más grande del mundo – que ahora es parte de la enorme despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe, es probable que la capacidad de Maduro de depender de la flota fantasma se vea significativamente reducida.
