Mayeni Jones
Corresponsal de BBC África
Ali Ngwane / BBC
Agricultores como Mary Penge, de 41 años, dicen que el suelo de sus cultivos ha sido contaminado por el vertido tóxico.
Incluso antes del colapso de la presa, Lamec no se sentía seguro trabajando en la mina de cobre.
"Si nuestro equipo de protección se daña, no siempre nos lo reemplazan", nos cuenta. "Tenemos que arriesgarnos y usarlo otra vez".
Nos habla dentro de un coche en un camino secundario cerca de una aldea en el norte de Zambia, demasiado nervioso para hablar en público o usar su nombre real, por miedo a que hablar con la prensa le cueste su sustento.
Cuando llegó a su turno un día de febrero, encontró que una de las presas de la mina de propiedad china había sido cerrada.
La presa de relaves -usada para almacenar los subproductos tóxicos del proceso minero, incluyendo metales pesados como arsénico, mercurio y plomo- se había derrumbado hacia un afluente conectado al Kafue, el río más largo de Zambia y una fuente principal de agua potable.
Según el gobierno, al menos 50.000 toneladas de desechos ácidos se vertieron en las vías fluviales y tierras de cultivo cercanas. Sin embargo, algunos ambientalistas afirman que fueron hasta 1,5 millones de toneladas, y un experto dice que una limpieza completa podría tomar más de una década.
El vertido ha matado a los peces alrededor de los pueblos de Chambishi y Kitwe, ha hecho el agua no potable y ha destruido cultivos, según han contado agricultores a la BBC.
Existe el temor de que, ahora que comenzó la temporada de lluvias, los metales pesados que aún están en el lodo se infiltren más en la tierra y cursos de agua, causando una segunda ola de contaminación. El Dr. Mweene Himwiinga, profesor de la Universidad de Copperbelt, advierte que metales tóxicos que pueden causar daño renal, cáncer y problemas gástricos podrían llegar río abajo hasta la capital, Lusaka.
La embajada china en Lusaka cuestiona la escala del daño y dijo a la BBC que acogía con beneplácito una investigación independiente. Dijo que el gobierno zambiano había informado que la contaminación se limitaba a un área confinada, que los niveles de acidez del agua habían vuelto a lo normal y que los chequeos no mostraban riesgos duraderos para la salud pública.
Associated Press
Vista aérea de la brecha en la presa del yacimiento de Sino Metals
Lamec, como su país Zambia, se encuentra en una posición difícil. La mina es propiedad de Sino-Metals Leach Zambia, una subsidiaria de una empresa estatal china que, según fuentes chinas, ha creado más de 2.000 empleos.
Empresas chinas como esta proveen empleos y ingresos muy necesitados en África. Aunque EE.UU. se convirtió recientemente en el mayor inversor extranjero en el continente, China sigue siendo uno de los mayores inversores en la industria de minerales y metales de África, especialmente en la Provincia de Copperbelt, escenario del colapso.
Según la embajada china, sus empresas han creado más de 30.000 empleos en Zambia. La inversión china el año pasado se estimó en 1.700 millones de dólares. Como muestra de los vínculos estrechos, el Primer Ministro chino Li Qiang visitó Zambia el mes pasado, antes de la cumbre del G20 en Sudáfrica.
Pero también se acusa a China de neocolonialismo, con críticos argumentando que sus préstamos para infraestructura atrapan a países africanos en deuda inmanejable, que no capacitan a trabajadores locales prefiriendo traer los suyos, y que su enfoque en la extracción a veces va en detrimento del medio ambiente.
En septiembre, 176 agricultores presentaron una demanda de 80.000 millones de dólares contra Sino Metals y NFC Africa, la firma china dueña del terreno. Es una de las mayores demandas ambientales en la historia de Zambia, alegando que el vertido ya afectó a 300.000 hogares.
Dicen que el colapso se debió a fallas de ingeniería, defectos de construcción y mala gestión operativa.
Algunos ven la demanda como un caso prueba de cuánto pueden los países africanos responsabilizar a China por daños en sus territorios.
