Fue un fin de semana en Madrid en el que parecía que todo nacionalista y simpatizante de derechas de Vox había salido a la calle, unidos por una meta común: ensalzar las alabanzas del antiguo dictador español, Francisco Franco.
Conmemorando el fallecimiento de ‘el Caudillo’ exactamente cincuenta años atrás, hacían cola para ensalzar sus múltiples logros y ponderar cuán mejor estaba España cuando la mano firme de su héroe moldeaba el país. Con o sin baño de sangre.
Pero mientras los numerosos manifestantes franquistas visibles se agitaban por las calles de la capital, con los brazos en alto y portando banderas españolas, un grupo de hombres mucho más siniestros se deslizó sigilosamente hacia una sala de conferencias en el centro de la ciudad.
Uno de ellos, ataviado con un traje gris y una deslumbrante camisa blanca, esbozó una sonrisa cuando el portero lo saludó con un susurrado ‘camarada’ antes de dejarlo pasar.
Había acudido para copresidir un mitin organizado por la autodenominada Alianza por la Paz y la Libertad (AFP), una coalición de nacionalistas europeos prorrusos cuyo manifiesto aboga por la deportación masiva de inmigrantes, la erradicación de lo que describe como un ‘orden mundial globalista-sionista’ y el desmantelamiento de la Unión Europea.
Dicho hombre era el británico Nick Griffin, el polémico político que lideró el Partido Nacional Británico (BNP) hasta 2014 y que actualmente ejerce como vicepresidente de la AFP.
Griffin (comprensiblemente, como veremos) lleva ya más de una década apartado de la primera línea de la política británica. No obstante, desde su nombramiento en la AFP en 2018, ha realizado repetidos llamamientos a favor de la repatriación forzosa de millones de inmigrantes en toda Europa, un proceso que él ha denominado ‘remigración’.
«Nos enfrentamos a una Europa donde existe un problema muy grave con la islamización, así como con la inmigración masiva», declaró Griffin al Olive Press durante el encuentro en el Espacio Ardemans.
«Todas nuestras diversas élites admiten ahora que, en 20 o 30 años, seremos minorías en nuestros propios países. Muchos nacionalistas [creen que] una vez que eres una minoría, todo se acaba.
»Pero España demuestra que cuando eres una minoría, no todo está perdido. Puede que tardes 800 años en recuperar tu país, pero se puede lograr.»
Nick Griffin en el mitin de Madrid
Fue una cita extraordinaria y una afirmación peregrina, que se remontaba a la oscura Edad Media de la historia europea.
Griffin estaba evocando lo que los historiadores denominan la ‘Reconquista’ española: una serie de campañas militares secular en la que los reinos cristianos de la península conquistaron los territorios gobernados por musulmanes, culminando con la caída de Granada en 1492.
El veterano de la ultraderecha espera que la historia de España pueda servir de inspiración ‘poderosa’ para la AFP, en un momento en que sus miembors creen que los países europeos están siendo ‘invadidos’ por inmigrantes.
Copatrocinado por el partido nacionalista español Democracia Nacional, el mitin congregó a miembros de facciones de extrema derecha de toda Europa, e incluso a un representante de la ‘Hermandad Rusa de Académicos’, una organización estudiantil que aboga por la participación militar de la juventud rusa.
Entre los ponentes de la cumbre se encontraban Pierre Marie Bonneau, de Les Nationalistes de Francia; Claus Cremer, de Heimat de Alemania; Gloria Calarelli, de Forza Nuova de Italia; y Pedro Chaparro, de Democracia Nacional.
Muchos de ellos acusaron a los partidos de ultraderecha más conocidos de Europa, incluido el español Vox, de ser demasiado blandos en materia de inmigración. El presidente de la AFP, Roberto Fiore, criticó con dureza a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, líder del partido de ultraderecha Hermanos de Italia, por el aumento el año pasado en la llegada de inmigrantes.
Griffin hizo eco a sus colegas, tildando a los crecientes grupos de derecha europeos de ‘populistas inútiles’, y añadió que estos preferirían mantener a los inmigrantes como mano de obra barata antes que librar a sus países de residentes extranjeros no deseados.
«Los populistas podrán deportar a algunos delincuentes, a algunos islamistas, pero nunca a las masas no blancas», declaró ante un auditorio de más de cuarenta personas.
Griffin nunca ha estado lejos de la polémica desde que se unió al BNP a mediados de la década de 1990 y ascendió a su liderazgo en 1999.
En 2009, obtuvo uno de los dos escaños del partido en el Parlamento Europeo, antes de que el movimiento se derrumbara debido a luchas internas y a la ruina financiera.
Su mandato estuvo empañado por el escándalo cuando, en 1998, fue condenado por distribuir material susceptible de incitar al odio racial después de publicar un panfleto que cuestionaba aspectos clave del Holocausto.
