Más Allá de las Cifras: Cada Dato Cuenta una Historia Distinta

Muchos adultos mayores buscan una meta común a medida que avanzan en años: vivir su vejez en un entorno familiar y cómodo —su propio hogar. Esta es una aspiración esencial, que refleja una clara preferencia por mantener la independencia y el entorno conocido, en lugar de trasladarse a residencias asistidas o centros de cuidados.

Sin embargo, algunos adultos mayores, limitados por problemas de salud, no logran este objetivo debido a la fragilidad, una condición que puede mitigarse o incluso prevenirse con las medidas adecuadas.

El impacto continuo de la fragilidad

La fragilidad, frecuente en personas mayores, incrementa el riesgo de hospitalización, estancias prolongadas, reingresos, caídas, deterioro cognitivo y pérdida de funcionalidad.

La fragilidad se caracteriza por una combinación de problemas:

  • Debilidad
  • Fatiga
  • Disminución de la fuerza
  • Equilibrio deficiente
  • Pérdida de peso no planificada

    Estos desafíos, ya sea individualmente o como comorbilidades, dificultan la recuperación del adulto mayor tras una enfermedad o lesión. Lamentablemente, la fragilidad suele ser difícil de identificar y manejar.

    Prevenir o revertir la fragilidad, y evitar los factores que conducen a hospitalizaciones, puede traducirse en una mejor recuperación, salud e independencia.

    Los adultos mayores en cifras

    El coste medio de hospitalización puede superar los 11.900 dólares para las personas mayores. Se proyecta que la población estadounidense de 65 años o más aumente de 58 millones en 2022 a 82 millones en 2050 (un 47%), y se espera que su proporción en la población total pase del 17% al 23%. Según el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento, casi el 95% de los adultos mayores padece al menos una enfermedad crónica. Las personas mayores representan más del 40% de las hospitalizaciones anuales por enfermedades crónicas, lesiones por caídas, cirugías como la de reemplazo articular y otros problemas de salud.

    Las hospitalizaciones suelen conllevar una interrupción de las actividades diarias, reducción de la movilidad, úlceras por presión, deterioro cognitivo, pérdida de independencia y otras complicaciones. Un estudio de Yale señala que "los pacientes frágiles fueron readmitidos en 180 días a una tasa del 36,9%; los pacientes con probable demencia, a un 39%; y los pacientes de 90 años o más, a un 36,8%".

    Los reingresos hospitalarios suponen una pesada carga financiera de más de 50.000 millones de dólares anuales. En muchos casos, estos reingresos son evitables. Pueden atribuirse a la calidad de la atención recibida durante la hospitalización, al autocuidado inadecuado o a la falta de apoyo familiar tras el alta, a la falta de seguimiento de citas y tratamientos (incluyendo la conciliación de medicación) y a otros factores.

    Los factores comunes que impactan en la rehospitalización de los mayores incluyen la edad avanzada, un estatus socioeconómico bajo, desnutrición, múltiples comorbilidades (especialmente insuficiencia cardíaca, fragilidad, enfermedad hepática y anemia) y hospitalizaciones prolongadas. Tambien existen factores específicos de cada individuo: deterioro cognitivo, condiciones crónicas, historial de caídas, calidad actual de la atención y coordinación de cuidados, apoyo social, comprensión de sus necesidades específicas y adherencia al plan de tratamiento, duración de la estancia hospitalaria inicial y momento del alta.

    Explorando datos de salud para una vida mejor

    Entre los conceptos erróneos comunes sobre el análisis de datos suele estar la necesidad de grandes volúmenes de información, el creer que el análisis se hace solo una vez, o que se requiere una solución de alta tecnología. Plantear las preguntas correctas en una encuesta sencilla a la población puede generar una cantidad tremenda de información. La pregunta clave en este caso sería: ¿Qué necesita nuestra población de adultos mayores para evitar el reingreso hospitalario?

