Lo que debía ser una travesía rutinaria de una hora se convirtió en una pesadilla de tres horas en el mar para los cientos de pasajeros del *Ciudad de Mahón* este fin de semana.
Han circulado imágenes aterradoras del ferry de Balearia siendo zarandeado “como un bote” en el Estrecho de Gibraltar, mientras la borrasca Emilia azotaba la costa sur de España.
La embarcación, que intentaba alcanzar la ciudad autónoma de Ceuta desde Algeciras el sábado por la noche, se enfrentó a olas de hasta 4 metros y vientos del este de fuerza 7.
Las virales instantáneas captadas por el fotógrafo local @jr_amon_ceuta muestran al barco escorando de forma alarmante a babor, abriéndose paso entre embravecidas olas que provocaban mareo con solo mirarlas.
“¡Me estremece pensar en cómo debían estar los servicios de los pasajeros!”, bromeó un usuario en Facebook, resumiendo la cruda realidad de quienes quedaron atrapados a bordo.
Las condiciones fueron tan adversas que el capitán se vio finalmente forzado a abortar la travesía y regresar a Algeciras, dejando a los pasajeros conmocionados pero a salvo.
El caos en el Estrecho fue solo una parte de los estragos causados por la borrasca Emilia, que castiga España desde el viernes.
Mientras el ferry combatía las olas, la península sufría su propio diluvio. Murcia fue una de las regiones más afectadas, con la Aemet confirmando que Totana registró 77 mm de lluvia en pocas horas.
Calles convertidas en ríos en localidades como Pliego y Alhama de Murcia, donde los servicios de emergencia tuvieron que cortar el acceso al río Quipar ante el desbordamiento.
Más al norte, la Comunidad Valenciana vivió un fin de semana de tensión con alertas rojas por lluvias extremas, que descargaron cerca de 50 l/m² en Orihuela, reviviendo el trauma de pasadas inundaciones.
En Málaga, la tormenta descargó súbitas granizadas en el interior y fuertes aguaceros en el valle del Guadalhorce. Mientras, en las islas el contraste fue aún mayor: el Teide, en Tenerife, amaneció cubierto por más de 1,5 metros de nieve, la mayor nevada en la cumbre desde 2016, creando un paisaje invernal espectacular pero inaccesible.
La Guardia Civil insiste en la necesidad de extremar la precaución al volante mientras los últimos coletazos de la tormenta cruzan la península esta semana.