Los agricultores franceses están muy enfadados y piden más protestas por el sacrificio de rebaños afectados por la llamada Enfermedad de la Piel Nodular (LSD), una medida apoyada por el gobierno.
El jueves hubieron enfrentamientos entre la policía antidisturbios y manifestantes en el departamento sureño de Ariège, después de que se llamara a veterinarios para destruir ganado potencialmente contaminado en una granja.
En otras zonas del sur, los agricultores han tirado estiércol frente a edificios gubernamentales y bloqueado carreteras. Además, las oficinas de varios grupos ecologistas fueron saqueadas en el departamento de Charente-Maritime.
La LSD es una enfermedad bovina muy contagiosa que se transmite principalmente por picaduras de moscas. Los sintomas incluyen fiebre, secreciones mucosas y nódulos en la piel.
Aunque generalmente no es mortal, puede afectar gravemente la producción de leche y las vacas se vuelven invendibles.
La enfermedad llegó a Europa desde África hace unos diez años. El primer brote en Francia fue en los Alpes en junio, cuando un rebaño infectado obligó a la carrera ciclista Tour de France a acortar una de sus etapas.
La política gubernamental de sacrificar rebaños enteros donde un solo animal está infectado ha chocado con la fuerte oposición de dos de los tres principales sindicatos agrícolas.
La Confédération Rural y la Confédération Paysanne dicen que la política se aplica con brutalidad y que además es innecesaria, ya que bastaría una combinación de sacrificio selectivo y vacunación.
Pero la mayoría de los veterinarios no están de acuerdo.
“Actualmente no podemos distinguir entre un animal sano y un animal portador del virus pero sin síntomas. Esa es la única razón por la que debemos realizar estos sacrificios totales del rebaño”, dijo Stéphanie Philizot, que dirige el sindicato de veterinarios SNGTV.
Desde junio ha habido alrededor de 110 brotes de LSD en Francia, primero en el este y ahora cada vez más en el suroeste. Funcionarios del ministerio culpan al movimiento ilegal de ganado desde zonas afectadas. Se han sacrificado unos 3.000 animales.
El gobierno francés teme que las protestas puedan crecer y convertirse en un movimiento más amplio entre una población agrícola que se siente bajo una amenaza creciente por la imposición de normas de la UE y la competencia del extranjero.
Se planea una gran protesta en Bruselas la próxima semana durante la cumbre de líderes de la UE. Varios sectores agrícolas franceses están en crisis profunda, desde los viticultores afectados por la caída del consumo hasta los avicultores golpeados por la gripe aviar.
También hay una amplia oposición a la inminente firma de un acuerdo de libre comercio de la UE con países sudamericanos, que los agricultores temen que abra a Francia a más importaciones de alimentos baratos, muchos producidos con normas ambientales y sanitarias más laxas.