    Indicadores de salud, medicamentos, planes de cuidado y otros datos se utilizan para analizar e identificar tendencias en las tasas de reingreso y los factores de riesgo. Estas tendencias pueden aprovecharse para señalar las áreas donde las intervenciones tendrían mayor impacto. Los datos también permiten personalizar las intervenciones, abordar las necesidades únicas de cada miembro, coordinar la atención y mejorar la comunicación.

    Más allá de los números y los datos

    Aunque los datos y los costes son elementos importantes para identificar problemas, la medida del éxito no reside solo en ellos; se trata de garantizar que los adultos mayores puedan gestionar y mantener sus expectativas sobre la salud y el envejecimiento en el hogar.

    Para las personas mayores, las decisiones relacionadas con la atención sanitaria, el estilo de vida y las actividades de la vida diaria deben alinearse con la calidad de vida, la independencia y el bienestar emocional.

    Mantener una buena salud y un sentido de autonomía puede mejorar la longevidad, reducir los costes sanitarios a largo plazo y fortalecer la resiliencia mental y emocional. Un enfoque holístico de la salud asegura que los adultos mayores reciban no solo atención médica efectiva, sino también el apoyo emocional y social necesario para llevar vidas plenas.

    Las soluciones integrales para el envejecimiento en el hogar, respaldadas por guías basadas en evidencia, incluyen evaluaciones de fragilidad y riesgo de caídas, identificación de las causas raíz de los factores de riesgo, y la provisión de intervenciones efectivas para modificarlos, ayudando así a los mayores a construir resiliencia. Quienes participan en un programa de este tipo pueden esperar llevar una vida funcionalmente independiente en casa mientras desarrollan resiliencia para el futuro. Las aseguradoras de salud pueden descubrir que abordar la fragilidad y las caídas mediante un programa integral se traduce en una reducción de los costes totales de atención y una mejora en sus calificaciones de calidad.

    Los programas efectivos de envejecimiento en el hogar incluyen intervenciones innovadoras, clínicamente probadas, multidominio y apoyadas por tecnología. Un programa de apoyo eficaz incluye:

  • Un gestor de cuidados dedicado, con formación y experiencia en ayudar a las personas a encontrar nuevas formas de vivir seguros en casa.
  • Un equipo multidisciplinar que incluya farmacéuticos, trabajadores sociales, enfermeras y terapeutas ocupacionales.
  • Un esfuerzo coordinado para proporcionar educación de apoyo, derivaciones a proveedores de servicios adecuados y verificados (como empresas de adaptación del hogar o servicios de cuidadores), y apoyo en la coordinación con los profesionales sanitarios.
  • Un enfoque de comunicación omnicanal que respete las preferencias del usuario, pudiendo incluir una página web, una aplicación, herramientas de comunicación bidireccional como mensajes de texto y correo electrónico, y campañas de llamadas y educación asíncronas.
  • Una filosofía de atención integral que involucre a los miembros en una experiencia positiva y colaborativa, reduciendo y previniendo los riesgos asociados a la fragilidad, las caídas y las hospitalizaciones no planificadas.

    Los profesionales de la salud tenemos una oportunidad significativa de ayudar a los adultos mayores integrando datos, encuestas personales e interacciones individuales, reconociendo que detrás de cada número y dato hay una persona con expectativas y metas únicas para envejecer en su hogar.

    Foto: izusek, Getty Images

    Krithika Srivats es Vicepresidenta Senior de Práctica Clínica y Nuevos Productos & Soluciones en Sagility. Es una apasionada de la atención geriátrica y ha implementado varios programas innovadores de resiliencia para mayores en diversos países. Dirige el programa Smart Step Aging in Place en Sagility.

    Este artículo se publica a través del programa MedCity Influencers. Cualquier persona puede publicar su perspectiva sobre negocios e innovación en el sector sanitario en MedCity News a través de MedCity Influencers. Haga clic aquí para saber cómo.

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