"Todos los ojos están puestos en este caso", dice el Profesor Stephen Chan de la Universidad de Londres. "Por la gran extensión del daño causado y la gran negligencia que claramente hubo".
Al principio costaba creerlo "porque algo de esta escala no había pasado antes", agrega.
La embajada china dice que Sino Metals ha cooperado plenamente con la investigación, que se pagó compensación a 454 hogares y que todo el personal sigue empleado y cobrando su salario, pese a una pausa de seis meses en la minería.
Algunos analistas argumentan que esto muestra que Zambia debe priorizar la seguridad, la sostenibilidad y el interés nacional al tratar con empresas chinas. La dinámica de poder se complica por la deuda de unos 5.000 millones de dólares que Zambia tiene con China.
Pero esta deuda no limita la capacidad del gobierno para manejar la crisis, insiste el Secretario Permanente de Economía Verde y Medio Ambiente, Dr. Douty Chibamba.
"No los tratamos con guantes de seda aquí", dijo a la BBC en una entrevista poco común. "No nos importa si les debemos, ese no es el problema".
Zambia no está sola en deber dinero a China. Entre 2000 y 2023, 49 países africanos firmaron préstamos por valor de 182.300 millones de dólares con prestamistas chinos.
Ali Ngwane / BBC
La agricultora Abigail Namtowe dice que cultivar alimentos ahora es una lucha.
En la Provincia de Copperbelt, Lamec nos cuenta que el vertido que afectó a su familia lo dejó realmente destrozado. Nos dijieron que los cursos de agua ahora tenían ácido y que no debíamos utilizarla. Durante dos semanas después del derrame, Lamec cuenta que su familia y él no pudieron usar el agua local hasta que fue rociada con cal para reducir la acidez.
Aceptó el trabajo en la represa porque, según dice, no tenía otra forma de ganarse la vida, pero ahora se siente conflictuado por trabajar allí.
La minería del cobre ha sido la columna vertebral económica de esta región por más de un siglo. Este metal representa el 70% de las exportaciones de Zambia y el 15% de su PIB.
El sector está listo para crecer aún más, con planes de triplicar la producción en Zambia para 2031, según los planes presentados por el gobierno el año pasado.
En la aldea de Twalima, ha sido una lucha cultivar cualquier cosa desde el derrame, cuentan los agricultores Abigail Namtowe, de 28 años, y Frederick Bwalya, de 72. La agricultura era la principal fuente de alimento e ingresos para la familia de la Sra. Namtowe, y su hija de seis años ahora pasa mucha hambre y está desnutrida, nos contó. "He intentado cultivar mi maíz, he intentado de todo para que el hambre no mate a mi hija, pero es demasiado".
El Sr. Bwalya ha vivido en Twalima durante 33 años. Fuerte y enérgico, lo encontramos trabajando en su granja, a la que atiende diariamente. "La agricultura no va bien porque la tierra no está limpia", dice. También describe un dolor severo en su pierna que no desaparece y le dificulta moverse. "El médico dice que el agua contaminada podría estar causando esto", añade.
Sino Metals prometió construir un pozo lejos del arroyo contaminado al fondo de su granja, dice, pero eso aún no ha sucedido. Él cree que el agua más profunda del subsuelo sería más segura. El arroyo solía estar lleno de peces, dicen el Sr. Bwalya y sus vecinos, pero desde el derrame, no ha habido ninguno.
La BBC preguntó a Sino Metals sobre la presunta promesa de construir pozos en las tierras de los agricultores afectados. También planteamos las alegaciones de Lamec de que no se siente seguro trabajando en la empresa, pero la firma no respondió.
A cincuenta kilómetros de la aldea de Frederick Bwalya, en Kamwatimpa, vimos a escolares nadando en un afluente del río Kafue. Algunas madres, aún preocupadas por la contaminación, dijeron que habían dicho a sus hijos que no entraran al agua.
Pero el gobierno afirma que tomó muestras en 21 sitios de la Provincia de Copperbelt en septiembre, y que las concentraciones de metales pesados estaban dentro de los límites seguros nacionales.
