Ambientada en la América de 1917, La Historia del Sonido, una película dirigida por Oliver Hermanus, está basada en un cuento de Ben Shattuck. Narra la historia de Lionel Worth (Paul Mescal), un chico de granja de Kentucky con mucho talento para la música, y David Stein (Josh O’Connor), un hombre culto de Nueva Inglaterra. Se embarcan en una pequeña aventura para grabar canciones folclóricas de comunidades rurales. Lo que comienza como un simple proyecto se convierte en una conexión profunda y no dicha entre ellos—una que perdura a través de años de separación, arrepentimiento y esperanza de reconciliación. La idea es cautivadora: una historia sobre dos personas que intentan aferrarse a los sonidos fugaces de un mundo que desaparece, lo que refleja su propia relación efímera. Pero según avanza la película, la hermosa música y los momentos se sienten demasiado tenues, demasiado dispersos como para conmoverte completamente.
Desde el inicio, la película te sumerge en un mundo visual que parece casi una pintura. El director de fotografía, Alexander Dynan, captura a la perfección las costas de Maine. Los vestuarios se ven gastados y reales, y el antiguo equipo de grabación añade un toque de asombro tecnológico.
En el centro de la película están Paul Mescal y Josh O’Connor, quienes ofrecen interpretaciones excepcionales. Mescal interpreta a Lionel como un hombre callado e intenso que siente profundamente pero no siempre lo muestra. El David de O’Connor es igualmente sutil—un hombre cuya presencia silenciosa te atrae, haciendo que sientas el anhelo en sus miradas y pequeños gestos. Su química es natural y creíble, especialmente en momentos tiernos como grabaciones compartidas o miradas robadas. Sus interpretaciones contenidas demuestran por qué estos actores están entre los mejores de su generación.
Sin embargo, a pesar de su talento, la película tiene problemas con su historia. La relación entre Lionel y David dura solo unos meses, pero parece extenderse durante toda una vida. Sus personajes no tienen tanta profundidad como podrían—la transformación de Lionel de músico inocente a un hombre atormentado se siente apresurada, y el pasado de David solo se insinúa. La película depende de emociones implícitas en lugar de mostrar conversaciones o conflictos claves que aclararían su mundo interior. La historia de amor entre Lionel y David es tierna y sutil, situada contra un trasfondo de miedos sociales y guerra. Es reminiscente de Brokeback Mountain—dos amantes separados por las circunstancias y el secreto. Pero a diferencia de Brokeback, que mostraba la intensidad de su pasión de forma vívida, esta película es más contenida.
La trama principal gira en torno a la idea de grabar y preservar la música folclórica—una metáfora interesante para la memoria y la pérdida. Pero la historia no desarrolla completamente esta idea en drama. Más adelante en la película, aparecen vislumbres de la vida posterior y los arrepentimientos de Lionel, pero se sienten añadidos, suavizando el impacto emocional. En general, el enfoque de la película en el ambiente y la atmósfera a veces va en detrimento de una historia convincente.
A pesar de sus limitaciones narrativas, la película tiene muchos momentos hermosos. La Historia del Sonido es una película delicada y poética, memorable por las poderosas interpretaciones de Mescal y O’Connor. Es una historia de amor contada en susurros, llena de belleza silenciosa pero con cierta falta de profundidad emocional y argumental. Es una película que invita a la paciencia y a escuchar con atención. Para los espectadores que disfrutan de películas sutiles y atmosféricas, es una experiencia resonante; para aquellos que buscan una historia más completa, podría sentirse como un hermoso preludio de lo que pudo ser una sinfonía más grandiosa.
Se proyecta en Luna Leederville, Windsor Cinema y Luna on SX desde el 18 de diciembre.
Proyecciones en el Luna Outdoor el 18 de diciembre (Evento), 19 y 22.
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