¿Tienes visitas inesperadas o deseas impresionar a invitados del extranjero? He aquí cómo crear un auténtico festín de tapas españolas con un esfuerzo mínimo.
Imagina la escena: tienes amigos o familiares visitándote desde el extranjero y quieres impresionarlos con una genuina comida de tapas, pero no dispones de mucho tiempo y no quieres pasarte horas en la cocina en vez de socializar con ellos.
¿Qué hacer entonces? Afortunadamente, existen numerosos platillos tradicionales de tapas que se sirven en bares por toda España, los cuales requieren muy poco esfuerzo y aun así resultan deliciosos y visualmente atractivos. A continuación, algunas ideas rápidas que puedes preparar a última hora sin necesidad de grandes dotes culinarias.
Melón con jamón
Se trata de un entrante muy típico que también funciona perfectamente como tapa. Basta con cortar el melón en cubos, comprar unas lonchas de jamón y ensartarlos juntos con un palillo. Así de sencillo.
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Ensaladilla Rusa
La encontrarás en casi cualquier bar de tapas del país y, sin embargo, es sumamente fácil y rápida de preparar. Solo necesitas una lata de vegetales mixtos o una bolsa de congelados —típicamente patatas, zanahorias y guisantes—, mezclarlos con atún y huevo duro en rodajas, y bañarlo todo en mayonesa. Corona con aceitunas para darle el toque final.
Aprende a preparar la clásica ensaladilla rusa española. Foto: Jrfdiaz / Wikimedia Commons
Gildas
Son un básico en el País Vasco, pero también las hallarás en bares de vermut por toda España. Consisten simplemente en una aceituna verde, un boquerón en vinagre y una guindilla encurtida, ensartadas en un palillo. Síirvelas con una copa de vermut para un aperitivo tradicional.
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Tomate aliñado
Una de las ensaladas españolas más sencillas. Literalmente son rodajas de tomate aliñadas con una vinagreta de ajo, aceite de oliva, hierbas frescas y vinagre.
Queso de cabra con pimientos asados
Una excelente opción para invitados vegetarianos. Coloca una gruesa rodaja de queso de cabra bajo el grill hasta que se dore ligeramente y cúbrela con pimientos del piquillo asados. La mayoría de los supermercados los venden en tarro, ya ahumados y conservados en aceite.
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Pimientos de Padrón
Y hablando de pimientos, uno de los platos de tapas más clásicos que puedes pedir en España. Son muy fáciles de preparar; ni siquiera hace falta quitarles las semillas o el rabito. Solo fríelos en aceite de oliva hasta que la piel se churrusque ligeramente y espolvoréalos con sal gorda.
Fríe unos Pimientos de Padrón para una tapa sencilla. Foto: Jessica Spengler / Wikimedia Commons
Boquerones en vinagre
Resultan increíblemente simples porque puedes comprarlos ya preparados en el supermercado. Son simplemente boquerones macerados en vinagre. Otro acierto para servir con vermut como aperitivo.
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Pan con tomate
En buena parte de España se considera un desayuno —una mitad de baguette tostada con pulpa de tomate y aceite de oliva—, pero en Cataluña es un plato de tapas por excelencia. Sírvelo al modo catalán utilizando pan de cristal y frotando primero un diente de ajo y luego media tomate directamente sobre él. Finalmente, rocía con aceite de oliva y una pizca de sal. Y si lo llamas pa amb tomàquet en catalán, impresionarás aún más a tus invitados.
Manchego con almendras
A todo el mundo le encanta el queso Manchego, posiblemente uno de los más famosos de España, así que no te equivocarás sirviendo unas lonchas en un plato. Acompaña con unos picos de pan y almendras tostadas o fritas, según prefieras, y no olvides un poco de jamón.
Este es un plato muy rápido y fácil de preparar. Foto: Tamorlan / Wikimedia commons
Pimientos rellenos de bacalao
Si sientes que aún no hay suficientes pimientos en la mesa, siempre puedes comprar pimientos del piquillo enteros en tarro y rellenarlos con una mezcla de bacalao, leche, harina y cebolla, sazonada con un poco de nuez moscada.
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Gazpacho/Salmorejo
Otro clásico español es, por supuesto, el gazpacho: una sopa fría típica del verano. Todas las verduras son crudas, así que no necesitas cocinar nada. Solo pica pimiento verde, tomate y pepino y licúalos con aceite de oliva, un chorrito de vinagre de Jerez y un diente de ajo. Acláralo con agua si queda muy espeso y decora con pequeños dados de las mismas verduras (excepto el tomate). La otra versión es el salmorejo cordobés, mucho más espeso por la adición de miga de pan. Decóralo con rodajas de huevo duro y jamón.