La profunda conexión de Ronda con Hollywood
La historia del vínculo de Ronda con Hollywood comienza con una leyenda local: Cayetano Ordoñez (‘El Niño de la Palma’).
Nacido en la pobreza, este torero gitano obtuvo su apodo porque su padre, zapatero, usaba una gran hoja de palma como ingenioso letrero para su taller, dirigido a una clientela analfabeta hace un siglo. Tras alcanzar la fama, Cayetano adquirió la finca ‘El Recreo’, en las afueras de Ronda.
‘El Recreo’ pasaría eventualmente a su hijo, el gran matador Antonio Ordoñez. Antonio mantuvo una estrecha amistad con Ernest Hemingway y, posteriormente, con el gigante del cine Orson Welles. Ambos estadounidenses eran fervientes aficionados a los toros y se convirtieron en huéspedes habituales y honorados de la finca, que ha permanecido en manos de la família Ordoñez desde entonces.
Welles, el colosal talento que conquistó Broadway y que a los 25 años escribió, dirigió y protagonizó *Citizen Kane* —filme aún considerado por muchos el mejor de la historia—, se sintió inmediatamente atraído por las profundas tradiciones culturales europeas. Para las décadas de 1950 y 1960, Hollywood lo había desilusionado. Era un hombre en constante lucha con los estudios, la crítica y su propia salud quebrantada, cargando con dificultad su inmensa corpulencia. España se convirtió en su santuario.
Aunque era un león social en todo el mundo, Ronda le ofreció un refugio tranquilo. En El Recreo encontró un verdadero respiro, comiendo, bebiendo y riendo con la familia Ordoñez, lejos de las presiones de la industria cinematográfica estadounidense.
España, con sus largas cenas y tradiciones inquebrantables, le ofreció respeto sin juicio, una suerte de família elegida.
Cuando Welles falleció súbitamente en 1985, se halló su deseo manuscrito: quería ser incinerado y que sus cenizas fueran esparcidas en el pozo de la finca, en su amada Ronda.
El deseo fue cumplido. Hasta hoy, el pozo de El Recreo sigue siendo conocido como el ‘Pozo Orson Welles’. Esta figura brillante y compleja, que había conquistado el cine y provocado el pánico con *La Guerra de los Mundos*, eligió descansar eternamente en la pequeña Ronda, hallando su paz definitiva en las tardes bañadas por el sol en el corazón de la Serranía.
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