La pandemia hizo que la función propuesta para 2020 se cancelara, pero ahora el público tiene la oportunidad de vivir en directo el espectáculo basado en la novela de C.S. Lewis. Y mi consejo es que, si consigues una entrada, vayas.
Esto es narrativa escénica en su máxima expresión. Para empezar, toda la producción se ve magnífica; tiene una sensación casi cinematográfica.
El gran escenario de The Lowry, que a veces es un problema para los espectáculos de gira, es el lienzo perfecto para este show mágico. La iluminación y el vestuario son dramáticos e impactantes, y te quedas hipnotizado al instante.
Susan, Peter, Lucy y Edmund son evacuados de Londres durante la guerra y quedan bajo la custodia de un profesor excéntrico y su gato.
Un humilde ropero es un portal a otro reino, la tierra de Narnia, que ha soportado 100 años de invierno bajo el duro gobierno de la Bruja Blanca.
El descubrimiento de este mundo extraño por parte de los niños provoca el regreso del poderoso león Aslan y un enfrentamiento final con la bruja malvada.
Como uno de los libros infantiles más populares de todos los tiempos -un básico para dormir de varias generaciones- es probable que la mayoría del público ya conosca la historia. Si es así, no te sentirás decepcionado o defraudado.
Si es totalmente nuevo para ti, ¡qué gran sorpresa te espera! Es una gran historia que funciona en muchos niveles distintos. Aborda la redención, la resurrección, la pérdida, el amor y el sacrificio. Puedes leerle simbolismo religioso si quieres, o tomarlo como un cuento de fantasía con personajes maravillosos; de cualquier forma en que lo abordes, simplemente funciona.
Eso se debe en parte al material original, pero también a la producción en sí. El director Michael Fentimen y su equipo han tenido mucho cuidado de hacerle justicia a la obra; su amor y compromiso por el trabajo se notan.
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Para una producción de este tamaño y alcance, la atención hasta al más mínimo detalle es impresionante. Nada se deja al azar, la historia siempre está en primer plano y hasta los espectadores más jóvenes estaban pendientes de cada palabra desde el comienzo.
Los niños son diferentes, pero como regla general diría que quizás no es un espectáculo para menores de ocho años. Es genuinamente aterrador en algunos momentos -la Reina Blanca y sus secuaces son criaturas particularmente desagradables- y no evita los temas de la muerte y la pérdida.
Los cuatro niños -interpretados por Joanna Adaran, Jesse Dunbar, Judzai Mangombe y Bunmi Osadolor- son absolutamente perfectos para sus papeles; te encariñas con ellos de inmediato y compartes su asombro mientras se aventuran en el mundo de Narnia.
Ha habido muchas interpretaciones de Aslan a lo largo de los años y en esta producción hay un elemento de las novelas de *La Materia Oscura* de Philip Pullman, con Stanton Wright como la encarnación humana del poderoso león.
Tres titiriteros manejan a Aslan y es una vista majestuosa. Mientras recorre el escenario, con la cola moviéndose, pronto olvidas que es una marioneta. La técnica de títeres también se usa de manera muy efectiva con el gato del profesor, Schrödinger, que es un gran éxito con el público.
Katy Stephens como la Bruja Blanca es todo lo que podrías desear del villano definitivo. Es genuinamente aterradora y llena de amenaza. Sería fácil que cayera en el territorio de la “reina malvada de un pantomima”, pero para nada, ella es claramente la villana de la obra.
Además de los títeres, hay varias ilusiones y efectos especiales en el espectáculo que te dejarán o boquiabierto o rascándote la cabeza preguntándote cómo se hicieron. No voy a estropear la sorpresa revelando cuáles son, pero mantén los ojos bien abiertos.
El último elemento que hace este espectáculo tan especial tiene que ser la banda sonora que lo acompaña. Esto es claramente un musical, aunque un musical folk.
Las criaturas de Narnia también son multi-instrumentistas, tocando en directo en el escenario desde el contrabajo hasta las tablas de lavar. Las canciones realmente añaden a la atmósfera -y la aparición de Papá Noel en un momento dado es un momento realmente destacado.
Fíjate también en Ed Thorpe como el Sr. Castor, el alivio cómico por excelencia.
Cuando llegan a la zona espectáculos con una gran reputación, a veces el bombo puede ser mayor que la realidad.
Con *El león, la bruja y el ropero* es difícil saber qué podrías decir para hacerle plena justicia. Es simplemente maravilloso y el espectáculo familiar perfecto, especialmente en Navidad.
Hasta el 11 de enero. Más detalles en www.thelowry.com
