Los extranjeros revitalizan los pueblos alicantinos en declive, impulsando las comunidades e invirtiendo la despoblación.
Crédito de la foto: Carlos Torres / Unsplash
LOS EXTRANJEROS inyectan vida a las localidades de Alicante, manteniendo a flote los negocios, ocupando viviendas vacías y frenando la despoblación: Los nuevos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que los foráneos, especialmente los británicos, superan en número a los autóctonos en algunos pueblos de la provincia.
Extranjeros en busca de menos bullicio
Muchos de los recién llegados a los pequeños municipios alicantinos arriban tras haber residido en grandes núcleos turísticos del sur de la Costa Blanca, como Torrevieja. Se dirigen a poblaciones más rurales buscando escapar del ruido urbano y del incremento de los precios de la vivienda, con el objetivo de jubilarse en un entorno tranquilo, teletrabajar o criar a sus hijos.
Británicos atraídos por la Costa Blanca… por múltiples razones
El perfil de los nuevos residentes es diverso, e incluye a jubilados europeos, familias jóvenes y parejas de todas las edades, si bien es cierto que la mayoría de los extranjeros en estas zonas son de Reino Unido. Son varias las razones que atraen a los británicos hacia España, destacando el clima benigno (que ofrece lo que el Reino Unido no puede: sol garantizado), un ritmo de vida más pausado y relajado, propiedades y coste de vida más asequibles, un sistema sanitario de mayor calidad y, sobre todo, una superiod calidad de vida y bienestar.
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La existencia de comunidades británicas consolidadas también resulta un factor atractivo para quienes buscan una vivienda principal o secundaria. Los productos británicos llenan los estantes de los comercios, la integración parece menos intimidante y el hecho de que mucha gente hable inglés hace que aprender español resulte una tarea menos abrumadora.
Los pueblos que se benefician de la presencia foránea
Existen varias localidades en la Costa Blanca donde los extranjeros superan a los nativos, como Algorfa, San Fulgencio, San Miguel de Salinas y Rojales. Los vecinos y alcaldes acogen positivamente esta integración, ya que la fuerte presencia foránea no solo dinamiza la economía local y contrarresta la despoblación que amenaza a estos pueblos, sino que también contribuye a su diversificación.
Así, siguiendo esta interesante tendencia, pueblos que antes veían menguar su población se están revitalizando, las lenguas coexisten en armonía y los comercios locales no solo sobreviven, sino que prosperan.
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