Ahora que la temporada de lluvias ha comenzado, el poder para detener una segunda ola de contaminación que se filtre en el suelo y lleve metales pesados río abajo al resto del país está en manos del gobierno y Sino Metals.
La limpieza se ha retrasado por desacuerdos entre los consultores contratados para evaluar los daños y Sino Metals, dijo el Dr. Chibamba a la BBC, cuando se le preguntó por qué parte de este trabajo no se hizo antes.
Mientras tanto, la Dra. Himwiinga advierte que no lidiar con la situación "podría ser catastrófico". "Los metales pesados podrían estar allí por años, y sus efectos podrían sentirse por un periodo muy largo, por agricultores… que dependen de esa agua para regar sus cultivos", dice. "Según investigaciones de la Universidad de Copperbelt, esto podría continuar incluso por más de 10 años, a menos que se implementen esfuerzos de remediación".
El gobierno zambiano dice estar consciente de esto y ha instruido a Sino Metals a implementar mitigaciones para detener la contaminación secundaria, incluyendo plantar árboles para reducir los niveles de contaminación en el aire y el suelo, además de esparcir cal para reducir la acidez. Según las autoridades, estas medidas se están implementando actualmente.
El gobierno señala que Sino Metals podría tener que pagar más después de una evaluación completa del área. En el momento del derrame, la empresa prometió compensar a las comunidades afectadas y restaurar el medio ambiente.
Ya se han realizado pagos financieros a algunos locales en el Copperbelt. Algunos nos dijeron que recibieron hasta $3,000 en compensación de Sino Metals, pero otros dijeron que obtuvieron tan poco como $700 de la empresa.
Un contrato que vimos sugiere que algunos locales renunciaron a su derecho a cualquier compensación futura al aceptar estos pagos iniciales.
Pero la presencia de una segunda superpotencia en el país podría ayudar al gobierno zambiano a obtener aún más dinero de Sino Metals, según el Profesor Stephan Chan. Estados Unidos también ha estado cortejando económica y políticamente a este país del sur de África. El cobre zambiano, importante en la transición global hacia energías más limpias, tiene una gran demanda, al igual que las reservas de otro metal, el cobalto, usado en baterías de autos eléctricos.
"Los chinos no tienen tanta influencia sobre Zambia porque este tiene una política exterior que también dialoga con los estadounidenses", dice el Prof. Chan. "Lo último que quieren los chinos es empujar a los zambianos más cerca de los americanos".
El comercio total entre Zambia y Estados Unidos tuvo un valor estimado de $296 millones en 2024. Y hay señales recientes que indican que ambos países se están acercando diplomaticamente. Algunos analistas regionales sugieren que EE.UU. podría estar considerando a Zambia como un aliado preferente en el sur de África, debido al aumento de las tensiones con su vecino, Sudáfrica.
Los países africanos, incluido Zambia, están eligiendo colaborar con distintas superpotencias para cubrir sus necesidades, según el profesor Chan.
"No es que África se esté dejando engañar, es que está alcanzando la madurez, convirtiéndose en un actor más en el mundo, junto a todos los demás actores globales".
Los gobiernos africanos "no siempre aciertan", admite, pero "esto no es algo que se haga bien desde el primer momento. África se está integrando plenamente en un mundo complejo, cometiendo errores, el mismo tipo de errores que cometen otros países en todas partes".
Por su parte, China niega aprovecharse de Zambia y declaró a la BBC que es "extremadamente injusto" calificar la relación de Pekín con los países africanos como neocolonial.
"La mayoría en Zambia coincidiría en que los inversores chinos y la comunidad china en conjunto aportan a este país el tan necesario capital, tecnología, oportunidades de formación, creación de empleo y conocimiento gerencial. Además, hacen todo lo posible por integrarse como actores responsables y respetuosos con la ley", dice un comunicado de la embajada china en Lusaka.
"Sería una gran injusticia etiquetar la cooperación China-Zambia y China-África como neocolonialismo basándose en las opiniones de muy pocos, ignorando el panorama más amplio de cooperación beneficiosa para todos entre China y Zambia, y con el resto de África".
Con aportes adicionales de Ed Habershon.
