La presidenta balear, Marga Prohens. Crédito: Govern Balear
El Govern balear ha anunciado una reducción fiscal destinada a incentivar a los propietarios de inmuebles a no incrementar los alquileres durante las renovaciones contractuales de 2026. El anuncio fue realizado el martes 16 de diciembre por la presidenta balear, Marga Prohens, y el conseller de Vivienda, José Luis Mateo, en una sesión plenaria del Parlamento.
“Con seriedad y responsabilidad, puedo confirmar que este gobierno adoptará nuevas medidas con antelación a las revisiones de alquiler. Nos centramos en los incentivos. En este sentido, el Ministerio de Hacienda prepara una nueva deducción fiscal para alentar a los propietarios a no subir las rentas en los contratos que finalizan en 2026,” declaró Mateo en respuesta a una interpelación del PSIB-PSOE.
La presidenta Prohens también se refirió al asunto, manifestando su preocupación por el alza de los alquileres. “La renovación de los contratos de arrendamiento, cuya prórroga el PSOE y Sumar decidieron no ampliar durante la pandemia, es motivo de inquietud para este ejecutivo. Por ello implementamos una deducción tributaria para recompensar a los propietarios que actúen con responsabilidad y sensibilidad hacia sus inquilinos,” afirmó.
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Implementación vía enmienda
El gobierno ha explicado que la bonificación fiscal se introducirá mediante enmiendas a algunas leyes en trámite, lo que requiere una modificación legislativa. Para su aprobación, será necesario el apoyo de Vox o de los partidos de izquierda.
Alquileres en ascenso
Cifras oficiales del Ministerio de Consumo reflejan que los 24.500 contratos de arrendamiento que vencen en Baleares en 2026 experimentarán un incremento promedio de 383 euros mensuales, más de 4.600 euros anuales. Este aumento significativo resultará inasumible para numerosas familias arrendatarias.
Estos inquilinos firmaron sus contratos en 2021, cuando comenzaban a relajarse las restricciones por la COVID-19, y ahora, tras los cinco años estipulados por la ley de arrendamientos urbanos, sus contratos expiran y los propietarios pueden renovarlos.
Crisis de vivienda en Mallorca e Ibiza
La crisis de vivienda en Mallorca e Ibiza se ha intesificado en los últimos años, con precios del alquiler disparados por encima de las posibilidades de muchos residentes locales. La escasa oferta y la elevada demanda, especialmente en zonas de alta afluencia turística, han empujado a las familias hacia la periferia u obligado a compartir vivienda en condiciones de hacinamiento.
Las autoridades locales han advertido en repetidas ocasiones que, sin una intervención urgente, las islas podrían presenciar un éxodo creciente de trabajadores jóvenes y familias incapaces de costear una vivienda digna. La economía basada en el turismo ha agravado el problema, ya que el alquiler vacacional a corto plazo genera a menudo mayores beneficios que los arriendos a largo plazo.
Colectivos vecinales y asociaciones de inquilinos han demandado más proyectos de vivienda asequible y una regulación más firme para evitar subidas desmesuradas. Sostienen que iniciativas como el incentivo fiscal anunciado por el gobierno constituyen un paso en la dirección correcta, pero deberán acompañarse de medidas más amplias para atajar la escasez estructural de vivienda.