El Partido Socialista, en el gobierno de España, se enfrenta a acusaciones de conducta sexual indebida y prostitución que amenazan su reputación como paladín de la igualdad de género, poniendo en riesgo su crucial base de votantes mujeres.
La controversia estalló inicialmente en verano, cuando salieron a la luz grabaciones en las que el exministro de Transporte, José Luis Ábalos —antiguo hombre de confianza del presidente Pedro Sánchez— y su asistente, Koldo García, empleaban un lenguaje grosero para concertar encuentros con prostitutas.
Estas revelaciones se produjeron en el marco de una investigación por corrupción que involucra a ambos hombres, quienes están llamados a sentarse en el banquillo en un caso que ya había sacudido al ejecutivo.
Como respuesta, el partido prohibió formalmente a sus miembros recurrir a la prostitución, una práctica no explícitamente vetada por la legislación española.
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Poco después, un colaborador cercano a Sánchez, Francisco Salazar, fue destituido de su puesto en la oficina del presidente por una “conducta sexual inapropiada”.
Varias de las mujeres que presentaron denuncias han dado un paso al frente en los últimos días, alegando que el partido no respondió durante meses tras sus reportes.
Una de ellas afirmó que Salazar salía del servicio y se subía la cremallera del pantalón cerca del rostro de las mujeres. Otra describió su comportamiento como “misógino” y su lenguaje como “hipersexualizado”.
Los escándalos se han extendido a nivel regional, con denuncias por acoso contra cargos socialistas en las proximidades de Málaga, al sur, y en Lugo, al noroeste.
‘Decepción y traición’
Ante la creciente lista de escándalos, la secretaria de Organización socialista, Rebeca Torro, afirmó el viernes que el partido enfrenta un “punto de inflexión”.
“Faltar el respeto a las mujeres y tener comportamientos sexistas es incompatible con ser socialista”, declaró en rueda de prensa.
Sánchez defendió a su gobierno en el parlamento el miércoles, señalando que “el feminismo nos da lecciones a todos —incluyéndome a mí”.
“Reconocemos nuestros errores cuando ocurren y actuamos en consecuencia”, añadió.
Según el CIS, organismo de encuestas público respaldado por el gobierno, las mujeres representaron el 56% del electorado socialista en las últimas elecciones generales de 2023.
Los analistas advierten de que el partido arriesga erosionar un apoyo que históricamente le ha otorgado una amplia ventaja entre las mujeres frente al principal partido de la oposición, el conservador Partido Popular (PP).
Elena Valenciano, exvicesecretaria general de los socialistas y presidenta de la Fundación Mujeres, organización feminista española que trabaja por la igualdad, afirmó que las mujeres sienten “decepción” y “traición”.
El feminismo ha “avanzado siempre mucho” con los socialistas, pero ahora las mujeres ya no ven al partido “como un aliado, a menos que cambie”, agregó.
“El problema es que la derecha tampoco es percibida como fiable para las mujeres, así que nos quedamos en un estado de desamparo”, dijo Valenciano a la AFP.
La socióloga Belén Barreiro, directora del instituto de sondeos 40dB, afirmó que el impacto “podría ser especialmente fuerte entre el votante femenino”, máxime cuando “toca valores emblemáticos para el partido”.
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Un daño ‘profundo’
Recuperar la confianza de las votantes no será tarea sencilla.
En octubre, Sánchez anunció su intención de blindar el derecho al aborto en la constitución para protegerlo de futuros desafíos o retrocesos políticos, en lo que se interpretó como un intento de atraer al electorado femenino.
Pero su gobierno en minoría no cuenta con el apoyo parlamentario necesario para la reforma constitucional, dado que la derecha la rechaza.
“Esta es una crisis que no se va a resolver en poco tiempo”, afirmó la analista política Lucía Méndez del diario de centroderecha El Mundo, describiendo el daño a la imagen del partido entre las mujeres como “profundo”.
“Sánchez construyó su camino al gobierno sobre dos pilares: combatir la corrupción y promover el feminismo —y en ambos, los resultados han sido mediocres como poco, cuando no francamente malos”, añadió.
Los escándalos han proporcionado al PP, que exige regularmente la dimisión de Sánchez y elecciones anticipadas por las investigaciones por corrupción que afectan a su círculo íntimo, una potente nueva línea de ataque.
Pero Barreiro advirtió que “es posible que este voto se desplace hacia la abstención” en lugar de hacia la oposición.
Artículo de Marie GIFFARD