Globos de Bielorrusia siembran el caos en Lituania: ¿Contrabando o ataque híbrido?

Sarah Rainsford
Corresponsal para el sur y este de Europa, en Vilnius

Servicio de Guardia de Fronteras del Estado de Lituania

Globos gigantes que transportan cigarrillos de contrabando están cruzando la frontera desde Bielorrusia hacia Lituania, forzando el cierre del espacio aéreo.

Siempre que el viento sopla del noroeste desde Bielorrusia, Lituania se prepara para los problemas.

Es entonces cuando lanzan grandes globos blancos al otro lado de la frontera, con cajas de cigarrillos baratos colgando debajo.

En las últimas 10 semanas, este tráfico ilícito de globos ya ha obligado al principal aeropuerto de Lituania a cerrar 15 veces, dejando varados o retrasando a miles de viajeros.

En una ocasión, el espacio aéreo se cerró completamente por 11 horas.

Pero el gobierno aquí está seguro de que se enfrenta a algo mucho más hostil que contrabandistas.

Dicen que los globos han sido “convertidos en armas” en un acto de guerra híbrida por parte de Bielorrusia, el aliado más cercano de Rusia. Esto ocurre justo cuando la guerra en la sombra de Moscú contra Europa se intensifica nuevamente con una ola de incendios y ataques de sabotaje que los oficiales vinculan con la inteligencia rusa.

## Respuesta de emergencia

El gobierno lituano ha declarado una situación de emergencia.

Los contrabandistas ya habían usado globos antes, pero este octubre su número aumentó repentinamente.

“Claro que empezó como una actividad de crimen organizado transfronterizo, pero hemos visto más de una vez como Bielorrusia instrumentaliza el crimen organizado para afectar a países vecinos”, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores, Kestutis Budrys, a la BBC en la capital, Vilnius.

Él dice que los globos se lanzan desde puntos que ayudan a “apuntar” mejor al principal aeropuerto de Lituania, situado a solo 30 km de la frontera.

“¡Si quisieras hacer una operación de contrabando para llevar unos miles de cajetillas de cigarrillos al otro lado, lo harías en el bosque o en los pantanos, no directamente hacia nuestro aeropuerto!”, argumenta el ministro.

En cambio, él cree que los globos son una forma de chantaje político en el borde oriental de Europa.

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“[Bielorrusia] ve esto como una ventaja: ‘Tienes una frontera con nosotros, podemos causarte grandes problemas'”, dice Budrys. “Lo que están haciendo realmente toca el ámbito militar y de seguridad y queremos prevenir una escalada militar”.

Ahora, cada noche la policía militar sale de patrulla en la zona fronteriza. Los globos son más comunes después del anochecer.

Traqueteando por los campos para llegar a caminos rurales remotos, luego establecen puestos de control móviles y paran vehículos al azar. Revisan los documentos de los conductores y registran los maleteros buscando a cualquiera que pueda estar involucrado en el contrabando, con la esperanza de desmantelar las redes.

Los globos vuelan demasiado alto como para derribarlos con defensas aéreas de manera segura o económica, así que el gobierno ha ofrecido un premio de un millón de euros a cualquier empresa que pueda averiguar cómo interceptarlos.

Mientras tanto, equipos usan radar militar para rastrear los globos en el cielo y tratar de atrapar a los contrabandistas que aparecen donde cae la carga.

Pronto, nuevos cargos criminales también deberían actuar como disuasivo, con una posible sentencia de prisión por actos de sabotaje contra la aviación civil.

Las autoridades patrullan los caminos de noche, buscando contrabandistas.

Pero la mejor protección por ahora es un cambio en la dirección del viento.

Soplaba hacia el este, hacia Bielorrusia, la noche que salimos con la patrulla y las únicas cajas que los soldados encontraron en un auto estaban llenas de compras navideñas, no de contrabando.

“No he visto ningún globo, no nos ha afectado personalmente”, me dijo la mujer conductora después del control. “Pero vivimos muy cerca de la frontera y toda esta situación sí nos preocupa”.

## ¿Qué está haciendo Bielorrusia?

La frontera misma ahora está marcada por una alta valla de metal, con una espiral de alambre de púas de aspecto amenazante en la parte superior y más más allá. Abajo hay bloques gigantes de hormigón que marcan la línea antes de una bandera bielorrusa y un puesto fronterizo.

Toda esta seguridad extra es la señal más obvia de cómo Lituania ahora ve a su vecino, y a su aliada Rusia, como hostiles y peligrosos.

