Ione Wells
Corresponsal en Sudamérica, Santiago
Reuters
José Antonio Kast será inaugurado como presidente de Chile en marzo del próximo año.
Chile ha elegido al candidato de ultraderecha José Antonio Kast como su próximo presidente, tras una campaña electoral dominada por los temas de seguridad, inmigración y delincuencia.
Kast venció decisivamente a la candidata de la coalición izquierdista gobernante, Jeanette Jara, con más del 58% de los votos en su tercer intento por llegar a la presidencia.
Esto marca el giro más grande hacia la derecha desde el fin de la dictadura militar en Chile en 1990. Kast ha alabado abiertamente al ex dictador derechista Augusto Pinochet.
En su primer discurso como presidente electo, Kast dijo: "Chile volverá a ser libre de la delincuencia, libre de la angustia, libre del miedo".
"Los criminales, los delincuentes… sus vidas van a cambiar. Los vamos a buscar, encontrar, juzgar y luego los vamos a encerrar", añadió.
En un encuentro de sus seguidores en la capital, Santiago, muchos envueltos en banderas chilenas, vitoreando y tomándose selfies, hubo júbilo cuando se conocieron los resultados.
"Estoy feliz de que podamos recuperar la seguridad y el patriotismo del país", dijo Augustina Trancoso, luciendo una gorra roja de "Hagamos a Chile Grande Otra Vez".
"Llevamos años intentando ganar una elección", dijo Belem Valdivieso. "En Chile antes podías caminar por las calles tranquilo, últimamente hemos tenido problemas de inseguridad. Espero que cumpla sus promesas y se enfoque en la seguridad".
Durante toda la campaña, Kast retrató a Chile como un país que caía en el caos y la inseguridad. Prometió restaurar el orden y actuar con mano dura contra la inmigración irregular, además de implementar fuertes recortes de gasto.
Kast es admirador de Donald Trump, quien probablemente será un aliado cercano, y sus políticas recuerdan a las del expresidente estadounidense. Ha prometido un muro fronterizo en la porosa frontera de Chile con Perú y Bolivia, cárceles de máxima seguridad y deportaciones masivas de migrantes irregulares, muchos de ellos venezolanos.
Augustina Trancoso votó por Kast en las elecciones presidenciales del domingo.
Chile es uno de los países más seguros y estables de Sudamérica, pero el aumento de la inmigración y el crimen organizado en los últimos años ha preocupado a muchos votantes. Kast a menudo vinculaba ambos temas.
Sus críticos, sin embargo, dicen que el problema se está exagerando.
Una votante en Santiago, Javiera Carrasco, gustaba de algunas políticas de Kast pero terminó votando por la militante comunista Jara. Dijo sentir que "se está extendiendo una falsa sensación de inseguridad".
"En otros países pasan cosas mucho peores que aquí. Simplemente no me cuadra".
La tasa de homicidios en Chile ahora está bajando, y algunos estudios sugieren que los nacidos en el extranjero cometen menos crímenes en promedio. Pero la percepción de una creciente inseguridad fue la motivación para muchos votantes de Kast.
"Nos estamos transformando en Colombia, mucho terrorismo, ladrones, robos, la sociedad es muy insegura", dijo el votante Max Struber.
"Puede sonar duro decirlo, pero necesitamos que el gobierno continúe la obra de Pinochet. Existieron abusos a los derechos humanos, eso es cierto. Pero como gobierno fue bueno, antes teníamos paz y tranquilidad".
El hermano de Kast fue ministro durante la dictadura de Pinochet, y su padre fue miembro del partido Nazi. Pinochet fue un general del ejército que lideró un golpe militar respaldado por EE.UU. en 1973 y estableció una dictadura militar de 17 años marcada por brutales abusos a los derechos humanos, desapariciones forzadas y políticas económicas de libre mercado.
Reuters
La militante comunista Jeannette Jara fue la candidata de la coalición de izquierda.
El actual presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric, que no podía postularse nuevamente, sufría de bajos índices de aprobación. La rival de Kast, Jeannette Jara, pudo haber sufrido por ser vista como un "voto de continuidad".
Un simpatizante en su fiesta de victoria, Francisco Otero, dijo que ningún candidato representaba a todos perfectamente, pero que una continuación del gobierno se veía como "mucho peor".
Tras el resultado, Jara publicó que "la democracia ha hablado fuerte y claro" y deseó a Kast "éxito por el bien de Chile".
"Seguiremos trabajando para avanzar hacia una vida mejor en nuestro país", añadió.
Sus seguidores temen que la elección de Kast marque un regreso al pasado de ultraderecha de Chile.
"La familia de Kast ayudó al dictador Augusto Pinochet", dijo Ricardo Herrera, añadiendo que él vivió la dictadura de Pinochet y que fue "brutal".
Algunos, sin embargo, son escépticos de que Kast realmente haga lo que ha prometido.
"Kast dice que quiere expulsar a 360,000 migrantes indocumentados. No podrá hacerlo. Es físicamente imposible", dijo el votante Hector Lunes.
Ricardo Herrera, quien vivió bajo el gobierno de Pinochet, votó por Jeannette Jara.
Kast también se ha mostrado firmemente en contra del aborto, incluso en casos de violación, y de las políticas de protección ambiental.
Su victoria probablemente será bien recibida por los inversores, ya que ha prometido un enfoque de libre mercado para la economía, reduciendo el estado y desregulando ciertas industrias.
Esta fue la primera elección presidencial en Chile donde el voto fue obligatorio y la inscripción automática para los elegibles.
Esto dejó a algunos votantes sintiendo que tuvieron que elegir la opción que consideraban la "menos mala".
"No sé si diría el menor de dos males, pero creo que Chile necesita un cambio", dijo Claudio Sanjuez, "y claramente creo que Kast podría ser esa alternativa".
"Ambos candidatos eran como extremos opuestos", dijo Cintia Urrutia, pero añadió que ella había esperado por Jeannette Jara, a quien percibía como más "centrista".
La victoria de Kast en Chile sigue a una serie de elecciones en América Latina que han desplazado la región a la Derecha en los últimos años, incluyendo Argentina, Ecuador, Costa Rica y El Salvador.
Será inaugurado el 11 de marzo de 2026. En sus mítines, a menudo hacía cuenta regresiva de los días hasta esa fecha, advirtiendo a los inmigrantes indocumentados que deberían irse antes si alguna vez quieren tener la oportunidad de regresar.