Luego enfrentó nuevos cargos en 2006 cuando afirmó que los musulmanes asiáticos estaban convirtiendo a Gran Bretaña en un ‘infierno multiracial’ y sostuvo que algunos hombres musulmanes estaban ‘seduciendo y violando a chicas blancas… porque su ‘libro sagrado’ les dice que pueden tomar a cualquier mujer que deseen siempre que no sea musulmana’.
Hoy, su regreso a la escena política como vicepresidente de la AFP se ha caracterizado por renovados llamamientos a favor de la deportación masiva de residentes no blancos de Europa.
«Como nacionalistas, queremos que nuestro pueblo sea libre y soberano en nuestro país, y queremos que todos los pueblos sean libres y soberanos en sus propios países», afirmó Griffin.
«Por dos razones: primero, porque es lo correcto y moral. Y en segundo lugar, porque entonces todos pueden regresar a sus casas, y eso es lo que realmente queremos.»
Griffin no está solo en su lucha.
El joven representante de la Hermandad Rusa – un rubio elegante y enjuto que se presentaba únicamente como ‘Mijaíl’ – cosechó aplausos al ofrecer una cruda síntesis del propósito de la cumbre de Madrid.
“Nuestra labor es empujar la opinión pública lo más a la derecha posible, normalizando la idea de las deportaciones forzosas y el cese total de la inmigración”, declaró Mijaíl, procurando mantener su apellido en el anonimato durante toda la reunión.
“Al final, nos enfrentaremos a multas, burlas, prisión y, según ganemos influencia, al último recurso de los globalistas: el asesinato, como vimos con Charlie Kirk”.
Las alarmantes predicciones de martirio de Mijaíl reflejan una cosmovisión arraigada en teorías conspirativas – las cuales varios miembros de la AFP, incluido Griffin, parecen compartir.
Mijaíl, de la Hermandad Rusa de Académicos
Durante la cumbre, Fiore hizo repetidas alusiones a un ‘estado profundo’ que, según alega, emplea operaciones encubiertas de gran alcance para favorecer los intereses de una élite globalista-sionista.
La teoría, abrazada tanto por Fiore como por Griffin, se sustenta en la creencia de que un poderoso grupo de ‘capitalistas, globalistas y sionistas’ se beneficia de sembrar discordia entre las naciones del mundo – aprovechando el caos resultante para su propio beneficio.
Griffin, en particular, arguyó que los judíos sionistas han instrumentalizado la inmigración para crear una fractura entre las naciones europeas – permitiéndoles así perseguir su propia agenda con mayor impunidad.
“El judaísmo político es una amenaza”, afirmó. “No son todos los judíos, pero si uno analiza detenidamente los orígenes y el fomento de la inmigración masiva, una y otra vez hallará que los sionistas y elementos judeocristianos son en gran medida responsables de dicha inmigración”.
“La inmigración es el arma empleada contra nosotros”, añadió.
Varios miembros de la AFP también creen que el sigiloso orden global pretende provocar una tercera guerra mundial al conspirar para enfrentar a Rusia con Ucrania.
El miembro de la junta de la AFP, Gonzalo Martín García, afirmó que “personas en la nómina de la OTAN y del Mossad” retaron a la organización, insinuando que no se atrevería a invitar a representantes rusos a su cumbre madrileña.
“Alguien está intentando propiciar una tercera guerra mundial”, declaró Martín. “Por un lado están los globalistas y antieuropeos; por el otro, quienes defienden los valores cristianos y una historia europea compartida”.
La afinidad de la AFP con Rusia quedó patente el mes pasado, cuando sus miembros asistieron a una concentración de ultranacionalistas en San Petersburgo, organizada por el oligarca Konstantín Maloféyev, vinculado al Kremlin y principal patrocinador de la Hermandad Rusa.
Este acercamiento de la Alianza a Rusia ocurre en un momento en que las relaciones internacionales parecen inquietantemente cercanas al punto de ruptura.
Y si bien la AFP se presenta como defensora de la identidad europea, parece detenerse justo ante el supremacismo blanco explícito.
Pedro Chaparro (izquierda), Roberto Fiore (centro) y Nick Griffin (derecha)
Los miembros de la AFP no ocupan actualmente escaños en el Parlamento Europeo – pero Fiore insistió en que el movimiento ‘está creciendo en las calles de Europa’ e hizo un llamamiento a una alianza entre los ‘revolucionarios militantes’ y el pueblo.
Esto podría ser justo lo que Griffin necesita para rivalizar con su homólogo agitador de ultraderecha, Tommy Robinson (alias Stephen Yaxley Lennon).
Anteriormente marginado por un escándalo, ahora aprovecha décadas de experiencia para ejercer como estratega y símbolo de la AFP paneuropea de ultraderecha.
El domingo, concluyó su discurso con un ‘¡Arriba España, arriba Europa!’ – un guiño al popular eslogan franquista que se traduce libremente como ‘España y Europa por encima de todo’.
Fue recibido con vítores y aplausos, pero solo el tiempo dirá si alguien le prestará verdadera atención.