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No lejos de allí, en Minsk, el hombre que ha gobernado Bielorrusia durante tres décadas, Alexander Lukashenko, descarta toda la charla sobre guerra híbrida como “tonterías”.

Recientemente culpó a contrabandistas “bandidos” por los globos, diciendo que solo buscaban un beneficio y se estaban volviendo creativos para superar la nueva valla de seguridad.

Lituania no se lo cree, en parte porque Bielorrusia ya tiene antecedentes en cuanto a ataques “híbridos” en la frontera. En 2021, se ayudó a migrantes que intentaban llegar a la UE a cruzar en gran número hacia Lituania y Polonia, provocando una crisis deliberada.

Pero hay otras señales de involucramiento estatal.

En Vilnius, Vilmantas Vitkauskas dirige el centro de gestión de crisis que reúne a varias ramas del gobierno y servicios de seguridad.

Antes, dice, los contrabandistas enviaban sus globos en grupos para abrumar a las fuerzas de seguridad del otro lado. “Ahora están haciendo una secuencia de uno o dos globos cada 30 minutos, apuntando directamente al aeropuerto”, explica frente a un gigantesco mapa mural digital que registra todos los globos avistados este año.

“En la Bielorrusia de Lukashenko… si estuvieran interesados en detenerlo, pueden hacerlo mañana. Pero no lo hacen. Eso significa que les beneficia”.

La sospecha es que Bielorrusia está intentando intimidar para reducir las sanciones.

Vilmantas Vitkauskas dice que si Bielorrusia quisiera parar los globos, lo haría.

“Quieren atraer la atención política y forzarnos a cambiar nuestras políticas hacia Bielorrusia”, es como el ministro Kestutis Budrys ve la repentina llegada de globos.

La UE no reconoce a Alexander Lukashenko como presidente porque encarceló a sus principales oponentes antes de las disputadas elecciones del 2020 y supervisó una represión brutal después. Las sanciones que se impusieron en ese momento se endurecieron dos años después, cuando él ayudo a Vladimir Putin a lanzar la invasión a gran escala de Rusia sobre Ucrania.

“Primero, quieren terminar con el aislamiento internacional del régimen y, en segundo lugar, por supuesto, con las sanciones”, argumenta el ministro.

Estados Unidos acaba de acordar levantar algunas sanciones a Bielorrusia, tras lo cual el país liberó a 123 prisioneros, incluyendo a la destacada activista opositora Maria Kolesnikova.

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Pero Budrys aboga por una línea más dura con Minsk por parte de Europa. “Tenemos que ampliar el régimen de sanciones contra Bielorrusia para incluir sus actividades híbridas contra la UE”, dice.
“Eso se hizo con Rusia, pero no con Bielorrusia”.

### Disrupciones y retrasos

Por ahora, los viajeros desde y hacia Lituania – y las aerolíneas – tienen que adaptarse.
“Esto es algo completamente nuevo para el sector de la aviación, ningún aeropuerto en Europa ha experimentado algo así”, dice el director ejecutivo del aeropuerto, Simonas Bartkus, dentro de una nueva y brillante terminal en Vilna.

Una aerolínea ya ha trasladado sus vuelos chárter a la segunda ciudad de Lituania y otra ha cancelado su servicio de vuelo nocturno a Vilna.
El Sr. Bartkus estima que la pérdida de ingresos para todos los negocios afectados alcanzará los 2 millones de euros para fin de año. “Una cosa son los costos extra para nosotros y las aerolíneas, pero el riesgo aún mayor es que los pasajeros empiecen a perder confianza en los viajes aéreos”, admite.

Ya, los viajeros consultan una nueva página web que da el pronóstico del viento y la probabilidad de que globos floten en su ruta de vuelo antes de reservar.
“No es fácil, me pone un poco nervioso. Solo me gustaría llegar a casa según lo planeado”, dijo un pasajero polaco mientras esperaba en la terminal.
“Durante la última semana estuvimos consultando cada día”, dijo una mujer local, Justina.
“Creemos que esto es un ataque híbrido contra nosotros. Pienso que para ellos es muy divertido volar esos globos y luego reirse de nosotros, sin que hagamos nada al respecto”.

Sus palabras sugieren que otro objetivo de los ataques de actividades híbridas – sembrar descontento y división política – también está funcionando, y quizás sea más difícil de defenderse.
“Básicamente, están probando los límites de la OTAN: viendo cómo nos protegemos contra este tipo de cosas”, dice su pareja, Martynas.
“Y ni siquiera podemos combatir, como, simples globos. Ni siquiera estamos preparados para lo básico”.

Reportaje adicional de Eve Webster.

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