Analistas comentaron que la incautación reportada por Estados Unidos de un barco que supuestamente llevaba componentes de doble uso fabricados en China hacia Irán podría indicar que Washington estaba “probando el terreno” para revivir una táctica antigua y presionar los vínculos de Pekín con sus adversarios. Sin embargo, dichas acciones arriesgan violar la ley internacional.
Un equipo de operaciones especiales estadounidense abordó un barco procedente de China con destino a Irán en el Océano Índico cerca de Sri Lanka el mes pasado, según informó The Wall Street Journal el viernes pasado. Citando fuentes, el medio señaló que la operación buscaba bloquear la importación por parte de Teherán de componentes para su fortalecimiento militar.
Operativos del Comando Indo-Pacífico de EE.UU., tanto fuerzas especiales como convencionales, permitieron que la embarcación continuara su viaje después de confiscar la carga, agregó el reporte.
Esta operación ocurre en medio de los esfuerzos del Pentágono por frenar el fortalecimiento militar iraní —incluyendo sus programas nucleares y de misiles— luego de los ataques aéreos estadounidenses e israelíes contra instalaciones nucleares iraníes en junio.
Las consecuencias del ataque aéreo estadounidense del 22 de junio contra la planta de enriquecimiento de combustible de Fordow en Irán. Foto: AFP
De acuerdo con el informe del Journal, Washington había estado rastreando el cargamento, el cual incluía componentes con aplicaciones tanto civiles como militares, potencialmente útiles para el desarrollo de armas convencionales y los programas de misiles de Teherán.