España y el Reino Unido negocian facilitar las normas para viajes de trabajo de corta duración tras el Brexit.
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Tras más de cinco años desde que el Brexit redefinió las relaciones comerciales entre Gran Bretaña y Europa, España impulsa ahora un cambio que podría simplificar discretamente la vida de miles de profesionales que trabajan entre ambos países.
El gobierno español ha propuesto una exención de visado para estancias laborales breves, con el objetivo de permitir que profesionales cualificados viajen entre España y el Reino Unido para prestar servicios temporales sin sortear procedimientos migratorios complejos.
La propuesta fue confirmada en Londres por Amparo López Senovilla, Secretaria de Estado de Comercio de España, tras la presentación del Séptimo Barómetro sobre el Clima y Perspectivas de la Inversión Española en el Reino Unido, elaborado por la Cámara de Comercio Española en Londres.
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En esencia, la iniciativa busca eliminar lo que las empresas españolas perciben como un obstáculo persistente post-Brexit: la dificultad de enviar personal al Reino Unido para visitas laborales de corta duración.
Un problema que, según las empresas, se ha prolongado demasiado
En declaraciones a periodistas tras el evento, López Senovilla fue clara al respecto. Para muchas compañías, afirmó, mover trabajadores temporalmente para prestar servicios se ha vuelto mucho más complicado de lo necesario.
“Traer trabajadores para prestar servicios es difícil. Es un obstáculo que queremos eliminar”, explicó, añadiendo que España ha estado trabajando bilateralmente con el gobierno británico para hallar una solución.
El punto crítico, según las firmas españolas, es el sistema de visados británico basado en patrocinio, que consideran costoso y desproporcionado para estancias breves. Las empresas se quejan de que incluso asignaciones cortas pueden requerir trámites extensos, costes de patrocinio y largos plazos de espera, una realidad que no se ajusta a los modelos de negocio flexibles actuales.
La respuesta de España es un sistema que ya ha aprobado internamente: una exención de visado para estancias inferiores a 90 días destinadas a la prestación de servicios, conocida en términos comerciales como movilidad “Modalidad 4”.
“Es una fórmula que acabamos de aprobar en España”, señaló López Senovilla. “Creemos que podría funcionar positivamente no solo con el Reino Unido, sino también con otros países”.
España ha propuesto oficialmente que el Reino Unido considere adoptar un enfoque similar, y el gobierno británico está examinando la idea.
Para las empresas españolas que operan en Gran Bretaña –especialmente en sectores como consultoría, ingeniería, telecomunicaciones y servicios profesionales–, la falta de vías flexibles de movilidad a corto plazo se ha convertido en una de las quejas más recurrentes desde el Brexit.
La inversión se enfría, pero el Reino Unido sigue siendo una prioridad estratégica
La propuesta de visado llega en un momento en que la inversión española en el Reino Unido ha disminuido notablemente, al menos en cifras nominales.
Durante el primer semestre de 2025, los flujos de inversión española hacia Gran Bretaña totalizaron 331 millones de euros, un descenso acusado respecto a los 4.880 millones del mismo periodo del año anterior.
No obstante, López Senovilla advirtió contra interpretaciones precipitadas de esta caída. La describió como una desaceleración temporal, motivada principalmente por la incertidumbre económica general y la volatilidad de los mercados.
“La incertidumbre nunca es buena aliada para los negocios”, afirmó, al tiempo que señaló que 2024 incluyó varias operaciones de inversión excepcionales y únicas que distorsionan la comparación.
A pesar del retroso, el Reino Unido sigue siendo el segundo destino mundial de la inversión española, solo por detrás de Estados Unidos. Hasta 2023, las empresas españolas habían acumulado 83.000 millones de euros en inversiones en el Reino Unido, aproximadamente el 13,1% de toda la inversión exterior española.
Las cifras subrayan cuán arraigadas permanecen las empresas españolas en la economía británica, incluso cuando el panorama regulatorio se ha vuelto más complejo.
¿Qué sectores impulsan la inversión española?
El Barómetro muestra que las tendencias de inversión han variado según el año y el sector.
En 2024, las telecomunicaciones dominaron, representando más del 60% de los flujos de inversión española hacia el Reino Unido, seguidas de la cosmética y la perfumería.
En el primer semestre de 2025, el panorama cambió. El suministro de energía tomó la delantera, representando casi el 74% de la inversión durante ese periodo.
A largo plazo, las posiciones más sólidas de España en el Reino Unido se mantienen en el transporte aéreo, donde las firmas españolas concentran más del 96% de la inversión sectorial, junto con los servicios financieros y el comercio mayorista.
Estos compromisos a largo plazo ayudan a explicar por qué los problemas de movilidad importan tanto a las empresas sobre el terreno.
Confianza empresarial estable, pero con signos de nerviosismo
Las compañías españolas calificaron el clima empresarial actual del Reino Unido con un 2,9 sobre 5, igual que el año pasado. Alrededor de siete de cada diez lo describieron como aceptable o mejor.
Dicho esto, casi la mitad de los encuestados considera que el entorno ha empeorado en los últimos doce meses.
Las empresas valoraron muy positivamente el ecosistema digital británico y su compromiso con la sostenibilidad, ambos percibidos como fortalezas. En contraste, la investigación, el desarrollo y la innovación obtuvieron las puntuaciones más bajas, reflejando preocupaciones por el limitado apoyo del sector público en estas áreas.
De cara a 2026, el ánimo es de optimismo cauteloso más que eufórico. Más del 60% de las empresas espera que sus ingresos crezcan, el 45% planea aumentar la inversión y casi nueve de cada diez anticipan mantener o ampliar su plantilla.
La inflación, el aumento de los costes operativos y posibles cambios en la política fiscal siguen siendo los riesgos a corto plazo más destacados.
¿Una señal de un acercamiento?
El Barómetro se presentó tan solo tres meses después de que el Primer Ministro británico, Keir Starmer, y el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, firmaran un nuevo Marco Estratégico Reino Unido-España, destinado a fortalecer la cooperación económica.
Si bien la propuesta de exención de visado sigue en discusión, apunta a un esfuerzo más amplio por suavizar algunas de las fricciones prácticas que, según las empresas, introdujo el Brexit.
Para las compañías que dependen de mover personas con agilidad entre fronteras, incluso soluciones a corto plazo pueden marcar una diferencia tangible.
Y para muchos profesionales atrapados entre dos sistemas, el mensaje de España es claro: si el papeleo es el problema, es hora de cambiar las normas, no a los trabajadores.
